Los otros dos detenidos son los promotores del tren turístico

Los arrestados son el presidente del Centro de Estudios del Ferrocarril y el consejero de la Compañía General de Ferrocarriles Turísticos

Á. R. / E. M.

24 de octubre 2013 - 05:01

La identidad de los dos empresarios detenidos en el marco de la operación Rocket por supuestos delitos contra la Hacienda Pública, prevaricación y falsedad en documento público salió ayer a la luz pública tras unas primeras horas de absoluto ostracismo. Fuentes próximas a la investigación confirmaron que los dos arrestados son R. O. V., presidente del Centro de Estudios Históricos del Ferrocarril, y C. G. C., consejero delegado de la empresa Compañía General de Ferrocarriles Turísticos. Ambos pasarán hoy a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de Peñarroya-Pueblonuevo junto a la exalcaldesa peñarriblense, Luisa Ruiz.

Tanto R. O. V. como C. G. C. estuvieron desde el principio en la gestación de los proyectos frustrados del Tren Turístico del Guadiato y del Museo del Ferrocarril, y fueron frecuentes las visitas que hicieron a la localidad guadiateña. A mediados de 2008, se presentaba el proyecto del tren turístico, cuyo funcionamiento se esperaba para 2011. "El Guadiato tendrá servicio regular de ferrocarril turístico a partir del primer semestre de ese año", fueron las palabras orgullosas de Luisa Ruiz en aquel momento.

El tren turístico iba a estar compuesto de piezas históricas de gran valor, entre las que destaca una locomotora de las utilizadas a principios del pasado siglo por la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya, única en España, y coches de madera que hace más de 40 años que no circulaban por el territorio nacional. También en aquel momento se daba a conocer que las locomotoras Marta y la Santa Bárbara se restauraban en Lérida, una ciudad en la que también se ha desarrollado la investigación.

En aquella presentación ya estuvo el ahora detenido R. O. V., presidente del Centro de Estudios Históricos de Ferrocarriles, que detalló que el proyecto se ejecutaría en cinco fases, en las que se adecuaría el patrimonio minero e industrial así como el ferroviario de la cuenca minera. La primera, con un montante de 2,8 millones de euros, es la que se pretendía que estuviera concluida a principios de 2011 y utilizaría la línea actual de transporte de carbón entre Almorchón (Badajoz) y la central térmica de Puente Nuevo estación de Alhondiguilla. El ferrocarril haría escala en los términos de Valsequillo, La Granjuela, El Porvenir, Peñarroya-Pueblonuevo, Belmez, Villanueva del Rey y Espiel. La segunda fase supondría la ampliación de la línea hasta El Vacar, con la tercera se llegaría a Cerro Muriano y con la cuarta se ampliará la línea hasta Córdoba. Todo ello con un presupuesto total de 14,4 millones de euros. El proyecto se quedó en la primera fase, con una subvención de 1,8 millones de euros que levantó las sospechas de los investigadores cuando al Ayuntamiento peñarriblense, ya con el PP en la Alcaldía, les fueron requeridas varias facturas, según desveló el martes la propia alcaldesa, María Gil.

Paralelamente al tren, se pondría en marcha en Peñarroya-Pueblonuevo un centro de estudios del ferrocarril, al que se le dotaría de un archivo que recogería la historia ferroviaria cordobesa y un museo del ferrocarril. Para este museo llegaría la primera de las piezas en abril de 2011, una máquina de 1911 que el Ayuntamiento adquirió a un particular en la localidad onubense de Cala. Desde su adquisición, la máquina fue trasladada a Barcelona, donde fue restaurada.

En junio de ese mismo año llegaban dos nuevas piezas, una locomóvil y una grúa, ambas de finales del siglo XIX. Estas dos piezas se localizaron a través de particulares y del convenio que el Consistorio tenía con el centro de estudios históricos, que fue quien las encontró y lo comunicó al Ayuntamiento. Ambas piezas fueron restauradas en Madrid.

Más tarde, llegaba a la localidad la locomotora de vapor conocida con la Marta tras su restauración integral, unos trabajos que se llevaron a cabo en Lérida, con una inversión de unos 200.000 euros. En esta ciudad catalana hubo un registro. Fue la Compañía General de Ferrocarriles Turísticos -ahí entraría en escena el segundo arrestado, C. G. C.- la que decidió trasladar esta locomotora a tierras peñarriblenses y se responsabilizó de la iniciativa con la intención de lograr su continuidad.

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