El pueblo de Córdoba que festeja a su patrona con castañas y nueces y sopaipas con chocolate
Campiña Sur
La lluvia impide la procesión de la Virgen de la Aurora en Montilla
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Montilla/La tormenta Berenice ha impedido este sábado la procesión de la patrona de Montilla, la Virgen de la Aurora, pero lo que no ha podido impedir es la tradición tan montillana de celebrar esta noche con unas reconfortantes sopaipas con chocolate en la Casa de la Centuria Romana Munda, en la calle Las Salas. Las sopaipas forman parte de la cocina popular cordobesa y pertenecen al grupo de dulces denominado frutas o dulces de sartén, primas hermanas de las orejas gallegas, las flores manchegas y las hojuelas. Lo mejor es tomarlas con chocolate caliente, como las sirven los Romanos, y siempre con amigos o familia.
Otra tradición bien montillana es comprar por primera vez frutos del otoño -nueces, castañas y avellanas (que aquí se llaman avellanas cordobesas)- en los puestos que se montan en la plaza de la Rosa, en pleno centro, para dar la bienvenida a la estación de las lluvias y el tiempo fresco.
Montilla celebra las fiestas en honor a su patrona el segundo fin de semana de octubre en torno a la parroquia de San Francisco Solano. El viernes tuvo lugar la ofrenda floral por parte de los colegios, y este sábado se han sucedido los actos centrales.
A las 18:30 ha tenido lugar la misa, celebrada por el director espiritual del seminario de Jerez, Lorenzo Morant, tras la cual los devotos han podido acercarse a ver a la patrona, ya que la procesión ha quedado suspendida por la lluvia. Esto no ha impedido las serenatas en el atrio de la iglesia, que suelen alargarse hasta bien entrada la madrugada con las coplillas de la Aurora por las calles y bajo los balcones.
Una talla atribuida al círculo del granadino Diego de Mora
La imagen de la patrona de Montilla, de talla completa y 152 centímetros de altura, fechada por varios documentos en 1698, ha sido atribuida al círculo del escultor granadino Diego de Mora, sobre la base de las grandes similitudes existentes con otras obras relacionadas con este mismo autor en la provincia de Córdoba (Lucena, Rute, Baena, Carcabuey, Aguilar) así como en la ciudad de Granada.
La Virgen se halla sobre un pedestal formado por dos octógonos concéntricos, conjunto que se completa con angelillos. Viste túnica roja y, a la altura de la cintura, un dinámico manto, recogido sobre el brazo izquierdo, cae hacia los pies por el lado opuesto. La Virgen tiene un dulce rostro, propio del autor al que se atribuye, enmarcado por una cabellera de bucles que se peinan hacia atrás a la altura de las sienes. Porta en su mano derecha un estandarte de plata y en la izquierda sostiene un Niño Jesús desnudo en ademán de bendecir.
La devoción por la Virgen de la Aurora nació en el siglo XVII, conociendo su cenit en el setecientos, en pueblos cordobeses y granadinos, en los que se erigió como uno de los principales referentes marianos. El título de la Aurora como advocación mariana podría tener su origen en el culto rosariano y en su práctica en el alba de la mañana.
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