Micaela Navarro: "Sigue habiendo ramalazos de machismo muy preocupantes"
Entrevista
La histórica socialista protagoniza una charla en la Casa del Pueblo de Montilla sobre el papel de las mujeres en el siglo XXI
La Universidad de Córdoba celebra el 8M: "Hay que avanzar hacia una igualdad real y efectiva"

Montilla/Micaela Navarro (Andújar, Jaén, 1956) es desde hace décadas uno de los rostros más visibles en la lucha por la igualdad, labor por la que acaba de ser reconocida con la Medalla a la Promoción de los Valores de Igualdad que otorga el Gobierno de España. La histórica socialista ha protagonizado este viernes una charla en la Casa del Pueblo de Montilla sobre el papel de las mujeres en el siglo XXI y ha aprovechado la ocasión para reconocer la escuela feminista puesta en marcha en el municipio, que considera "un ejemplo a seguir".
Pregunta.Llegamos a un nuevo 8M, ¿por qué hay que seguir celebrando el Día Internacional de la Mujer?
Respuesta.Es evidente que esa igualdad por la que siempre hemos luchado en el movimiento feminista no se da aún, sobre todo al tratar la igualdad de oportunidades. Las mujeres siguen cobrando menos salario que los hombres y menos pensión porque sus cotizaciones han sido diferentes durante la vida laboral. Y eso es así porque se siguen haciendo cargo mayoritariamente de asuntos que se consideran propios de mujeres como los cuidados. Y una apreciación. Quizás en algún momento, cuando exista la igualdad real, podamos celebrar el 8M, pero por el momento lo que hacemos es conmemorarlo.
P.¿Qué significa ser feminista en el año 2025?
R.Seguir creyendo que las mujeres y los hombres tenemos que tener los mismos derechos legales, algo que ya es indiscutible, y las mismas oportunidades. No se trata de que las mujeres tengamos privilegios, sino de que nos asistan los mismos derechos y las mismas oportunidades que a los hombres.
P.¿Qué luchas quedan pendientes?
R.Está claro que la lucha por la igualdad de oportunidades sigue pendiente. Y no debería ser solo una cuestión de mujeres, porque de ese enriquecimiento de la sociedad que se produce con la igualdad nos aprovechamos todos. Es decir, nunca se les quitarían derechos a los hombres, sino que los avances redundarían en una sociedad mucho más justa. Hay datos que evidencian que esta igualdad no se ha conseguido, como el hecho de que desde 2001 haya más universitarias que universitarios, pero esto no se traduce en que haya más directivas. El problema sigue siendo que la mujer aún sostiene la gran parcela de la vida familiar que es la maternidad, a la que no quiere renunciar. Por eso necesitamos políticas públicas por parte de los gobiernos para que los cuidados, que siguen recayendo sobre la mujer independientemente de la edad y de la circunstancia laboral, se puedan compartir.
P.¿Cómo se conseguiría esto?
R.Por ejemplo, con el desarrollo de la Ley de Dependencia o con la gratuidad de las escuelas infantiles. Hay que seguir desarrollando políticas.
P.¿Los hombres se siguen haciendo los remolones a la hora de compartir las tareas?
R.No creo que ese sea el problema, sino que las propias circunstancias laborales y de estructura económica que existen hacen que normalmente, cuando hay que coger una excedencia en el trabajo, lo hagan más las mujeres que los hombres, porque normalmente son ellas las que cobran menos. Y no es porque las mujeres cuiden mejor, porque esta es una tarea que se aprende. En cuanto al hecho de dar un paso adelante en el reparto de tareas, desde mi punto de vista no se puede hacer legalmente, sino que se trata de una cuestión estrictamente personal. A lo que sí están obligados los gobiernos es a desarrollar políticas públicas que ayuden a las familias.
P.¿Hay buenas feministas y malas feministas?
R.No, solo hay feministas. Y quien quiera dar un carnet no es feminista. Solo entiendo un feminismo, el que sigue a aquellas mujeres que nos pasaron la antorcha de la lucha por la igualdad de derechos y de oportunidades. Todavía hay que recordar que hasta el año 1975 en España una mujer no tenía derechos de ciudadanía, pasaba de la tutela de su padre a su marido, y no podía hacerse un pasaporte, cobrar una herencia o tener una cuenta en el banco. El feminismo lucha por esa igualdad de derechos, y aquellas personas que se quieren amparar en el feminismo para decir que también lo son pero que están en contra de la Ley de Violencia de Género no lo son.
P.Las voces críticas contra las políticas de igualdad cada vez se escuchan con más fuerza, ¿qué les diría?
R.No diría que han aumentado las voces, sino que ahora no tienen ningún pudor ni rubor, sobre todo a través de las redes sociales. Es como el veneno, que el problema está en la dosis. Hay medicamentos maravillosos que te pueden matar. No se tiene un mínimo de decencia moral y política cuando se dice que se está en contra de una ley que protege a una mujer víctima de violencia de género.
P.Fue una de las grandes impulsoras de la Ley Integral contra la Violencia de Género, ¿qué ha cambiado desde su aprobación?
R.La ley acaba de cumplir 20 años, y quiero recordar a Carmen Olmedo, primera directora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), quien siempre trabajó en esta línea. Son miles de denuncias que se presentan al año y miles las medidas de protección que dictan los juzgados, aunque todavía son demasiadas las mujeres asesinadas. Por supuesto que todo es mejorable, pero al menos la ley ha dado una respuesta a la necesidad que surge cuando una mujer está siendo agredida.
P.¿Qué piensa de los negacionistas de la violencia machista y de que quienes la llaman violencia intrafamiliar?
R.Está claro que no es violencia intrafamiliar, aunque a estas personas les da exactamente igual porque lo único que quieren es intoxicar y generar bulos. No hay más que un origen: el control y la dominación del hombre sobre la mujer, esto no tiene nada que ver con la familia. El problema es que este mensaje negacionista empieza a calar, y sigue habiendo ramalazos de machismo muy preocupantes entre la gente más joven, sobre todo actitudes de control en las relaciones de pareja, y lo que algunos consideran muestras de amor no lo son en absoluto.
P.Recientemente se ha conocido la sentencia contra Luis Rubiales por su beso a Jenni Hermoso, ¿qué le ha parecido el final de este caso?
R.Fue muy grave lo que hizo, pero fue más grave aún fue su comportamiento posterior, el reírse, el ninguneo. Los del beso me pareció asqueroso, pero lo otro fue humillante. Y la sentencia, si la víctima no ha ocurrido, no es suficiente. En este caso, ha habido una condena social más importante que la judicial.
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