El escarabajo que se come las palmeras

Campiña Sur

Una plaga del coleóptoro picudo rojo está acabando con docenas de datileras en varios municipios de la provincia, que han tenido que ser hasta arrancadas

Palmera de Los Trinitarios de La Rambla infectada, antes de ser talada.
M. Ángeles Costa

24 de marzo 2009 - 05:01

La palmera forma parte del patrimonio natural de muchos municipios de Córdoba. Hay casos en los que su presencia en parques, plazas o calles es centenaria, por lo que, en caso de desaparecer, modificarían la fisonomía de algunos espacios públicos tradicionales. Pues bien, las palmeras que ornamentan el entorno cordobés, especialmente las datileras y canarias, podrían estar amenazadas de muerte si desde los ayuntamientos y los particulares, que las puedan tener plantadas en sus parcelas, no se actúa en la prevención y erradicación de la plaga de un escarabajo que las devora sin contemplaciones. Se trata del conocido como picudo rojo, cuyo nombre científico es Rhynchophorus ferrugineus Olivier, que en su ciclo vital pasa por distintos estadios y que una vez en su fase adulta puede emigrar a otras palmeras pudiendo recorrer hasta cinco kilómetros en un día.

Según el responsable de Sanidad Vegetal de la Delegación de Agricultura, Joaquín Fernández de Córdoba Villegas, en la provincia existen dos focos de esta plaga, uno en la zona de Hornachuelos y Posadas y otro en la Campiña Sur, en Montemayor, desde donde se está extendiendo a otras localidades como Montilla -donde se tuvo que destruir un ejemplar- y La Rambla, último municipio en el que se han detectado palmeras infectadas.

En los tres últimos años, medio centenar de palmeras de la provincia, tanto de zonas públicas como privadas, se han tenido que cortar y triturar como el método más eficaz que puede evitar la propagación de la plaga ante un avanzado estado de la infestación. No obstante, el número de palmeras que pudieran contener el picudo rojo puede ser mucho mayor, sin que se pueda precisar la cantidad debido a que no es fácil detectar los síntomas, ya que puede transcurrir incluso un año sin que se hagan evidentes. La caída de las hojas, la presencia de galerías o el ruido de las larvas pueden advertir de la presencia del picudo rojo.

Precisamente, para sensibilizar y concienciar a la población sobre los efectos de la plaga de este coleóptero así como de las formas de prevenirlo, detectarlo y tratarlo, la Delegación de Agricultura, en colaboración con los ayuntamientos, ha iniciado una campaña informativa, que ha tenido una primera jornada en La Rambla.

Según explicaron los técnicos de la Junta, estas jornadas responden a un cambio de estrategia de la Consejería que, desde finales de 2008, ha dejado de hacerse cargo del coste de la corta y triturado de las palmeras infectadas trasladándole esa responsabilidad a los ayuntamientos y particulares. Los responsables de la Delegación de Agricultura afirmaron que "la estrategia que había seguido hasta ahora la Junta ha fallado porque se avisaba tarde de la presencia del picudo rojo, precisamente por falta de información. De ahí que ahora se apueste por la divulgación".

Dado que el problema de la plaga afecta ya a varios municipios, en el seno de la jornada informativa se planteó la posibilidad de abordar el coste que pudiera conllevar la adquisición de la maquinaria específica para su tratamiento de forma mancomunada o provincial. De hecho, la concejala de Parques y Jardines de La Rambla, Concepción Soret, recogió la idea y afirmó que su Ayuntamiento llevaría la propuesta tanto a la Mancomunidad como a la Diputación.

De momento, desde el área de Medio Ambiente de La Rambla se hace un llamamiento a los ciudadanos para que estén atentos a las palmeras que puedan tener en sus parcelas y ante cualquier sospecha de infestación por el picudo rojo lo comuniquen al Consistorio. Y es que si algún ejemplar quedase infectado se convertiría de nuevo en el foco para la propagación del curculiónido ferruginoso.

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