Entre sustos y caramelos

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La Diablilla, encarnación del mal, divierte y aterra por igual a los niños en la víspera de San Bartolomé

La Diablilla, en su descenso desde la torre parroquial.
La Diablilla, en su descenso desde la torre parroquial. / Salas / Efe
Efe

24 de agosto 2018 - 02:35

La localidad de Montoro celebró ayer la fiesta de la Diabilla, uno de sus festejos más desconocidos pero de los que mayor éxito tienen entre los verdaderos protagonistas del verano, los más niños. Se trata de la más llamativa de las actividades que se celebran en honor al patrón montoreño, San Bartolomé, símbolo del bien, y al que confrontan con el mal simbolizado por la Diablilla, un ser demoniaco que desciende por una cuerda desde la torre de la iglesia de la localidad para dar una de cal y otra de arena a los menores del municipio.

Porque, cuando el diablo anda suelto por Montoro, sólo hay una manera de zafarse de él, que es colgarse al cuello la medalla de San Bartolomé en un gesto que lleva premio, pues la Diablilla reparte caramelos a los que la llevan. Por el contrario, quienes no asisten amparados por el santo, son ridiculizados por la Diablilla, que pasó toda la mañana dando sustos y tirándole del pelo a los más valientes niños de entre el casi un millar que había al mediodía en la plaza de España de la localidad.

El patrón, que esta tarde sale en procesión, derrotará de nuevo al ser demoníaco

Desde ese punto, se inició un pasacalles que llevó al ser infernal por toda la localidad, a la espera de que San Bartolomé salga hoy en procesión en su busca y captura y la devuelva al campanario de la iglesia.

Montoro realiza esta escenificación de la lucha entre el bien y el mal en honor a su patrón, San Bartolomé, protector del municipio desde el 24 de agosto de 1240, cuando el rey Fernando III el Santo conquistó la ciudad.

La Diablilla tendrá hoy otro momento de gloria, cuando acompaña bien temprano a la banda de música de la Asociación Músico-Cultural Juan Mohedo por las calles repartiendo golosinas a los más pequeños que, con cara de sueño, salen a balcones y ventanas a ver pasar la comitiva y disfrutar de esta estampa de agosto.

La diabólica figura, vencida por el bien, se recoge a mediodía antes de que esta tarde salga en procesión la imagen de San Bartolomé, al que se le ha rendido culto durante toda la semana en su parroquia. Durante todos estos días, el Consistorio prepara actos lúdicos y de esparcimiento para grandes y pequeños como una verbena, conciertos, concursos y, para los más pequeños, fiestas del agua, castillos hinchables, degustación de churros y certámenes de pintura.

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