Análisis
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Salud
La fiebre del Nilo Occidental es una enfermedad emergente en Europa y su declaración es obligatoria y urgente. Su presencia es estacional, de mayo a noviembre en el caso de Andalucía, que es el periodo en el que su agente causal, el virus del Nilo Occidental, tiene la posibilidad de transmitirse a través de la picadura de determinadas especies de mosquitos que se reproducen de forma natural.
De ahí la relevancia de contar con un mapa actualizado de zonas donde el virus puede propagarse. De hecho, la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica de la Junta de Andalucía ha actualizado este jueves, tras el análisis de los datos de vigilancia del año 2021, este mapa semafórico, con el objetivo de "zonificar el territorio andaluz en áreas de riesgo" y "minimizar el impacto de infecciones en humanos".
El mapa discrimina los 77 términos municipales de Córdoba, de los que señala tres como espacios con nivel de riesgo 1, es decir, áreas "predispuestas" donde, pese a que no se ha detectado "circulación histórica" del virus hasta el momento, sí se dan las condiciones ecológicas "adecuadas" para su circulación. Estas tres localidades se encuentran en el Sur de la provincia y se trata de Aguilar de la Frontera, Lucena y Puente Genil.
Las tres tienen en común una gran presencia de masas de agua en sus términos municipales. En Aguilar de la Frontera, se encuentra la laguna de Zóñar; en Lucena hay varios cauces, entre ellos el del río Anzur, y por Puente Genil circula el Genil y, además, en su término se encuentra el embalse de Cordobilla. La aldea homónima ha registrado problemas anteriores por la presencia de mosquitos, lo que, incluso, llevó a los vecinos a movilizarse para exigir una intervención a las administraciones competentes. Los análisis que se hicieron en su momento descartaron la presencia del virus del Nilo. La Junta destaca ahora que en los municipios que se encuentran clasificados en este nivel existen "zonas inundables, como humedales, arrozales o marismas, que contribuyen a posibles amplificadores de potenciales focos o refugios de vectores".
¿Qué significa ser un área predispuesta? Básicamente, implica una serie de obligaciones para las adminsitraciones. Así, los ayuntamientos deben realizar diagnosis de la situación y, en caso necesario, elaborar un plan municipal que contemple las medidas de vigilancia y control de la población de mosquitos, y deben comunicar e informar a la ciudadanía de las medidas preventivas de saneamiento y ordenamiento del medio durante la temporada de mosquitos, de marzo a noviembre. En cuanto a la Junta, su papel es el del asesoramiento técnico y colaboración con la Administración local; verificación de actuaciones y vigilancia epidemiológica. Por último, se encarga de la vigilancia animal.
El área predispuesta equivale al nivel 1 de alerta; a continuación, se encuentra el nivel 2 de alerta, amarillo, equivalente a área de riesgo bajo; el nivel 3, naranja, de riesgo moderado; el 4, rojo, de riesgo grave; y el 5, violeta, área afectada.
La fiebre del Nilo Occidental (FNO) es una enfermedad emergente en Europa y su declaración es obligatoria y urgente causada por un mosquito. Estos insectos se encuentran presentes de forma natural en nuestro entorno, como ha informado la Junta. Las hembras son hematófagas (se alimentan de sangre), por lo que las convierte en vectores funcionales y potenciales de transmisión de multitud de enfermedades para las personas, como son usutu, malaria, dengue, fiebre amarilla, chikungunya, zika o fiebre del Valle del Rift. La distribución y abundancia de muchas especies de mosquitos son consecuencias de las condiciones ambientales y, por lo tanto, se ven afectadas por el cambio climático, con factores como la temperatura o la precipitación.
Al ser una enfermedad emergente de tipo estacional, se plantea que, con los resultados de la implantación de la vigilancia, de forma anual se evalúe la circulación del virus del Nilo Occidental y, en función de los resultados, se establezca la clasificación anual del nivel de riesgo a nivel municipal de tal forma que, a principios de cada temporada, cada municipio conozca su nivel de partida en cada año y, en base a su nivel, se implanten por cada Administración con competencias las acciones que dicho Programa plantea.
Una vez publicada la actualización en la web de la Consejería de Salud y Familias, se ha procedido a remitir a los municipios afectados, desde cada una de las delegaciones de Salud y Familias, el nivel de riesgo de partida para la temporada 2022, de forma que, una vez conocido el nivel de riesgo por cada municipio, éste proceda a actualizar, realizar o ejecutar las actuaciones previstas en el mencionado programa en función del nivel de riesgo de partida.
En Andalucía existe una gran variedad de especies de mosquitos que viven en humedales, tanto naturales como artificiales, distribuidos por toda la geografía, compartiendo hábitats con aves que pueden tener virus autóctonos o importados de los países que visitan durante su migración. Los humedales, arrozales y marismas contribuyen como posibles focos o refugios de vectores.
Además, dentro de los núcleos urbanos aparecen determinados espacios que, por sus características ambientales, son favorables a la reproducción de los mosquitos, generando riesgos para la salud o molestias para el ciudadano. En ellos, los mosquitos encuentran un hábitat adecuado para la obtención de recurso vitales (alimento y refugio) pudiendo proliferar como plagas.
El 80% de las infecciones por el virus del Nilo son asintomáticas, pero alrededor de un 20% pueden presentar un síndrome pseudogripal autolimitado y en torno a un 1% desarrollan enfermedad neuroinvasiva, cuyas manifestaciones clínicas son encefalitis (55-60% de los casos graves), meningitis (35-40%) o parálisis flácida (5-10%). La letalidad de estas formas graves es de entre un 4 y un 14%, llegando hasta el 29% en los mayores de 70 años.
En Andalucía, en el verano de 2020, se notificaron a la Red de Alerta 71 casos humanos de meningoencefalitis por virus del Nilo (56 casos en la provincia de Sevilla, 15 en la provincia de Cádiz, además de 1 caso probable en la provincia de Málaga). De estos, ocho personas fallecieron. En Andalucía se abordó el control de vectores culícidos para respuesta a dicho brote.
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