Los redobles judíos, el sonar de cadenas y las escenificaciones se tornan pregón en la Semana Santa de Baena

Campiña Este

Un momento del pregón de la Semana Santa de Baena.
Un momento del pregón de la Semana Santa de Baena. / Sara Núñez

El abrazo de los apóstoles, el quejío de una saeta, la imposición de un sayón ante un colinegro que quiere pasar a San Francisco con las crines puestas, el redoble judío, un emocionado toque de tambor ronco, el arrastrar de cadenas o las palabras del Ángel en el Costalico Romero, se han hecho pregón en Baena.

El pregonero de la Semana de Pasión 2024, Francisco Expósito, ha querido dejar claro a través de un canto diferente, a través de un pregón al recuerdo y una afirmación a la gloria, que esto es la Semana Santa de Baena, una fiesta única, una celebración Patrimonio de la Humanidad y una Fiesta de Interés Turístico Nacional.

Y es que, en su alocución, Expósito ha recordado que la Semana Santa de Baena, además de contar con “impresionantes” tallas barrocas, destaca por “la fe de un pueblo fundido en una sola plegaria, el eterno conocimiento escuchante de rogativas y gratitudes” con una “extraordinaria heterogeneidad de sus hermandades, los tambores roncos, las plegarias del tambor de chillones, los penitentes que alumbran la noche, apóstoles que se abrazaban por las calles, romanos ilusionantes desde que eras niño y trajecillos blancos”.

La Semana Grande en Baena, cuenta con un propio y “peculiar vocabulario forjado siglo tras siglo”, ha dicho el también periodista y ha tenido bellas palabras de recuerdo y homenaje hacia aquellos que años atrás dejaron su impronta en esta localidad: el sacerdote Virgilio Olmo, el experto redoblante Antonio Salamanca “El Soldao” o el revolucionario cuadrillero, Pepe Gan.

El pregonero ha retornado a sus recuerdos de niñez, se ha centrado en su pertenencia a hermandades como San Pedro o la Virgen de los Dolores, pero también se ha hecho eco de la más reciente actualidad adentrándose en el cierre del asilo de San Francisco en 2023, y es que: “Baena, y siempre lo recordaremos, despertó en el siglo XX” con la creación de esta residencia.

Expósito ha significado en sus palabras que la Semana Santa en Baena “tuvo su mayor eclosión en los años 80 y 90 del pasado siglo por la incorporación de la mujer y la juventud, pero también por el retorno en esas fechas de los emigrantes” y ha puesto en valor que “ahí estuvo siempre el judío, el que convirtió el tambor en el himno del baenense”.

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