Luz verde al Plan contra el Radón: más de una quincena de municipios de Córdoba presentan altos niveles del gas
Salud
La mayor parte de las localidades afectadas se localizan en la comarca de Los Pedroches
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El Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio de Sanidad, ha dado luz verde al Plan Nacional contra el Radón con el objetivo de "proteger la salud del conjunto de la población, y las personas trabajadoras en particular, frente a los riesgos de la exposición a este elemento químico en forma gaseosa". Un Plan que tendrá efectos para 16 municipios de la provincia de Córdoba, en los que se han detectado concentraciones significativas de este gas.
El radón es la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco y está clasificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como carcinógeno humano desde hace más de tres décadas. Se trata de un gas radiactivo que se filtra en viviendas y centros de trabajo a través del subsuelo y está especialmente presente en más de una quincena de localidades de la provincia de Córdoba.
Según expone la cartografía del potencial de este gas radiactivo en España, desarrollada por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), los niveles más altos se concentran en la comarca de Los Pedroches y también en zonas del Alto Guadiato donde en un porcentaje significativo de localizaciones se identifican edificios residenciales que presentan concentraciones superiores a 300 bequerelios por metro cúbico (Bq/m3).
En concreto, este mapa recoge estas zonas de actuación prioritaria en la provincia de Córdoba en la que se incluyen los municipios de El Guijo, Conquista, Cardeña, Belalcázar, Valsequillo, Hinojosa del Duque, Villaralto, El Viso, Santa Eufemia, Villanueva del Duque, Alcaracejos, Hornachuelos, Dos Torres, Añora, Pozoblanco y Villanueva del Rey. Entre todos suman más de 45.000 residentes.
No obstante, también hay otras localidades de la provincia cordobesa en las que el gas radón se puede encontrar en menor concentración. En este caso se trata de los pueblos de Fuente Obejuna, Obejo, Torrecampo, Pedroche, Villanueva de Córdoba, Posadas y Almodóvar del Río.
El citado plan aprobado por la cartera que dirige Mónica García tiene cinco ejes estratégicos: conocimiento e infraestructura básica, edificación, lugares de trabajo, zonas de actuación prioritaria y comunicación y concienciación.
Estos cinco ejes engloban, a su vez, actuaciones para conocer la magnitud del problema, como evaluar la exposición de la población al radón y estimar su incidencia sobre la salud de la población, reducir la concentración de radón en los edificios o impulsar programas de formación específicos para los distintos agentes que intervienen en el ámbito de la edificación.
Otra de las actuaciones va servir para potenciar la concienciación del público, los profesionales y administraciones sobre los efectos del radón en la salud y, en particular, en combinación con el tabaco. En este caso los efectos se encuentran notablemente aumentados, debido al efecto sinérgico de radón y tabaco.
Qué es el gas radón
Según indica el CSN, el radón (radón-222) es un gas radiactivo natural procedente de la cadena de desintegración del uranio-238 y, por tanto, ubicuo en la naturaleza. "Este gas, no suele presentar niveles altos al aire libre pero tiende a acumularse en las viviendas y puede dar lugar a concentraciones elevadas, especialmente en zonas con suelos muy permeables o con un alto contenido de radio-226", añade.
El Consejo de Seguridad Nuclear, además, expone que determinadas actividades laborales -como la minería subterránea o la explotación de las aguas termales- "pueden conllevar también un riesgo significativo de exposición a este gas".
Además, según la OMS, el gas radón es una de las principales causas de cáncer de pulmón. Se estima que la proporción de los casos de cáncer de pulmón a nivel nacional atribuibles al radón con respecto al total varía de un tres a un 14%, en función de la concentración media nacional de radón y de la prevalencia de consumo de tabaco. El organismo también señala que el riesgo de cáncer de pulmón es mayor para los fumadores debido a los efectos sinérgicos del radón y el tabaquismo.
El radón se descompone rápidamente y despide pequeñas partículas radiactivas. Al ser inhaladas, estas partículas radiactivas pueden dañar las células que recubren los pulmones. La exposición a largo plazo al radón puede resultar en cáncer de pulmón, el único tipo de cáncer que se ha comprobado está asociado con la inhalación de radón.
Según un estudio de investigadores adscritos al Grupo Radón del Laboratorio Laruc de la Universidad de Cantabria, el radón forma parte, pero en muy pequeña proporción, de la composición del aire atmosférico que respiramos". El estudio expone también que este gas es "incoloro, inodoro e insípido" y que su solubilidad en el agua es muy grande, del mismo modo que en otros líquidos, principalmente si son orgánicos".
El radón en las viviendas
El radón está presente en los suelos terrestres, sobre todo en zonas de granito, es capaz de viajar entre los poros del terreno hasta alcanzar la superficie, donde podrá diluirse entre los gases de la atmósfera, o penetrar en el interior de los edificios si éstos no se encuentran debidamente protegidos.
La Unión Europea, además, obliga a España a realizar mediciones del gas radón para establecer medidas de protección en aquellas viviendas en las que sus niveles sean dañinos para el ser humano.
Según el citado estudio de la Universidad de Cantabria, el suelo constituye la principal fuente de radón de las casas, mientras que la segunda son los materiales de construcción empleados en las mismas.
También recoge que la concentración de este gas en el interior de una casa depende no solo de las características físicas del suelo sobre el que se asienta, sino también de particularidades típicas de cada casa, como son el tipo de construcción, el régimen de ventilación y el contenido y de radio de los materiales de construcción empleados en la misma.
Y, cómo se puede reducir el nivel de radón en las casas. Pues, según la OMS, una de las claves es la ventilación de las mismas. A esta, suma la instalación de un sistema de evacuación mecánica del radón en el sótano o bajo los pisos sólido, y también medidas para evitar que se filtre desde el sótano hasta las habitaciones. Sellar pisos y paredes y mejorar la ventilación del edificio, sobre todo en el contexto del ahorro energético es otra de las recomendaciones que hace.
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