Los municipios de Córdoba mantienen un centenar de discrepancias sobre sus lindes: "Muchas señales han desaparecido"
Urbanismo
Solo seis de las 77 localidades cordobesas, Montilla la de mayor población, han completado el replanteamiento de los límites de su término
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Córdoba/Los municipios de Córdoba mantienen diferencias en torno a un centenar de lindes entre términos municipales, conflictos que arrastran desde el siglo XIX y que a fecha actual aún no se han resuelto. Según los datos reportados por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), en la provincia hay 94 líneas de discrepancia, mientras que en el conjunto de la comunidad se superan el millar.
"La mayoría de los límites municipales en la comunidad se recogieron en documentos que firmaron topógrafos del Instituto Geográfico Nacional en el último tercio del siglo XIX. Las brigadas recorrieron todo el territorio y levantaron actas muy minuciosas, con croquis detallados de todos los términos municipales en los que hacían descripciones muy literales haciendo uso de la tecnología del momento. En ocasiones mencionan documentación previa que avala las delimitaciones, pero hay numerosos casos en los que no", explican fuentes del IECA.
Cuando esto ocurría y no existían certificados previos, era difícil que los ayuntamientos alcanzaran un acuerdo, por lo que esas fronteras municipales nunca llegaron a demarcarse oficialmente. "Pero había que funcionar, hacer un catastro, cobrar impuestos... La respuesta que se dio en aquel momento fue trazar una línea límite de manera provisional y sin efectos jurídicos", explica el IECA. Muchas de estas delimitaciones siguen vigentes en la actualidad y, aunque se trata de un asunto de gran importancia, multitud de ayuntamientos son ajenos a este problema y solo descubren que la linde es provisional cuando se produce alguna incidencia, como términos municipales que se superponen, partes de fincas que no constan en ningún consistorio o algún propietario pide una licencia y se descubre el vacío existente.
Solo siete localidades completan su deslinde
En toda la provincia de Córdoba existen 291 líneas municipales y 2.300 en el conjunto de Andalucía, es decir, delimitaciones entre unas localidades y otras. En el 32% de todas ellas (un total de 94) hubo discrepancias y se trazaron de manera provisional por falta de acuerdo entre los ayuntamientos, mientras que en 197 líneas sí hubo pacto. En todos los casos, ya fuera con o sin entendimiento, los técnicos registraron en sus cuadernos las delimitaciones de manera muy literal, haciendo referencias a accidentes geográficos, caminos o cauces.
Y, sobre el terreno, se plantaron 1.202 amojonamientos a lo largo y ancho del territorio de la provincia, desde simples piedras cónicas a montones de piedra. "Muchas de estas señales han desaparecido", advierten desde el IECA. Otras veces las lindes eran tramos de arroyos y ríos, cauces que han podido variar a lo largo de los años y, en este contexto, los términos municipales se han difuminado.
Para solucionar toda esta provisionalidad, la Junta de Andalucía inició hace dos décadas el replanteo de todas las delimitaciones con técnicas de GPS, aunque se trata de un trabajo complejo y muy costoso, que avanza a pasos muy cortos. De hecho, en todo este tiempo en la provincia de Córdoba solo se han replanteado 69 líneas, el 23% del total, por lo que quedan pendientes 222. Esto quiere decir que solo se ha trazado de manera oficial, mediante las infalibles tecnologías actuales, el polígono completo de siete términos municipales, todos en el sur de Córdoba. Se trata de Montilla, La Carlota, Fernán Núñez, La Victoria, Montemayor, Monturque y San Sebastián de los Ballesteros. Todos estos términos están ya trazados "a perpetuidad", como inciden en el IECA.
Los encargados de realizar estos trabajos son peritos topográficos del Instituto de Cartografía que trabajan a requerimiento de la Secretaría General de Administración Local, dirigida por la cordobesa María Luisa Ceballos, exalcaldesa de Priego de Córdoba y expresidenta de la Diputación. Y por el momento, en todos los límites replanteados, se han respetados los bordes del siglo XIX. "La alteración no es ninguna tontería, hay que ser muy escrupuloso", asumen desde el IECA, donde confían en que estos trabajos se amplíen en los próximos meses gracias a la línea de financiación de fondos europeos conseguida.
De hecho, la normativa urbanística vigente en Andalucía obliga a los ayuntamientos a contar con documentos muy detallados que incluyen el replanteamiento de las líneas municipales, aunque pocos lo están haciendo por el elevado desembolso que supone para las arcas municipales. Así, el trabajo de los topógrafos ha arrancado por aquellos municipios que se han dado prisa en poner al día su planificación urbanística o por las lindes donde los problemas dormidos durante décadas han vuelto a despertarse de improviso.
El litigio entre Fuente Palmera y Écija por Cañada del Rabadán
Las discrepancias suelen ser "pacíficas", como inciden los técnicos, aunque en ocasiones el conflicto sube de nivel. El más conocido es el que enfrenta a Fuente Palmera y al municipio sevillano de Écija por la delimitación del núcleo de Cañada del Rabadán, litigio que lleva décadas sobre la mesa. Tras un trabajo de años, el alcalde de la Colonia, Francisco Javier Ruiz (IU), confía en presentar una propuesta oficial de deslinde al Consistorio vecino en los próximos meses cimentada en documentación jurídica, histórica y topográfica.
Cañada del Rabadán perteneció al departamento número uno creado en tiempos de Carlos III para repoblar parte de la campiña andaluza, junto a Fuente Palmera y Villar, y los tres núcleos tienen la misma historia común. Pero su ubicación, encajada en el término municipal astigitano, hizo que Écija lo incluyera en la modificación de su Plan General de Ordenación Urbana en 2010; Fuente Palmera, municipio del que siempre ha dependido, había hecho lo propio en sus normas subsidiarias en 1992, y ambos documentos de planificación recibían el visto bueno de la Junta de Andalucía.
El croquis que trazó Dos Torres
Pero Fuente Palmera no es la única localidad que tiene líneas municipales trazadas sin acuerdo. Esta situación se repite de Norte y Sur y de Este a Oeste de la provincia, con casos tan curiosos como el de Dos Torres. La actual villa es fruto de la unión, en 1839, de las poblaciones de Torrefranca y Torremilano, y algunas de las líneas trazadas en su momento con sus vecinos fueron sin acuerdo. Torre del Milano fue en su origen una torre aislada cuyo entorno se fue habitando entre finales del siglo XIV y principios del XV, dando lugar a una población fronteriza entre las jurisdicciones de Córdoba y del señorío de Santa Eufemia, cuyo titular Gonzalo Messía Carrillo II (III marqués de La Guardia) impuso el nombre de Torrefranca al barrio dependiente. Durante la segunda mitad del siglo XV fueron repetidos los intentos de los señores de Santa Eufemia por incorporar Torremilano a su jurisdicción, con el fin de aumentar sus vasallos y rentas. Fue siempre Torremilano población realenga, salvo en el periodo 1660-1747 en que, con las Siete Villas de los Pedroches, fue vendida por Felipe IV a los marqueses de El Carpio.
Con el tiempo, Torremilano se convirtió en la cabeza administrativa de la jurisdicción de las Siete Villas, por delante de Pedroche, prueba de ello es la elección de esta villa para el establecimiento del primer Corregidor Real de Los Pedroches, Francisco Miguel Díaz de Mendoza, que tomó posesión del cargo el día 1 de mayo de 1747, fijando su residencia en esta villa para ejercer una autoridad jurídica superior, que además suponía una centralización de poder.
La otra villa que dio lugar a Dos Torres, Torrefranca, perteneció al Condado de Santa Eufemia, villa de señorío, y sus primeras referencias documentales datan de mediados del siglo XV. Su origen tiene lugar cuando a Gonzalo Messía Carrillo II, Señor de Santa Eufemia, le fue otorgado el 4 de febrero de 1467 un enclave que formaba parte de Torremilano, perteneciente a Córdoba, en agradecimiento al apoyo que prestó a Enrique IV en el conflicto de sucesión a la corana con su hermano el Infante Don Alfonso. Gonzalo Messía, señor de Santa Eufemia, le impuso el nombre de Torrefranca en el año 1481, anteriormente se conocía como el Barrio Mejías. El nombre de Torrefranca hace referencia a los recursos empleados (mercados francos, mejores condiciones tributarias) por Gonzalo Messía para atraer a los vecinos de Torremilano.
La unión entre Torrefranca y Torremilano y el nacimiento de Dos Torres no se produjo hasta 1839, y un croquis a vuelapluma incluido en un acta de 1871 sobre los deslindes en la comarca da nueva de esta transformación.
Un nuevo visor cartográfico
Para consultar este y muchos otros datos, rodeados de innumerables historias, el IECA acaba de publicar un nuevo visor cartográfico que actualiza las delimitaciones territoriales y toda la información asociada a ellas. La herramienta permite acceder a datos actualizados con un formato más intuitivo y sencillo, optimizando el uso de toda la pantalla para explorar el contenido. Esto facilita la visualización de una mayor extensión del territorio de Andalucía, al mismo tiempo que se integra de manera homogénea con los demás visores de información cartográfica disponibles.
En el visor, basado en el proyecto de software libre Mapea de tecnología propia de la Junta de Andalucía, se mejoran las opciones de consulta habilitando la posibilidad de introducir criterios geográficos como la provincia, el municipio y el enclave.
Además, se incorporan nuevas capas de fondo como la Ortofotografía Interministerial (1973-1986) y la Ortofotografía 1956-57 (Vuelo Americano), que son las fuentes de referencia en los procesos de replanteo y de deslinde. Asimismo, se añade el Mapa Topográfico Multiescala de Andalucía que permite mantener una referencia topográfica continua.
Por otro lado, y como parte de los datos a descargar, se incluye por primera vez la capa de Puntos de Amojonamiento auXiliares (PAX), recogidos en las actas de deslinde y que son necesarios para fijar la posición de los puntos de amojonamiento originales y determinar la geometría de la línea límite.
El IECA subraya que, en su papel de apoyo técnico a la Secretaría General de Administración Local, está inmerso en un "proceso continuo de mejora geométrica y replanteo de líneas límite, así como de deslinde de aquellas líneas en las que los ayuntamientos afectados no han llegado a un acuerdo". El objetivo de toda esta labor es obtener lindes definitivas dotadas de coordenadas precisas.
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