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Medio ambiente
Dice el refranero popular que "Nunca llueve a gusto de todos" y que los hombres y las mujeres del campo siempre se encuentran a disgusto: tanto si el cielo descarga con fuerza como si lo hace con poca intensidad. El problema, y ahí sí hay unanimidad, es cuando las precipitaciones se convierten en una anomalía meteorológica. Es lo que empieza a ocurrir en la cuenca del Mediterráneo, de manera que los pantanos de Córdoba afrontan el nuevo año hidrológico, que arranca el 1 de octubre, al 25% de su capacidad.
Estos 878 hectómetros cúbicos almacenados, sobre los 3.411 posibles, constituyen la cifra más baja de la última década, de acuerdo a los datos que constan de la Confederación Hidrológica del Guadalquivir (CHG) consultados en el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH). Hace justo un año, los 13 embalses cordobeses acumulaban 1.031 hectómetros, el equivalente al 29% de su capacidad, por lo que la situación no ha hecho sino empeorar a lo largo de los meses con la pérdida de 153 hectómetros en un año.
El volumen, además, nada tiene que ver con los niveles óptimos registrados en 2012, según consta en el SAIH. Entonces, la provincia de Córdoba se hallaba en una situación óptima, al 94,45%, lo que llevó al organismo regulador de cuenca, incluso, a realizar desembalses.
Volviendo al presente, Iznájar y La Breña se encuentran al 26% y al 16% de su capacidad, respectivamente. El primero posee 256 hectómetros cúbicos embalsados y el segundo, 137. En octubre de 2013, Iznájar, el pantano de mayor capacidad de toda Andalucía, llegó a estar al 80%, con 788 hectómetros cúbicos. La CHG gestiona en la provincia 13 presas. Tras las dos citadas anteriormente, las que acumulan mayor volumen son Bembézar, con 114 hectómetros –el 38% de su capacidad–, y Guadalmellato, con 74 hectómetros –el 50% del total–.
El listado de presas las conforman Yeguas, que acumula 52 hectómetros (el 22%); Martín Gonzalo, con 9,7 hectómetros (el 54%); Arenoso, con 36 (el 21%); San Rafael de Navallana, que abastece a Córdoba capital, con 51 hectómetros, el equivalente al 33% de su capacidad; Vadomojón, con 40 (el 24%); Guadanuño, con 1 hectómetro (el 61%); Sierra Boyera, con 13 (el 32%); Puente Nuevo, con 67 (el 23%), y el Retortillo, con 23 hectómestros (el 38%).
Las reservas hídricas de Córdoba están levemente por debajo de la media de la cuenca, que abarca las provincias de Córdoba, Jaén, Sevilla, Huelva, Granada y Ciudad Real, donde los pantanos se hallan al 31% de su capacidad. Por encima de la media están Huelva, al 44% –su capacidad absoluta, sin embargo, es la menor de toda Andalucía, con solo 304 hectómetros cúbicos–, y Sevilla, al 51% y con 487 hectómetros cúbicos acumulados. En similar situación que Córdoba se encuentra Jaén, aunque en este caso las reservas suman 651 hectómetros cúbicos, 227 menos que Córdoba.
Si se tienen en cuenta las cifras absolutas, sin embargo, Córdoba es la provincia que cuenta con más agua embalsada para afrontar el nuevo año hidrológico, ya que es también la que dispone de los pantanos de mayor capacidad. Así, sus 878 hectómetros cúbicos equivalen al 35% de toda el agua embalsada de la que dispone ahora mismo la cuenca, que son 2.579 hectómetros. Tras Córdoba, por tanto, se sitúan Jaén, Sevilla, Granada, Huelva y Ciudad Real, cuya situación es casi anecdótica con únicamente 75 hectómetros.
Estos datos llevan a una consecuencia: Córdoba inicia el ciclo hidrológico el jueves, 1 de octubre, en situación general de “alerta” por la agónica sequía que arrastra. La CHG tiene cuatro indicadores para medir el riesgo, según las reservas con las que cuenten los embalses. Así, el primero de ellos es el de “normalidad”, cuando no existe ningún peligro y los pantanos cuentan con un elevado porcentaje de agua recogida tanto para el abastecimiento como para el riego. Aquí se ubica el abastecimiento de Córdoba capital, una verdadera excepción. El segundo indicador es el de prealerta. Se trata de una escala que viene determinada cuando las reservas no son suficientes para atender dos temporadas. Así está Bembézar-Retortillo.
La situación de alerta es el tercer estado determinado por la CHG en sus informes de sequía. Esto significa que no se puede llegar a cubrir el 100% de la demanda de dos años para consumo, mientras que para el riego solo puede cubrir el 60% de la campaña de un año y del 80% de otra. Así está el conjunto de la provincia de Córdoba, a excepción de los dos casos antes citados. El de emergencia es el último estado determinado por la CHG en caso de sequía. Un pantano alcanza esta categoría cuando no puede garantizar el agua por completo durante un año, mientras que en un embalse de riego la cobertura cae hasta el 60% en el mismo plazo de un año.
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