Un mes con cortes de agua en Lucena y la mirada puesta después del verano: "Si se alargan intentaremos buscar otra solución"
Sequía
Los cortes de agua sobreviven en el verano con el respaldo y la comprensión de los vecinos y los negocios, aunque se teme que continúen en septiembre y puedan dañar la economía
El alcalde afirma a 'El Día' que las medidas "han venido para quedarse" y da por sentado que los cortes nocturnos se mantendrán, por lo menos, durante todo agosto
Lucena amplía de nuevo los cortes de agua durante el fin de semana
La amenaza de cerrar el grifo a los lucentinos golpea cada día en la mesa del despacho oval de la Plaza Nueva. Como si del techo cayera una gotera sincronizada con las agujas del reloj que sostiene el Ayuntamiento, recordando la agónica situación de sequía por cada segundo que avanza; ese reloj que parece mirar de frente a la parroquia de San Mateo pidiéndole a la Virgen de Araceli un milagro tangible en trombas de agua. El municipio más grande de la provincia de Córdoba, con más de 42.000 habitantes, es el que está "soportando el mayor problema de agua en el Sur de la provincia", dice su alcalde, Aurelio Fernández (PP), que en sus dos primeros meses en el cargo ya ha se ha enfrentado a decisiones de gran calibre como cortar el suministro de agua a sus vecinos todas las noches y, durante los dos últimos fines de semana, también por las tardes.
"A nadie le gusta tener que tomar esas medidas, pero cuando se toma una decisión tiene que ser con un criterio objetivo y es verdad que hay un argumento para ello", defiende Fernández. El regidor confía en la "sensibilidad" y la "comprensión" de la gente dada la magnitud de la sequía, a la vez que sostiene que "es difícil reducir el consumo mientras abres el grifo y sale agua, pero cuando ya estás viendo los cortes empiezas a planteártelo".
El soberano público lucentino sondeado por el Día sobre el tablero de granito aracelitano comparte casi unánimemente las medidas adoptadas por su alcalde. "Fastidia un poco, pero a fin de cuentas lo han hecho por zonas, para que no sean siempre las mismas, y en horarios que no nos complican tanto las cosas: han intentado apaciguar las cosas dentro de lo que cabe", argumenta Isabel Pineda, encargada del bar Don Álvaro, desde el tendido de sombra de la Plaza Nueva. Otro señor, que se cuela en la conversación sin dar su nombre, plasma la versión contraria: "Los cortes son absurdos mientras no haya penalizaciones, porque se desperdicia más agua".
La mayoría de los vecinos coinciden en que la convivencia con los cortes nocturnos (de 23:00 a 07:00, de lunes a viernes; y de 00:00 a 08:00, sábados y domingos), implantados desde el pasado 2 de julio, no les afecta apenas porque son horas de bajo consumo y les pilla durmiendo. Sin embargo, en el sector de la hostelería se encuentran distintos puntos de vista. Por un lado, Isabel Pineda considera que "otros años se han hecho cortes por la mañana y por la tarde que nos perjudicaba más; este año te dejan un hilito para que puedas fregar, limpiar, y cuando te la cortan del todo es por la noche que estás durmiendo. Están intentando mirar por los negocios, así que no tengo queja ninguna".
Por otra parte, Encarni Bermúdez, gerente del Domino's Pizza en la Ronda de San Francisco -mucho más lejos de los depósitos municipales y por tanto llega menos "hilito" agua cuando se producen los cortes-, señala que son los cortes nocturnos los que más les están afectando, ya que son a diario. "Para el cliente es mínimo porque cerramos el local al público a las 00:00, pero nosotros que estamos allí hasta las 02:00 tenemos que ir cargando cubas para limpiar, el lavavajillas no lo podemos poner, intentamos fregarlo todo a mano".
Respecto a los cortes diurnos ampliados por el Consistorio durante los dos últimos fines de semana (de 16:30 a 20:30, el sábado para la zona 1 y 4; y el domingo para la zona 2 y 3), "ahora mismo no tenemos complicación, puesto que normalmente en horario de verano, con el tema de las altas temperaturas, se suele cerrar", indica Pineda, "pero si se alarga a septiembre, que ya tenemos el horario normal, y empezamos a tener problemas, intentaremos buscar otra solución con el Ayuntamiento".
"Nosotros hemos optado por cerrar en ese tramo porque si no tenemos agua...", replica Bermúdez. "Esto es una franquicia que realmente tiene que estar abierto a todas horas, pero cuando lo planteé me dijeron que cerrara porque en agosto no tenemos mucha venta a esas horas, pero si continúan los cortes yo en septiembre no puedo cerrar", concluye.
Araceli Lara, que trabaja como limpiadora en las piscinas municipales de Lucena, también sufrió el corte de agua del sábado por la tarde para poder desempeñar su trabajo con normalidad. "Imagínate el fastidio para limpiar los baños, tuvimos que coger bastante agua antes para poder limpiarlos", subraya.
Con la patata caliente en su mano, el alcalde y presidente de la empresa Aguas de Lucena, Aurelio Fernández, reconoce a este periódico que "han surtido más efecto los cortes del fin de semana que los nocturnos" en la estrategia de lograr que los depósitos municipales se vayan llenando, a pesar de que aún no alcancen el 50% de su capacidad, considerado como "un nivel de seguridad" de cara a afrontar con mayores garantías posibles incidencias que puedan surgir, por averías, en la red en alta o en baja que suministra a la ciudad.
El corte de suministro de agua "no es algo que sea matemático", responde el alcalde. "En julio, que es un mes con menos gente de vacaciones, los cortes nocturnos no nos daban; ahora en agosto, el consumo es menor", matiza. Aún así, el horizonte que dibuja el regidor respecto a esta medida es que, "por lo menos, en el mes de agosto el corte nocturno creo que los vamos a tener que mantener".
También el resto de restricciones de agua recogidas en el Bando Municipal decretado a principios de julio, por el que se elimina el uso de agua potable en baldeos y limpieza o el funcionamiento de las fuentes ornamentales (excepto aquellas que dispongan de un circuito interno cerrado) y se prohíbe el llenado de piscinas y el uso de agua de la red pública para limpiar aceras, fachadas, portales, patios, terrazas y balcones. "Todas esas medidas han venido para quedarse, porque, salvo que el otoño sea muy lluvioso y la situación mejore, la sequía que tenemos es muy evidente", profundiza Aurelio Fernández.
El problema en este sentido es que el Ayuntamiento no tiene medios para controlar el cumplimiento de ese tipo de medidas, como el llenado de piscinas, reconoce el alcalde. "Habrá que llegar al momento, y hay algo ya planteado que está en vigor, de que si tú te pasas de tu tramo, y haces un consumo excesivo de agua, la factura es más elevada, es decir, la pagas más cara. Habrá que tomar medidas de ese tipo que al final nos afectan al bolsillo, la gente va a mirar por eso", argumenta.
"Tenemos que ponernos el chip de que hay que ahorrar agua", dice Francisco Sánchez, otro vecino más mayor, ya jubilado, que asegura llevarlo "a rajatabla". "En las cisternas de los váteres tengo metidas dos o tres botellas de agua con lo cual cada vez que tiras se van rellenando", comparte para este reportaje.
"A lo largo de mi vida -continúa Francisco Sánchez-, el tema del agua ha sido unas veces sequía y otras veces bastante agua". Para este veterano lucentino, uno de los peores errores que se han cometido en Lucena con el tema del agua fue cuando empezaron a echar casas abajo para hacer bloques de pisos de nueva planta. "Aquí en Lucena, en el subsuelo siempre ha habido mucha agua y en casi todas las casas había un pozo medianero que le servía al de la casa de abajo y a la casa de arriba, y cuando las derribaron, el escombro iba al pozo. Eso ha sido un craso error y fíjate lo que te digo, el que hoy tiene agua de pozo y tiene suficiente, tiene un tesoro".
Propuestas para solucionar el desabastecimiento
Más allá de la necesidad inminente de lluvias, la principal solución que se vislumbra a largo plazo para poner remedio al problema endémico de averías en la conducción de agua que arrastra Lucena es el Plan de Mejora de Infraestructuras Hidráulicas, un proyecto municipal para detectar las calles y sitios donde intervenir, ver donde están las fugas. "Creemos que los fondos europeos van a salir ahora también para el tema del agua y vamos a ir viendo la financiación", señala el alcalde.
"De momento, no tenemos presupuesto, estamos empezando a plantear ese plan, es decir, ni siquiera lo hemos empezado a redactar, lo que tenemos es un listado de las calles que tienen más averías, algo bastante simple, pero nosotros lo que queremos es un plan que nos diga como está cada una de las calles y establecer las prioridades", explica a este periódico.
"Hasta que no hemos entrado en el Ayuntamiento no hemos sido conscientes de la dificultad que tenemos en la empresa de Aguas de Lucena. Yo era consejero, pero había muchísimos datos que no nos habían dado; ahora que estamos viendo las entrañas, estamos todavía en la fase de diagnóstico y luego tendremos que empezar a actuar, pero no tenemos trazada la hoja de ruta", continúa su explicación.
Mientras tanto, Aurelio Fernández destaca una reunión pendiente con el presidente de la Diputación de Córdoba y presidente de la empresa provincial de aguas (Emproacsa), Salvador Fuentes, "para que tengamos claro la manera de repartir el agua, es decir, qué criterios objetivos se siguen para darnos a nosotros 16 horas de bombeo y a otros municipios no". "Nosotros tenemos un manantial propio, que es el de Zambra, y ese manantial cada vez da menos agua. Entonces, si ellos cuentan que el manantial está ahora como estaba hace años, evidentemente tengo un déficit de agua y esas cosas son las que quiero poner encima de la mesa; yo no digo que estemos en desventaja, pero quiero conocer si hay algún criterio que diga que hay un número de litros por persona y día, y si lo que hay es algún criterio que no esté actualizado o que no sea objetivo tendremos que verlo".
Para visualizar con datos la situación actual del abastecimiento de agua en Lucena: si en mayo de 2022 recibió del manantial de Zambra unos 90.000 metros cúbicos, en mayo de 2023 solo llegaron 30.000 metros cúbicos, circunstancia que ha motivado que la compra de agua al consorcio provincial pase en ese mismo periodo de 190.000 a 242.000 metros cúbicos procedentes del pantano de Iznájar. "Si además de eso, Emproacsa reduce el bombeo de agua desde Iznájar de 18 a 16 horas diarias, a Lucena está llegando a diario el agua que prácticamente gastamos entre todos, de ahí que cueste recuperar el nivel en los depósitos”, aseguró el alcalde lucentino hace un mes.
Teniendo en cuenta esto, se suma otro problema y es que Aguas de Lucena solo factura a los vecinos un 60% de todo el agua que le compra a Emproacsa, por lo tanto hay un 40% que se desperdicia, insiste el primer edil. "Eso quiere decir dos cosas: que son pérdidas por roturas y averías, o que son fraudes", apunta. En el caso de que sean fallos del sistema de conducción, la solución es el Plan de Mejora de Infraestructuras Hidráulicas; mientras que en el caso de que sean fraudes (gente que se engancha, contadores trucados...), implica la contratación de una empresa externa que se dedica a ese tipo de investigación, ya que los recursos y la situación de Aguas de Lucena "es la que tenemos", sostiene el alcalde, que recuerda que "el problema es económico, estamos planteando cómo sacar ese contrato".
El otro gran proyecto para optimizar el abastecimiento de agua es precisamente la construcción de una nueva canalización de agua desde el nacimiento de Zambra hasta Lucena para sustituir la actual, construida hace 70 años, y considerada como "una obra de ingeniería fantástica, pero necesaria de intervenir porque es ya obsoleta", indica Fernández.
Esta obra, con un coste de 12 millones de euros, se mantiene sin embargo en un segundo orden de prioridades por el peso que ha perdido esta canalización en el abastecimiento de agua a la localidad durante los últimos años, debido a la sequía y la cantidad de agua que se pierde durante los 22 kilómetros de descenso hasta llegar a los depósitos lucentinos.
"Es un tema que da pocos votos porque levantas, arreglas y vuelves a tapar, y eso no se ve. Habría que haber intervenido, pero como normalmente había agua nadie nos acordamos de eso hasta que deja de haberla", concluye el alcalde.
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