El meloncillo, el voraz depredador que se adueña de la campiña de Córdoba

Medio Ambiente

La Federación de Caza advierte de los efectos nocivos de esta mangosta africana

Esta especie invasora fue introducida en la península por los romanos hace dos milenios

El meloncillo es una mangosta originaria de África.
El meloncillo es una mangosta originaria de África. / El Día

Su cuerpo es alargado y paticorto y su cabeza fina, con pelaje negro jaspeado y una pupila horizontal que le confiere una mirada inquietante. Es el meloncillo, la única mangosta europea, un cazador eficaz que se ha convertido en el principal depredador de la campiña de Córdoba después del jabalí. La advertencia la lanza la Federación Andaluza de Caza, cuyo delegado provincial, Francisco Javier Cano, explica que su expansión está acabando con la población de conejo y de pequeños mamíferos.

El Herpestes ichneumon widdringtonii, como se conoce en la comunidad científica, tiene origen africano aunque cruzó el Estrecho hace casi dos milenios. En la Península Ibérica, su hábitat se circunscribía al Algarve, Sierra Morena, Doñana y las serranías de Cádiz y Málaga. Aunque, en la actualidad, está experimentando una expansión "preocupante" que lo hace cada vez más habitual en la campiña cordobesa.

El motivo, según expone Cano, es el aumento de la temperatura como consecuencia del cambio climático, lo que le permite expandirse. Así, aunque su hábitat típico es el monte bajo mediterráneo con encinas y alcornoques, en las zonas de cultivo se refugia en los sotos y zarzas y en pequeños bosques fluviales. Y, si bien apenas alcanza los 55 centímetros de longitud, su pequeña estatura no está a la par de su voracidad, advierte la Federación de Caza. Además, allá donde llega el meloncillo, desaparece por ejemplo el zorro, depredador natural en estas zonas.

El meloncillo llegó a la antigua Hispania de la mano de los romanos, que lo utilizaban como mascota o para controlar las plagas de roedores, explica el portavoz de Ecologistas en Acción en Córdoba, Juan Escribano. Como especie invasora que es, no tiene depredador natural, lo que se acentúa en la campiña, un ecosistema absolutamente destruido. Es muy habitual cruzárselo en Sierra Morena, explica, donde se los suele ver caminando uno detrás de otro, aunque toparse con uno de ellos en la campiña es una novedad.

Una especie invasora histórica

“Did the Romans introduce the Egyptian mongoose (Herpestes ichneumon) into the Iberian Peninsula?”. Con este título, un equipo internacional de investigadores de varias instituciones, entre ellas la Universidad de Granada y la Universidade de Lisboa, publicaron a finales del año pasado en la prestigiosa revista The Science of Nature un interesante hallazgo vinculado al meloncillo.

Su trabajo apunta que este animal de origen africano, que hasta ese momento se consideraba había sido introducido por la mano del hombre en la Península Ibérica en época islámica (entre los siglos VIII y XV) -aunque había ligeras sospechas que presagiaban que en el VI había ya alguna evidencia al respecto- llegó hasta aquí muchos siglos antes: al menos, en el siglo I después de Cristo, es decir, en pleno Alto Imperio Romano.

Los investigadores analizan tres nuevos hallazgos de esta especie de pequeño carnívoro. En concreto, se trata de un esqueleto parcial procedente de la antigua Augusta Emerita -Mérida, España-, un cúbito de una gruta en Vila Franca de Xira y un tercero encontrado en un contexto medieval del castillo de Palmela, estos últimos de Portugal.

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