El paro y la falta de industria colocan a Córdoba en el mapa de la España vaciada

Hay 23 provincias que definen a la perfección el concepto de España vaciada y Córdoba es una de ellas, principalmente, por sus altos índices de paro y su poco desarrollo industrial. Es la principal conclusión (que no la única) que se extrae del informe La despoblación de la España interior, elaborado por el centro de análisis Funcas y que pretende, a través de variables demográficas y económicas, conocer el alcance del despoblamiento. Jaén es la otra provincia andaluza que aparece en este listado, que excluye a los municipios de más de 50.000 habitantes y a las capitales de provincia (en el caso de Córdoba solo la capital cumple ese criterio demográfico).

Dentro de las 23 provincias de la España vaciada, Córdoba pertenece al grupo con más densidad de población, muy alejada de otros territorios como Soria, Teruel o Cuenca. En este caso, el informe de Funcas expone que en la provincia cordobesa la densidad de población es mayor a 25,5 habitantes por kilómetro cuadrado, algo que solo ocurre en otras cuatro provincias del listado: Valladolid, Ourense, La Rioja y Jaén.

Tal y como se detalla en el documento, la pérdida de población de la España interior a lo largo del siglo XX estuvo asociada a una dinámica negativa de destrucción de empleo en el sector agrario que no pudo ser compensada por el desarrollo de nuevas actividades industriales y de servicios. A esto se une que Córdoba está dentro de las provincias que cuentan con elevados saldos migratorios negativos y muy poca movilidad intraprovincial.

Este fenómeno de la despoblación de numerosas provincias españolas va en paralelo a la pérdida de peso económico y a la destrucción de empleo. Sin embargo, este fenómeno, que afecta tan intensamente al medio rural y a muchas ciudades pequeñas y medianas, es muy desigual entre territorios. En el caso de Córdoba, Funcas apunta que su declive demográfico empieza en los años 40, aunque se detuvo en los 90 (algo generalizado en todo el país).

Otra de las claves está en la estructura demográfica. Hay una relación directa entre la densidad de población y la edad de dicha población, siendo menor la primera cuanto mayor es la segunda. "Son las cohortes formadas por jóvenes, y en general por personas en edad de trabajar, las que suponen la fracción más importante de la emigración que se origina en los municipios rurales y medianos, de modo que la población que permanece en los mismos es cada vez más envejecida", explican en el informe. En cualquier caso, Córdoba en este sentido no está del todo mal posicionado. Dentro de esas 23 provincias de la España vaciada, Córdoba es una de las que tiene un porcentaje más menguado de población mayor de 65 años (menos del 18%), mientras que la joven supone más del 20%.

Pero donde Córdoba no sale ganando es en el terreno económico. Funcas divide a estas provincias en unos clústers según sus niveles económicos y sus datos de desempleo. Córdoba pertenece al clúster número dos, que es el más poblado, pero el que tiene peores registros económicos y de desempleo.

En este grupo se sitúan también Albacete, Ciudad Real, Badajoz, Cáceres y Jaén y Funcas señala claramente que se trata de provincias que, "si bien sufrieron importantes procesos migratorios, mantienen una buena base de población joven en su estructura demográfica", pero "su principal desventaja en comparación con los otros dos grupos son las variables económicas: provincias con escaso peso del sector industrial, bajos niveles de valor añadido bruto (VAB) por habitante y muy elevadas tasas de paro".

El objetivo del informe al hacer grupos diferenciados es la necesidad de adoptar medidas diferentes para atajar el problema de la despoblación. Para el grupo al que pertenece Córdoba, Funcas aboga por "medidas dirigidas a la creación de empleo, puesto que a pesar de haber sufrido intensos procesos migratorios cuentan con población joven en edad de trabajar".