Obejo danza al son de las espadas para homenajear a su patrón, san Benito Abad
Valle del Guadiato
Un grupo de 32 hombres de entre 16 y 60 años bailan al son de laudes, panderetas, acordeones y violines con indumentarias del siglo XVIII
Las mejores imágenes de la Danza de las Espadas de Obejo por san Benito
Obejo/La localidad cordobesa de Obejo ha celebrado este sábado su tradicional Danza de las Espadas, una singular manifestación guerrera que tiene sus orígenes en la cultura celtíbera y que forma parte de los actos para homenajear a su patrón, san Benito Abad. Durante la danza, un grupo de 32 miembros de la Hermandad de San Benito Abad, de entre 16 y 60 años, bailan al son de laudes, panderetas, acordeones y violines con indumentarias del siglo XVIII recuperadas en 1970 gracias a antiguos grabados.
El hermano mayor de la Hermandad de San Benito Abad, Antonio Ruiz, ha explicado que Obejo, "desde el siglo XIII ha estado relacionado" con la Danza de las Espadas, que proviene de la civilización celta. El baile incluye el sacrificio simbólico, aunque en sus inicios se llevaba a cabo, del maestre de la danza o patatú, que encabeza el grupo del XVIII que decían que al maestre de la danza "le daba un patatús". Ruiz ha señalado que esta danza proviene "seguramente de algún fraile que venía huyendo o algo así y se escondió aquí, porque el pueblo está bastante retirado" en las estribaciones de Sierra Morena.
La Danza de las Espadas, que fue declarada el pasado año Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía, se baila dos veces al año, la primera el domingo más próximo al 21 de marzo y la otra el segundo sábado de julio, ambas en honor a san Benito.
El más veterano de los danzantes, este año Luis Puerto, es el maestro de la danza y el que representa la figura del ahorcado: "Porque soy el más viejo ahora mismo de todo el grupo danzante, y eso es un derecho que coge el más antiguo de la danza", ha indicado. Tras el sacrificio simbólico del maestre de la danza, este se escapa por debajo de las espadas que lo acosan, y los danzantes bailan en fila detrás de él, como si le persiguieran, hasta que el santo vuelve a entrar en la iglesia.
Al maestre le ahorcan rodeándole con espadas que le apuntan al cuello y le danzan alrededor en un baile que tiene su origen en los celtas y los visigodos.
Ritos paganos
Estas danzas eran muy comunes en los pueblos de España antes de la llegada del cristianismo y después se incorporaron a la liturgia cristiana, a pesar de que la Iglesia los prohibió en la Edad Media al considerarlos ritos paganos.
Se trata de una danza guerrera que solo se conserva en Obejo, cuyo acto culminante es el ahorcamiento del maestre que tiene diferentes significados, ya que entre los celtas simbolizaba la muerte del jefe enemigo, mientras que entre los visigodos reflejaba la proclamación del caudillo que era elevado sobre una columna de espadas.
Los danzantes van ataviados con una chaqueta marrón, camisa blanca, un fajín rojo y pantalones color ocre. Tras la danza, también llamada bachimachía por ser un baile a caballo entre los movimientos de lucha y pasos más festivos, se reparten buñuelos, que en Obejo son unos una especie de pestiños grandes cubiertos con azúcar.
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