Un día que es sinónimo de Araceli
lucena
Miles de personas arropan a la patrona lucentina y del campo andaluz en la jornada central de sus fiestas, que se cerró a medianoche con el espectáculo pirotécnico de la plaza Nueva

Como marca la tradición en Lucena, el primer domingo de mayo en la ciudad de las tres culturas es sinónimo de Araceli. Araceli madre, Araceli amiga, Araceli esposa. Recordando las palabras del obispo de Bilbao y pregonero de las glorias de María Santísima de Araceli 2017, Mario Iceta, "decir madre es decir amor". "Decir lucentino es decir aracelitano. Es sentirse, como yo me siento, hijo de este amor. Renovemos el amor a nuestra madre. Nos faltarán días para agradecer a Dios el don grande que en Ella nos ha dado. Vivamos intensamente cada día la presencia de este regalo inmenso. Bajo tu mirada materna y en tu regazo, madre nuestra, junto a tu Hijo, quiero siempre morar y descansar". Y así lo demostró ayer, un año más, toda Lucena llenando las calles de fervor y devoción.
Por la mañana, Iceta concelebró la función religiosa presidida por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, en la que se interpretó la Misa del campo andaluz, obra de Antonio Villa Álvarez de Sotomayor, a cargo de la Coral Lucentina y la Orquesta del Conservatorio Profesional de Música Maestro Chicano. Tras más de una hora de celebración, los asistentes ponían el broche final con la interpretación del himno de la patrona en una iglesia abarrotada de flores que los lucentinos ofrecían a su madre en la tarde del sábado.
Ya en la tarde, a las 20:00, la Reina de Lucena, bajo las órdenes del manijero Manuel Roldán, realizaba su salida dese la iglesia mayor parroquial de San Mateo para iniciar un desfile procesional que la llevó, bajo una lluvia de pétalos, a recorrer la plaza Nueva, Las Torres, Barahona de Soto, el Coso, Maquedano, Antonio Eulate, Pedro Angulo, San Pedro, El Agua y El Peso. Vestida de color blanco y con el manto estrenado en 1948 con motivo de su coronación canónica, la Señora lucentina estuvo acompañada por su corte, compuesta por la aracelitana mayor, Araceli Dorado, y sus damas de honor -Carmen María Almagro, María Araceli Arévalo, María del Carmen Campaña, María Delgado, Rosa María Osuna y Araceli Roldán-. Tampoco faltaron los miembros de la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli, autoridades, colectivos y fieles que hicieron del desfile, como cada año, una tarde de júbilo y alegría.
A las 23:30, la Virgen asomaba nuevamente en la plaza Nueva, momento en que comenzaba el espectáculo pirotécnico, que este año ha contado con la novedad de la digitalización en un estudio de grabación de la música que sonó, de manera que logró una mejor adaptación de los cohetes y la música, a la que puso voz el Coro Eliossana y la escolanía del conservatorio. Puntual, a medianoche, la patrona de Lucena entraba en su sede canónica arropada por miles de lucentinos que replicaban los cánticos en su honor.
A partir de hoy, a las 21:00, dará comienzo la novena, que se celebrará en San Mateo hasta el próximo martes día 16 y en la que actuará la Coral Lucentina. El día 14 de mayo está prevista la celebración del besamanos; el sábado 20 de mayo, la misa de los nuevos matrimonios y el domingo 21 de mayo, la presentación a la Virgen de los niños recién nacidos. Será el domingo 4 de junio cuando, bajo los hombros de los miembros de la Cofradía del Sagrado Encuentro que este año celebra su 25 aniversario, la patrona vuelva a subir a la cumbre de la Sierra de Aras para regresar, el próximo año, a la Lucena de sus amores.
"Aunque uno sufra, si tiene una madre es todo distinto"
Con una felicitación a todas las lucentinas que llevan por nombre Araceli, arrancó ayer la homilía presidida por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, en la iglesia parroquial de San Mateo. "Un pueblo que tiene una madre es un pueblo que está salvado. Aunque uno tenga que sufrir, si tiene una madre es todos distinto. Lucena tiene madre y es María Santísima de Araceli", dijo el prelado en un templo abarrotado. Fernández subrayó que "es tiempo de pedirle que nos cuide, nos proteja, nos limpie, alimente y consuele". Pidió también "por todos los pastores de la Iglesia en este domingo del Buen Pastor, por todos los que hacen posible la Eucaristía, que es alimento de vida eterna" y se acordó también de la "necesaria labor de los misioneros". En este sentido, tuvo especiales palabras para la misión desarrollada en Picota (Perú) y para la labor del comedor social Virgen de Araceli, así como para quienes año organizan el Telemaratón. El prelado destacó por último "la importancia de encontrar trabajo para los que no lo tienen, que los enfermos encuentren salud en Cristo y que compartamos con las personas que no tienen lo necesario". Deseó al fin que "María Santísima de Araceli esté presente todos los días del año".
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