La sequía empuja a las producciones agrícolas en Córdoba a una "fase terminal"
El campo en Córdoba
Asaja señala que el campo está "al borde del desastre" y fija en el 60% la pérdida de la cosecha de herbáceos en la provincia
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El presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, ha informado de que el campo está “al borde del desastre debido a la desesperada situación de sequía” que se está padeciendo en un año natural en el que se han recogido casi 55 litros menos de agua que el año pasado por estas fechas.
Fernández de Mesa ha afirmado que más del 60% de la cosecha de cultivos herbáceos de secano de invierno en la provincia de Córdoba está perdida, afectando a todo el Valle del Alto Guadiato y Los Pedroches, donde se ha perdido el 100%; o la zona más cercana a la provincia de Sevilla, como son los municipios de La Carlota, La Rambla o Fernán Núñez, donde sólo se pueden salvar algunos guisantes y cebadas si lloviera estos días, ya que “el cereal está todo perdido”.
En el área del Alto Guadalquivir, más próxima a Jaén, en los términos municipales de Cañete de las Torres, Valenzuela, Montoro o Baena, “las siembras están muy mal, espigando los trigos y cebadas solo a un palmo del suelo, por lo que muchos no se cosecharán debido a que no van a poder las máquinas o porque la espiga no tiene grano”.
En cuanto a las siembras de primavera, Fernández de Mesa ha informado de que el garbanzo y girasol no han alcanzado las densidades óptimas de siembra y están muy mermadas por las nulas precipitaciones.
Con respecto al olivar, su futuro es incierto debido a las altas temperaturas y la falta de previsión de lluvia. En el caso del almendro, los frutos también tienen escaso futuro.
Otro de los grandes perjudicados de esta situación son los ganaderos extensivos porque el pasto es inexistente y, sin pasto, hay que alimentar al ganado a base de pienso; y, en la mayoría de las ocasiones, aportándole agua, lo que conlleva unos sobrecostes inasumibles para los ganaderos.
En general, Fernández de Mesa afirma que “las producciones están en fase terminal”, excepto en la Campiña, que está aguantando un poco más debido a los 100 litros de agua que llovió en febrero y marzo y que está haciendo que “no se pierda todavía la esperanza de cosechar”.
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