Una romería de la Virgen de Luna sin 'discocasetas'

La prohibición de la instalación de carpas junto al santuario crea controversia entre parte de la juventud

Un grupo de romeros disfruta del sol de febrero en torno a una candela.
Á. R.

10 de febrero 2014 - 05:01

La próxima romería de la Virgen de Luna, que se celebrará el domingo 23 de febrero en Pozoblanco, intentará conservar su esencia tradicional. La decisión tomada por el mayordomo del santuario, Joaquín Domínguez, de prohibir la instalación de carpas en la Dehesa de las Jaras, donde su ubica el santuario, ha generado en los últimos días una pequeña polémica en las redes sociales, donde los pozoalbenses más jóvenes han vertido sus críticas.

La situación está ahora "más serena", agradecía ayer Domínguez, responsable de administrar la finca propiedad del Obispado donde tiene lugar la celebración religiosa. Porque, en esencia, así es esta fiesta: una jornada de convivencia en torno a la patrona de la localidad donde, claro está, el esparcimiento y la diversión están permitidos. Pero con un orden. "El año pasado ya tuvimos problemas porque varias pandillas de jóvenes intentaron instalar una decena de carpas", recuerda Domínguez. Se permitieron dos, como ha ocurrido en ocasiones anteriores, pero el resultado fue "un poco catastrófico".

Varios contenedores ardieron y hubo daños en el encinar, donde se talaron ramas de gran calibre. Así que este año el mayordomo ha decidido aplicar la receta antes que la enfermedad. Hace unos días, la nueva normativa empezó a radiarse por las emisoras locales, con el consiguiente enfado de parte de la juventud. Entre otros argumentos, aducen que se les priva de su espacio en esta celebración tradicional y de un refugio en caso de lluvia.

Domínguez expone varios motivos para prohibir las carpas. En primer lugar, por la necesidad de preservar la esencia de la romería: "Corremos el riesgo de que se convierta en una feria, con música de discoteca. Sería antiestético", dice el administrador de la finca. Las carpas, además, quitan espacio para aparcamiento, zonas de acampada y para esparcimiento de los romeros. Y pueden suponer, en última instancia, un problema de seguridad. La romería se celebra el domingo 23 de febrero, pero desde la noche anterior ya empieza la diversión en la explanada del santuario. "Montar discocasetas puede suponer un riesgo para los propios jóvenes", dice Domínguez, pues el santuario dista 14 kilómetros del casco urbano y la combinación de fiesta y tráfico no da buenos resultados.

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