Flores frescas y velas en la calle San Antonio de Pozoblanco
Los Pedroches
Vecinos de la localidad vuelven a concentrarse en repulsa del asesinato de Juani y la mujer apuñalada este miércoles
"Solamente se ve la punta del iceberg, que es el asesinato, pero casos de malos tratos hay muchísimos", asegura la presidenta de la Asociación Ventana Abierta
Fotogalería: Cientos de vecinos muestran la repulsa al asesinato de Juani
El precinto de la Guardia Civil que tacha la fachada del número 44 de la calle San Antonio, en Pozoblanco, está todavía tenso. En la puerta hay un ramo de flores frescas y varias velas encendidas, que mantienen viva la memoria de la víctima en la casa donde vivía y que quería abandonar. Abajo, la despedida póstuma de dos amigas grabada a mano en una cartulina. Desde este martes, y para siempre, éste será el escenario de un crimen atroz que jamás se olvidará, aunque también intenta pasar su duelo con el cartel de Se vende.
Sin tiempo para digerir la noticia del asesinato de Juani (31 años) a causa de un disparo de su pareja (39 años), la capital de Los Pedroches recibía el miércoles un segundo impacto de violencia machista, en poco más de 24 horas: el apuñalamiento de otra mujer (41 años), que continúa ingresada en la UCI con pronóstico reservado.
"Están siendo días muy complicados, de los más difíciles que recuerdo en nuestro municipio", responde para El Día el alcalde de Pozoblanco, Santiago Cabello. "Somos una localidad tranquila y pacífica, y esto nos conmociona. Tenemos que seguir luchando contra un problema global como es la violencia de género y tenemos que hacerlo desde la unidad y con medidas útiles", sostiene.
"El terrorismo machista ha golpeado a Pozoblanco", apunta Inmaculada Dueñas, presidenta de la Asociación de Mujeres Ventana Abierta, fundada por vecinas de la localidad hace casi 30 años. "El pueblo está consternado, sentimos mucha tristeza. Sabemos que esto está ahí, pero nunca pensamos que nos toca tan de cerca, y esta vez nos ha tocado", aunque, añade, "lo que no nos esperábamos es otro caso al día siguiente".
La vida en Pozoblanco se escenifica con normalidad en el mercado o en las terrazas de los bares, más allá del dolor y del silencio que impregnan las calles, especialmente la de San Antonio. Las conversaciones parecen apagarse cuando alguien pasa de cerca. "No le tomo el pulso a los clientes sobre el tema; nada más que decir que compartimos el sentimiento de dolor", apuntaba este jueves la encargada de un establecimiento en el centro de la localidad. "Una tragedia enorme", afirmaba escuetamente otra mujer a la salida del mercado, sin dar su nombre.
Las banderas de la portada consistorial ondeaban aún a media asta, pasados los dos días de luto (martes y miércoles) decretados por el Ayuntamiento de Pozoblanco tras el asesinato de su vecina Juani. "Hemos colaborado desde el primer momento tanto en la investigación como en el respaldo psicológico a los familiares de las víctimas. Hemos estado a disposición constante y quiero agradecer la enorme labor de los agentes del orden y del equipo de psicólogos, así como las innumerables muestras de apoyo que hemos recibido y la respuesta ciudadana a estos hechos en las diversas manifestaciones convocadas", resalta el alcalde.
El último acto en repulsa de los hechos de Pozoblanco, sumados a los casos confirmados por el Ministerio de Igualdad en Almería y Tenerife, fue convocado este mismo jueves por la asociación Ventana Abierta. "Solamente se ve la punta del iceberg, que es el asesinato, pero casos de malos tratos hay muchísimos", sostiene su presidenta, Inmaculada Dueñas, que asegura recibir en la asociación a más mujeres de las que abren formalmente una denuncia.
Dueñas apela a la sensibilidad de la sociedad para que no se prejuzgue a estas mujeres y que no carguen con la culpabilidad. "Estas mujeres están inmersas en un mundo que solo lo saben nada más que ellas. Incluso a veces quieren a sus maltratadores, a sus asesinos potenciales y eso es difícil; ellas quieren salir de esa situación, pero quieren que nadie se entere que están ahí porque las señalan por la calle, y más en los pueblos", asegura.
"Me imagino que las mujeres que estén sufriendo maltratos tendrán ahora mucho miedo. No sé si esto es un efecto dominó, pero estamos hablando de que en 24 horas han asesinado a tres mujeres. Esto es un terrorismo puro y duro, y tenemos la obligación moral de intentar erradicarlo. Sabemos que es difícil, que la violencia no desaparece en tres días, pero si se ponen medios podemos intentar al menos darle una salida a aquellas", continúa Dueñas.
"Una mujer que está inmersa en esto necesita una situación laboral buena y, sobre todo, alejarlse de los maltratadores", indica la presidenta de la asociación, aunque reconoce que para ello se debe repensar las políticas que se están haciendo: "Tenemos que lucharlo de otra manera, dejando de lado las ideologías".
Para ello, la asociación aboga por la educación desde el principio. "¿De qué nos vale dar charlas a adolescentes si ya tiene su vida o su forma de ser? Si tú llamas a una mujer inútil es que has oído a otro llamarla así", exterioriza. En el tema de asociacionismo, Dueñas lamenta que no está habiendo un relevo generacional de la juventud y, por ello, les advierte: "Los derechos hay que lucharlos todos los días".
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