La restauración de la ermita del Cristo de las Injurias de Hinojosa comenzará de inmediato con una inversión de 387.000 euros
Los Pedroches
El Obispado ha adjudicado las obras a la constructora Mogilba y las obras son inminentes
El proyecto incluye la instalación de micropilotes para afianzar la estructura del templo
La restauración de la ermita del Cristo de las Injurias de Hinojosa del Duque arrancará de inmediato para revertir el declive en el que se encuentra este templo, que lleva varios años cerrado por su estado ruinoso. Fuentes del Obispado de Córdoba han confirmado que las obras han sido adjudicadas a la empresa Mogilba con un presupuesto de 387.125 euros, y que el inicio es inminente bajo la supervisión de la arquitecta María Auxiliadora Portero, autora del proyecto.
La ermita del Cristo de las Injurias se ubica a dos kilómetros del casco urbano hinojoseño sobre una pequeña colina y constituye todo un hito en el paisaje de Los Pedroches, pues ofrece una bella panorámica del municipio y de las tierras de alrededor. La titularidad se debió a la extraña aparición de un crucifijo en su puerta en 1734, que fue bendecido por el clero bajo el nombre de Cristo de las Injurias. Aunque las raíces son mucho más antiguas, ya que se cree que desde la época de la Reconquista existía en este lugar un templo consagrado a Santa Brígida.
El edificio actual, de estilo neoclásico, se concluyó en 1887. Se encuentra en estado ruinoso "y con alto riesgo de derrumbe" pese a que ha sido objeto de obras recientes que resultaron fallidas. Un informe divulgado por la comisión creada para impulsar su restauración presume que "hubo una negligencia en la elaboración del proyecto", por lo que la ejecución "no tuvo el resultado esperado". De hecho, la compañía aseguradora del arquitecto acaba de conceder una indemnización de 190.000 euros, según ha confirmado el párroco de San Juan y San Isidoro, Jesús Enrique Aranda. En la comisión que impulsa la restauración interviene también la parroquia de San Sebastián.
El nuevo proyecto técnico determina que el edificio está construido sobre un relleno "inapropiado", practicado, a su vez, sobre terreno natural muy inestable y con gran contenido de agua. Como agravante, la cimentación está mal ejecutada en algunas zonas y en otras, directamente, no existe. En los estudios realizados en 2011, se supuso que la ermita estaba apoyada en parte sobre terreno natural y el resto, sobre el relleno, lo que habría generado asientos diferenciales y estos, grietas en los muros.
Para contrarrestar esta acción, se ejecutaron inyecciones armadas de cemento solo en la supuesta zona de relleno, lo que a la larga generó diversidad en la resistencia del terreno y acentuó aún más los asientos diferenciales. Las grietas, por tanto, aparecieron con mayor contundencia, como se muestra en las fotografías.
Las obras que ahora se van a desarrollar consisten, en primer lugar, en disminuir la humedad del terreno mediante la ejecución de drenajes y elementos que favorezcan la evacuación de aguas de escorrentía, pluviales y de las zonas ajardinadas. En segundo lugar y como medida principal, la cimentación se mejorará mediante micropilotajes, vigas y el refuerzo de los muros de carga.
El inmueble consta de una sola nave con cinco tramos y cabecera. La cubierta es una bóveda de cañón con lunetos reforzada por arcos rebajados que apoyan sobre pilastras toscanas. Por medio de un arco triunfal se accede a la cabecera, de planta circular y cubierta de cúpula sobre anillo, donde se venera al Cristo de las Injurias, obra del imaginero sevillano Antonio Castillo Lastrucci y la talla de mayor devoción en la localidad. Actualmente se encuentra en la ermita de la Virgen del Castillo, en la plaza de la Catedral, pero pronto regresará a su casa.
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