Los olivareros de Córdoba lanzan un SOS ante la falta de agua: "La situación es extrema"
Agricultura
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La lluvia no llega y, si lo hace es a destiempo en el campo, aunque es evidente que siempre es bienvenida. Mientras llega o no, lo que es bien cierto es que los agricultores miran al cielo cada día a la espera de que caiga algo de agua y que llegue a un suelo, en la mayoría de las ocasiones, sediento.
Esta pertinaz sequía ha provocado y provoca que la producción de numerosos cultivos vaya en descenso, al igual que las previsiones que maneja el sector y, uno de ellos es el del aceite. Un producto que, por cierto, va encareciéndose cada día en el mercado en los últimos meses y alcanzar unos precios desorbitados.
La Junta ha dado a conocer esta semana el aforo del primer aforo del olivar de Andalucía para 2023-2024, entre cuyas conclusión se encuentra la previsión de una leve subida del aceite de oliva respecto a la campaña anterior. En concreto, se espera recoger alrededor de 2,8 millones de aceitunas para molturar de las que se obtendrían unas 550.600 toneladas de aceite de oliva.
Respecto al empleo, el aforo del olivar para la campaña 2023-2024 prevé que las labores ligadas a la producción de aceite de oliva generen 15,7 millones de jornales, de los que el 36% (5,7 millones) se corresponderían con la recolección de aceituna. En el caso de la aceituna de mesa, se espera que pueda generar alrededor de 1,8 millones de jornales en labores de campo en esta campaña, incluyendo la recolección.
En el caso de la provincia de Córdoba, la previsión del aforo asciende a una cosecha de 143.000 toneladas de aceite de oliva, lo que supone calcar prácticamente las cifras de última campaña. De hecho, la variación es de apenas el 0,1%, en positivo, según los datos de la Junta.
El Ministerio de Agricultura, por su parte, también ha ofrecido esta pasada semana su propio aforo que, en el caso de la provincia de Córdoba es similar. No obstante, estas cifras recogen que estas 143.000 toneladas que se esperan obtener representan una caída del 37% respecto a la media obtenida en las campañas de 2019 a 2023.
Sin embargo, estas cifras publicadas, que no dejan de ser previsiones oficiales, no concuerdan en mucho con la opinión de quienes están entre olivos día a día, es decir, los agricultores y los socios de las cooperativas que hay distribuidas en numerosos puntos de la provincia de Córdoba. Entre ellos, las cifras que manejan son mucho más bajas que las de campañas precedentes. En lo que sí coinciden es que hace falta agua y ya para la aceituna.
Menos producción
Germán Cortés es gerente de la cooperativa Nuestra Señora de Guadalupe de Baena, en la que manejan previsiones a la baja. En concreto, la horquilla en la que trabajan es que la recogida de aceituna de esta campaña se reduzca entre el 30 y 50% en comparación con la del año pasado.
La cooperativa baenense, que se puso en marcha a finales de los años 50 del pasado siglo cuenta en la actualidad con 1.200 socios. Entre ellos, la "preocupación es extrema" a tenor de las previsiones que hay hasta el momento. Una preocupación de tal calibre porque "el agricultor tendrá que labrar a pérdidas y las cooperativas con una cosecha tan baja no pueden hacer milagros para poder soportarlo".
Una situación que ha hecho que adaptarse y "reducir los gastos, ya que la presión es muy fuerte", reconoce. Para explicar esa presión expone los datos de una campaña de récord, que en el caso de esta cooperativa llegó a ser de 70 millones de kilos de aceituna, mientras que para el año que viene se va a quedar entre "cuatro o seis".
No obstante, Cortés reconoce que hasta el momento "estamos hablando de estimaciones; viene una cosecha muy corta y ojalá me equivoque". Una campaña que también va a ver mermada su capacidad de generar empleo en zonas de la provincia de Córdoba, en las que la agricultura es su principal motor económico.
A su juicio, de todas las zonas en las que se cultiva olivar en la provincia, la que afronta en peores circunstancias esta campaña es la de Baena -a diferencia de la Subbética- y, por varios motivos, según expone. Así cita como factores de esta situación: "La falta de lluvia, el tipo de cultivo y el suelo, porque una variedad no se defiende igual que otra en esta sequía tan fuerte". En esta línea, detalla que "en la campiña de Baena hay mucho olivar antiguo que, ante la falta de agua acusa más la producción que un olivar bueno". Por todo ello, califica de "desastrosa" la campaña que se avecina.
Y la culpa es del agua. "Siempre es bueno que llueva, pero es verdad que si lloviese para la cosecha temprana sería muy bueno porque el fruto volvería a recuperar su calidad y no tendrían que vibrar en seco", asegura. Según Cortés, los malos resultados previstos para este campaña, además, no solo vienen condicionados por la sequía, sino también por "el calor de marzo y abril en plena floración". Y, claro, añade, "ese calor con la falta de fuerza del árbol convierte la cosecha en desastre".
También en la Campiña Este se encuentra la cooperativa Nuestra Señora del Rosario, en este caso, ubicada en el municipio de Nueva Carteya. Antonio Roldán es su responsable y su mensaje no es alentador, ya que asegura que en esta campaña "las perspectivas son pésimas". Y para prueba, solo hay que echar un vistazo a las previsiones con las que trabajan.
Así, calculan que cerrarán la campaña oleícola con una producción de ocho millones de kilos de aceituna, cuando hace apenas dos años llegaron a los 30 millones y fue una temporada de récord. Con alrededor de 1.300 socios, esta cooperativa de Nueva Carteya se fundó en 1944, aunque comenzó a funcionar en 1952.
Se trata, además, de uno los puntales sobre los que se sustenta la economía local de este municipio de la Campiña Este.
En Montoro, sin embargo, las previsiones son buenas en cuanto a la cosecha de la aceituna. Al menos, así lo expone a este periódico Antonio Mazuelas, maestro de molino de la Cooperativa Olivarera SCA de la localidad. Es más a diferencia de las cifras aportadas por el resto de olivareros consultados en este reportaje, en su caso tienen las mismas previsiones que el año pasado e, incluso, no descartan que se incremente en un 10%.
Eso si, todo depende de la lluvia, ya que reconoce que ya en las dos últimas semanas la producción "ha ido mermando; el olivo se arruga la aceituna el estrés hídrico es grandísimo". En esta misma línea, insiste en que "cada día que pasa sin llover, la producción va mermando".
Ante estas cifras recuerda que ya el año pasado se dijo en esta zona de la provincia de Córdoba que iba a ser igual a la del anterior "o un poquito menos". Sin embargo, las previsiones del sector no se cumplieron y, en el caso de esta cooperativa, de esperar una producción de tres millones de kilos, "hicimos 7,5 millones y medio porque los agricultores se volcaron con nosotros". Para esta campaña, se mueven entre los 7 y 8 millones de kilos de aceituna.
Por ello, Mazuelas se muestra confiado en, al menos, repetir esta misma cifra cuando acabe la campaña. "Por suerte, somos unos afortunados, unos privilegiados y el olivar tradicional está aguantando muy bien; con el poco agua caída están subsistiendo", subraya.
Esta cooperativa funciona sin descanso desde 1975 -en la actualidad cuenta con 400 socios- y, desde entonces, ha visto pasar varias sequías. Su maestro de molino recuerda que en la de los años 90 la producción fue de dos millones de kilos de aceituna y que la diferencia con la sequía actual es que esta "es más pronunciada". No obstante, insiste en que "si no llueve, la cantidad que se puede recoger cada día merma un 3%".
"La peor campaña"
Jesús Navas Muñoz es maestro de fábrica de la cooperativa Nuestra Señora de la Consolación de Doña Mencía, en plena comarca de la Subbética. Sus previsiones, como el resto, no son nada buenas. En su caso, calculan que la producción se reducirá a la mitad de la media que suelen tener cada temporada, con lo que confían en recoger 7,5 millones de kilos de aceitunas -1,5 millones de litros de aceite- frente a los 14 o 15 de otras campañas. En este punto, reconoce que la del año pasado fue, sin duda, "la peor campaña peor la historia moderna de la cooperativa".
Abierta desde 1962, el trabajador de esta cooperativa menciana -que cuenta con 847 socios- reconoce también que a pesar de esta más que notable caída en la producción "la calidad es mejor que la del año pasado". A la espera de que se registren precipitaciones, Navas Muñoz asegura que en la actualidad se encuentran en "una situación media", pero si no llueve advierte de que "se convertiría en muy mala porque ya estamos en el límite y peor que el año pasado". En la misma línea, asegura que el campo espera que llueva "como agua de mayo".
Eso si, también da lanza un mensaje de optimismo y no tiene reparos es aventurar que al final "el aforo va a ser más alto", al tiempo que reconoce que con las previsiones que han hecho "hemos sido más pesimistas".
Uno de los puntos a los que hace referencia es el impacto que tiene una bueno o mala cosecha en este municipio de la comarca de la Subbética, ya que "el 80 o el 70% de su economía se basa en el olivar".
Esta cooperativa de Doña Mencía cuenta con 5.000 hectáreas de superficie y unos 40.000 olivos.
Con todo ello, las previsiones que manejan son diferentes dependientes de la ubicación en la que se encuentren las cooperativas y el tipo de olivar con el que trabajen, aunque todos tienen un punto en común: la falta de agua.
Un año "muy complicado" en Los Pedroches
Las perspectivas de Olivarera de Los PedrochesOlipe tampoco son nada buenas, a tenor de las declaraciones realizadas esta semana por su presidente, Bartolomé Carrillo, durante la presentación del proyecto con Alltech Crop Sciencie para potenciar la sostenibilidad del olivar de sierra en Los Pedroches. En su caso, la cooperativa trabaja con el olivar de sierra y ecológico en la zona Norte de la provincia de Córdoba y su previsión es pasar de recoger el año pasado 1,7 millones de kilos de aceituna a "llegar este año y, de milagro, a los 800.000". "Es un año muy complicado para las olivareras", reconoce, al tiempo que subraya la importancia del sector olivarero porque "es parte de nuestra cultura y no deja de ser un sector importante económica y socialmente; son muchas comunidades las que viven alrededor de ellas". Respecto a la sequía hace dos apreciaciones. Una de ellas "de cara al consumidor, que ve que el aceite está caro", mientras que la segunda es que para "los productores es muy complicado". "Tenemos unas instalaciones con gastos fijos y están hechas para molturar unos meses al año; por eso, sin aceituna los costes fijos se disparan", advierte.
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