El lobo regresa a la sierra

Medio Ambiente La vuelta a Hornachuelos de una especie en peligro de extinción

La Junta confirma que el ataque a 46 ovejas y a 51 borregos de Villaviciosa lo perpetró una manada que se ha establecido en Hornachuelos · No se tenía noticias de este animal en la zona desde los 90

Alfonso Alba

15 de marzo 2008 - 05:01

Ya no hay duda. Una manada estable de lobos ha vuelto a colonizar la Sierra de Hornachuelos. La muerte de cerca de un centenar de ovejas en una finca serrana de Villaviciosa así lo evidencia. "Fueron lobos", confirmó ayer el jefe del Servicio de Gestión del Medio Natural en Córdoba, Rafael Arenas. Los cánidos mataron, en dos ataques diferentes sucedidos el domingo y el martes pasado, a 46 ovejas y a 51 borregos en la finca Las Albertillas.

Los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente determinaron sin ninguna duda que el ataque ha sido cometido por un grupo familiar de entre cinco y siete ejemplares, según explicó ayer Rafael Arenas. Esta rotundidad se debe a la evidencia de las pruebas que han encontrado los técnicos de Medio Ambiente en el lugar del ataque: las huellas de los cánidos y sobre todo el análisis de las heridas mortales que presentaban las ovejas. A diferencia de los perros salvajes, los lobos lanzan un sólo ataque, a la yugular de sus presas para causarles una herida mortal. Casi todas las ovejas y borregos de Las Albertillas presentaban este tipo de mordisco.

La última vez que se certificó la presencia de un lobo en la Sierra de Hornachuelos fue a mediados de la década de los 90, cuando un cazador localizó uno en una montería. Desde entonces, tanto Medio Ambiente como los ecologistas habían dado por desaparecida a esta especie en la Sierra de Hornachuelos, aunque nunca habían perdido la esperanza de volver a encontrar alguno, sobre todo por la cercanía del último hogar del lobo ibérico al Sur del Duero: la sierra de Andújar y su prolongación con Cardeña. En este punto, se tenía constancia de una población más o menos estable de cánidos, pero escasa: menos de 60 ejemplares.

Según el jefe del Servicio de Gestión del Medio Natural -que desde los años 80 trabaja por la recuperación del lobo en Sierra Morena-, se estima que en Hornachuelos habitan entre uno y tres subgrupos familiares de lobos, es decir, entre siete y 21 ejemplares. Los expertos sospechan que este subgrupo tiene su origen en la Sierra de Andújar, y que han logrado cruzar el río Yeguas (la frontera natural entre las provincias de Córdoba y Jaén) a través de Cardeña. Una vez en este punto, han recorrido una especie de corredor natural situado justo entre el límite municipal de Córdoba capital y Obejo, Villaviciosa y Espiel. De hecho, en una sola noche un grupo de lobos es capaz de recorrer una distancia superior a los 90 kilómetros.

Desde mediados de los años 90, la Consejería de Medio Ambiente había tratado de certificar, en vano, la presencia en Hornachuelos del rey de los animales salvajes de la Península Ibérica. Sin embargo, todo comenzó a cambiar en diciembre del año 2006. Este mes, un ganadero denunció la muerte de decenas de sus ovejas en otra finca de Villaviciosa, en pleno corazón de la sierra. Entonces, un pormenorizado análisis de los restos mortales de las ovejas determinó que los mordiscos correspondían a lobos. Sin embargo, la Consejería de Medio Ambiente quiso mantener la prudencia, ya que sólo se había constatado la presencia de lobos entre Andújar y Cardeña, muy lejos de Villaviciosa. En marzo de 2007, la misteriosa muerte de otro grupo de ovejas en Hornachuelos también hizo saltar las alarmas. Sin embargo, los técnicos de Medio Ambiente llegaron tarde al lugar de los hechos, el ganadero se había desecho ya de los cadáveres de las ovejas. Pese a su testimonio, al de los técnicos del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y al de un grupo de cazadores, que coincidían en que se había tratado de lobos, Medio Ambiente no llegó a confirmar nunca este extremo por la imposibilidad de analizar los cuerpos de las ovejas atacadas.

A partir de entonces, los técnicos comenzaron a sospechar de que el lobo había vuelto a Hornachuelos. Así, se observaron numerosos indicios: se analizaron huellas, se revisaron excrementos y hasta se utilizaron sistemas especiales de escucha (con un aparato especial, los técnicos reproducían el aullido de un lobo y, para su sorpresa, encontraron respuesta en el interior del bosque). El lobo había vuelto a Hornachuelos, y parece que para quedarse, ya que el subgrupo de siete a 21 cánidos ha establecido ya su propio territorio.

En el último ataque de Villaviciosa, los técnicos de la Junta han constatado un "comportamiento anómalo" de los lobos. Al parecer, arrinconaron a las ovejas en un redil, en un radio muy pequeño, y allí las fueron matando una a una, sin tener que cazarlas en campo abierto. Rafael Arenas cree que cuando los lobos "están encerrados con mucho ganado" se les despierta el instinto de tener que disponer de mucha comida para épocas de escasez. Por otra parte, el número de bajas aún no está cerrado, ya que los técnicos creen que alguna oveja o borrego se pudo dar a la fuga y ahora sobrevive en el bosque. Además, existe un número grupo de ovejas que sufre heridas muy graves, y se teme por su vida.

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