El desconocido pueblo de Córdoba fundado por deseo de un rey y que es Conjunto Histórico-Artístico

Patrimonio

Se encuentra a menos de 40 kilómetros de la capital y atesora numerosos monumentos de su pasado colonial

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Palacio de la Subdelegación en La Carlota, actual Ayuntamiento.
Palacio de la Subdelegación en La Carlota, actual Ayuntamiento. / El Día

Córdoba/Ubicado a menos de 40 kilómetros de Córdoba capital y bien conectado por la autovía A-4 aguarda un pueblo que para muchos sigue siendo un completo desconocido pero que, gracias a su rico patrimonio, está declarado Conjunto Histórico-Artístico y condensa gran parte de la historia de la Ilustración en Andalucía. De hecho, fue fundado en 1767 por deseo del rey Carlos III, interesado en colonizar algunas zonas despobladas del Valle del Guadalquivir y Sierra Morena para proteger el tránsito de diligencias por estas tierras que servían de refugio al bandolerismo y para poner en explotación grandes zonas improductivas hasta entonces.

El proyecto fue impulsado por dos grandes ilustrados, Campomanes y Pablo de Olavide, mientras que al aventurero Juan Gaspar de Thurriegel trajo a España cerca de 6.000 colonos católicos alemanes y flamencos, además de algunos catalanes y valencianos, de los que 1.600 terminaron en Córdoba y fundaron La Carlota. A esta influencia francesa y de la Ilustración se debe, por ejemplo, que administrativamente el municipio se dividiese en departamentos y no en aldeas, y que la Real Carlota fuese no solo la cabecera de su actual municipio, sino también capital de las colonias occidentales, que comprendían San Sebastián de los Ballesteros, Fuente Palmera y La Luisiana.

Centro de interpretación de las Nuevas Poblaciones, en La Carlota.
Centro de interpretación de las Nuevas Poblaciones, en La Carlota. / El Día

Por el mismo motivo, el urbanismo de La Carlota es ortogonal, con calles que se cruzan perpendicularmente y dan lugar a manzanas regulares, que se extienden a ambos lados del antiguo Camino Real (luego, carretera nacional IV) que llevaba desde Cádiz a Madrid.

El imponente Palacio de la Subdelegación

¿Y qué huellas quedan de este singular pasado? Lo cierto es que los vestigios monumentales son abundantes, lo que hizo que la Junta de Andalucía declarase en 2001 el Conjunto Histórico de La Carlota como Bien de Interés Cultural (BIC). Uno de los principales monumentos es el llamado Palacio de la Subdelegación de la Intendencia de las Nuevas Poblaciones de Andalucía, actual casas consistoriales, y que para los expertos es sin duda el más bello y extraordinario de los construidos en todos los pueblos de colonización carolina.

También es digna de destacar la Real Posada y Fonda, que fue levantada como alojamiento a los viajeros que circulaban por el Camino Real, algunos de los cuales han dejado testimonios sobre ella. Es, pues, un edificio que muestra perfectamente el carácter de sitio de paso que siempre ha tenido La Carlota. Con grandes medidas -75 metros de fachada-, se compone de dos partes terminadas en momentos diferentes: un ala izquierda, ocupada por la fonda (1769) y un ala derecha, destinada a la posada (fines del siglo XVIII o principios del XIX).

Iglesia de La Carlota.
Iglesia de La Carlota. / El Día

En el ámbito religioso, destaca la iglesia de la Purísima Concepción. Aunque comenzó a construirse desde el momento mismo de la fundación del pueblo, la iglesia carloteña no se terminaría hasta una década después, en 1779. De planta rectangular, se compone de tres naves; la del centro, más ancha, es coronada en el extremo del edificio con un presbiterio, mientras que las dos laterales rematan en sendas capillas. El exterior posee características propias de la arquitectura ecijana, con una fachada en pórtico formado por tres arcos de medio punto sobre pilares y de dos torres gemelas.

De la época pervive también el cementerio municipal. Su edificación debió de concluirse hacia 1790, por lo que se trata del más antiguo de la provincia de Córdoba. Flanqueada por dos grandes columnas adosadas y rematada por un entablamento con pináculos y hornacinas, su atrevida portada muestra la monumentalidad y dignidad merecida por un pueblo de creación real.

Un paseo por la localidad, además, permite descubrir las antiguas casas de colonos. Las hay de dos tipos principales: de una y de dos plantas. Las primeras suelen estar hechas a base de tapial (tierra) y las segundas de ladrillo. Tanto uno como otro tipo son viviendas que se distinguen perfectamente de las existentes en el resto de la campiña cordobesa y, aunque la mayoría han sido modificadas en el interior o en estética exterior sobre todo, aún siguen conservando su sabor original del siglo XVIII.

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