La Guardia Civil investiga a una tercera persona por el robo del aceite de Carcabuey

Una tercera persona está investigada en el caso del robo de 56.000 kilos de aceite de oliva virgen extra en la almazara Marín Serrano El Lagar de Carcabuey, que se produjo a finales del mes de agosto. El caso suma así dos detenidos (puestos ya en libertad provisional) y tres investigados tras la operación desplegada el lunes 25 de septiembre, en la que se consiguieron recuperar 50.000 kilos de aceite.

El tercer investigado es un empleado de la almazara en la que se ha hallado el aceite, según han confirmado fuentes cercanas al caso.

El Instituto Armado abrió una investigación para esclarecer el robo que se registró en la madrugada del miércoles 30 de agosto en la almazara Marín Serrano El Lagar. Cuando llegaron los responsables y trabajadores a las instalaciones se dieron cuenta de que la puerta principal estaba cerrada, pero el candado no estaba. Enseguida comenzaron a buscar qué había ocurrido y qué faltaba. Cuando llegaron a la bodega más alejada de la puerta principal, la que está en la parte trasera de la fábrica, lo descubrieron.

Según relató a este periódico el gerente de la almazara, Martín Parra, primero vieron una mancha de aceite en el suelo y, tras esto, comprobaron que dos cisternas estaban vacías. Los ladrones "iban a tiro hecho", señaló Parra.

Los cacos entraron forzando la puerta principal y se dirigieron a la última bodega de la almazara. En las otras dos apenas hay aceite, por lo que "han ido a tiro hecho, a la bodega donde más había". Una vez dentro, pusieron en funcionamiento las bombas y extrajeron el aceite de oliva virgen extra, cargando sus camiones. En esto pudieron tardar entre 45 minutos y una hora por cisterna, por lo que es posible que estuvieran en la fábrica unas dos horas. Por último, cerraron las puertas como si no hubiera pasado nada y se marcharon.

Se da la circunstancia de que este lote de aceite era "de los mejores" -alrededor de 56.000 kilos- y puede alcanzar en el mercado un precio de alrededor de 500.000 euros, según indicó el gerente de la empresa. Las primeras hipótesis ya apuntaron a que se habían utilizado camiones cisterna, dado que el aceite de oliva no estaba embotellado y envasado.