¿Qué ocurrirá tras el cierre de El Cabril? Así será la fase de "vigilancia institucional"

Hornachuelos

El 7º Plan General de Residuos Radiactivos plantea el futuro del almacén centralizado de residuos nucleares ubicado en la Sierra Morena cordobesa

Panorámica de El Cabril.
Panorámica de El Cabril. / El Día

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) ha solicitado al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) el informe sobre el 7º Plan General de Residuos Radiactivos previsto en la Ley sobre energía nuclear. El documento incluye la ampliación prevista de El Cabril, en Hornachuelos, como consecuencia del cierre y desmantelamiento de las centrales nucleares y avanza qué ocurrirá con la instalación que gestiona Enresa una vez que termine su vida operativa.

Según detalla el texto, consultado por El Día, las 28 celdas actualmente existentes serán insuficientes en el marco temporal de 2028, momento en que se requieren otras para “no afectar a la planificación de operación y desmantelamiento de las centrales nucleares y poder continuar con el normal almacenamiento de estos residuos”. La construcción de las nuevas celdas se acometerá por fases, de manera que en la primera se levantarán 12 y con posterioridad, otras adicionales, que en principio son 15, “conforme se vayan necesitando, acorde al desarrollo de los desmantelamientos de las centrales nucleares”.

El plan también subraya que la minimización de la generación de residuos y de su volumen, con el reto de optimizar las celdas, es una “línea permanente de actuación”. En este sentido, se “va a continuar y reforzar la política de colaboración entre Enresa y los principales productores de recursos”. Entre las líneas a promover en materia de reducción de volumen, el documento cita la desecación, la descontaminación de residuos, el tratamiento mediante fundición de grandes equipos y componentes y los proyectos de desclasificación de materiales residuales.

El 7º Plan avanza, por otra parte, cuál será el futuro de El Cabril una vez acabe su vida operativa. Tras el desmantelamiento de la última central, Enresa finalizará el cubrimiento de la totalidad de las estructuras de almacenamiento completas con una “cobertura definitiva” formada por varias capas alternas de materiales drenantes e impermeabilizantes. Por último, el conjunto se cubrirá con tierra vegetal y se integrará en el paisaje mediante la plantación de especies autóctonas. El proyecto de cobertura definitiva, en todo caso, deberá tener el visto bueno del CSN.

Completado esto, se pasará a una última fase, la denominada de “vigilancia institucional”, un conjunto de actuaciones para controlar la evolución de los parámetros ambientales y radiológicos del entorno. Se incluirán datos meteorológicos o hidrogealógicos para constatar que no existen filtraciones.

Respecto al documento, ¿qué pasos se darán a partir de ahora? Una vez recibidos los informes, el Miteco elaborará la propuesta final del 7º Plan, que se remitirá al órgano ambiental para que formule la Declaración Ambiental Estratégica. Finalmente, será aprobado por el Consejo de Ministros y se dará cuenta posteriormente a las Cortes Generales y a la Comisión Europea, en cumplimiento de la directiva de gestión de residuos radiactivos.

El informe solicitado al CSN sobre la versión revisada del 7º Plan es independiente de los informes vinculantes, relativos a la seguridad nuclear, la protección radiológica y la protección física, que debe emitir la entidad con carácter previo a las autorizaciones que el Ministerio concede para el ejercicio de las actividades de Enresa que se contemplan en el 7º Plan.

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