Rocío Romero entra en la historia del toreo cordobés con su alternativa en Pozoblanco

Toros

Roca Rey, Rocío Romero y Manzanares salen a hombros de la plaza de toros de Pozoblanco. / Sánchez Ruiz

Ficha

Ganadería: Seis toros de la ganadería El Pilar, que sustituyó a la anunciada de Daniel Ruiz Yagüe. Desiguales de presentación, alguno con las fuerzas justas, pero colaboradores con los espadas en el tercio de muleta.

Toreros:José María Manzanares (rioja y oro). Estocada (oreja) y estocada (oreja). Roca Rey (teja y oro). Estocada (oreja con petición) y dos pinchazos (oreja tras aviso). Rocío Romero (blanco y oro). Media estocada (oreja tras aviso) y dos pinchados y media estocada (oreja).

Incidencias: Plaza de toros de Pozoblanco. Corrida de toros con motivo de la Feria de Nuestra Señora de las Mercedes. Lleno en tarde agradable.

Eran las seis y media de la tarde. Con unos tendidos repletos de público y un cielo de color añil en Pozoblanco, José María Manzanares, en presencia de Roca Rey, entregó a Rocío Romero espada y muleta convirtiéndola así en la primera mujer cordobesa que alcanza el grado de matador de toros. Un día soñado para ella. Una jornada que jamás olvidará. La ovación cerrada que el público le tributó al romper las cuadrillas el paseíllo ya fue significativa.

De blanco y oro, vestido clásico para esta ceremonia, con abigarrado bordado barroco donde unas mariposas vestidas de alamares revoloteaban en fecha tan señalada. Rocío cumplió con creces su sueño. Su doctorado con un cartel de postín, con dos figuras del toreo como padrino y testigo y una ganadería, que aunque a la postre fue sustituta de la anunciada, también con la vitola de las preferidas por lo más granado del escalafón. Tras la ceremonia del doctorado brindó la muerte de su primer toro a sus padres.

Sospetillo, así se llamó el toro de la ceremonia, quiso unirse a la efeméride, brindando unas embestidas que permitieron a Rocío lucir un toreo pulcro, limpio, con cierto toque de inocencia y candidez. Era día para ello, para soñar. Y Rocío soñó despierta mientras la música acompañaba los trazos de su faena. La espada viajó en buena dirección y la primera oreja cortada, como matadora de toros, fue a sus manos. Otra más en el sexto, por un trasteo que tuvo el mismo diapasón de la pulcritud y la inocencia de quien empieza. Se inicia un camino. El toreo es duro, vendrán días duros, con espinas y sinsabores. Por el momento, toca disfrutar el sueño conseguido. Enhorabuena Rocío.

Rocío Romero recibe al toro de su alternativa. / Sánchez Ruiz

El padrino de la ceremonia estuvo en plan maestro. Dos faenas de corte similar. Con su personal sentido de la estética. Manzanares quedó inédito con el capote en su primero, al que enjaretó una faena compuesta y correcta. Su espada es letal lo que le permitió cortar una oreja. En su segundo realizó una faena importante. Fue poco a poco domeñando una embestida incierta para trazar una faena de mucha maestría. Hubo naturales largos, templados, rematados detrás de la cadera, así como una tanda con la derecha repleta de buen gusto y sabor. De nuevo la espada fue certera. Faena para aficionados.

José María Manzanares da un pase al natural al primero de su lote. / Sánchez Ruiz

Qué decir de Roca Rey. Podrá gustar más o menos, pero su entrega es total. Se le podrán censurar mil detalles, pero el peruano es un figurón del toreo, tanto sobre la arena como en la taquilla. Su entrega es máxima. Roca Rey no vino a Pozoblanco a vestir un cartel. Vino a demostrar quién es el torero con más tirón para el gran público en el momento que vivimos. Se arrimó como un tejón. En su primero incluso fue volteado, sin consecuencias, con violencia. En su segundo más de lo mismo. Levantó a los tendidos con unos circulares, ora naturales, ora invertidos de mucha quietud. El torero de Perú no se deja ganar la pelea por nada, ni por nadie.

Otro triunfador del festejo fue la empresa, que consiguió un lleno histórico y que ha colocado la plaza de los Llanos de Pozoblanco en un lugar de relevancia en el planeta de los toros. El trabajo y la seriedad del empresario ha obtenido sus frutos. De hecho en la presente temporada ha programado más festejos mayores que la de la capital, lo que muestra una labor irreprochable.

Roca Rey hace, rodilla en tierra ante el último de la tarde. / Sánchez Ruiz
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