Los expertos proponen reducir a 39 grados el umbral para activar el plan contra las olas de calor en Córdoba

Clima

El Instituto de Salud Carlos III aboga por dividir la provincia en tres zonas isoclimáticas para decretar alertas independientes por comarcas y evitar así el exceso de mortalidad causada por altas temperaturas

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Un termómetro registra 45 grados el pasado julio. / Juan Ayala

Los planes de prevención ante las olas de calor se estarían activando de manera incorrecta en Córdoba desde hace una década, lo que provoca un exceso de mortalidad causada por las temperaturas extremas del verano que podría evitarse. Así lo advierte un estudio recién publicado por el Instituto de Salud Carlos III, que propone dividir la provincia en tres áreas, las denominadas zonas isoclimáticas, con tres umbrales de calor diferentes a partir de los cuales las administraciones deberían activar planes específicos.

En el año 2015, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad actualizó el plan de prevención ante altas temperaturas sobre la base de los umbrales de disparo de la mortalidad calculados a nivel de capital de provincia. Es decir, el documento aún en vigor se basa en la existencia de una única temperatura máxima diaria por provincia que, una vez superada, provoca la puesta en marcha del sistema de alerta frente a altas temperaturas en salud pública.

En el caso de Córdoba, se trata de 41,4 grados centrígrados, el registro más alto de toda España. Por comparar, en la vecina provincia de Sevilla se activa a partir de los 40,5 grados; en Badajoz, a partir de los 40; en Jaén, cuando se alcanzan los 38,8; en Ciudad Real, cuando se llega a 38,1, y en Málaga si se superan los 37,2 grados.

Los expertos avisan ahora del impacto de los extremos térmicos a nivel inferior al provincial, por comarcas, pues "es conocido que dentro de la misma estructura administrativa definida como provincia se manifiestan diferentes tipos de condiciones climatológicas".

La consecuencia es que, como resultado de los parámetros tan amplios utilizados, no se activa el Plan de Prevención ante olas de calor cuando sería pertinente "en más de la mitad de las zonas isoclimáticas de España, con el consiguiente impacto en la mortalidad que podría evitarse". También pasa al contrario, es decir, que en ocasiones se activa cuando no es necesario.

Así, teniendo en cuenta la nueva definición de zonas isoclimáticas, la provincia de Córdoba quedaría dividida en tres a efectos de activar tres alertas diferentes, que pueden coincidir en el tiempo o no: Sierra Morena y Los Pedroches, donde el umbral queda establecido en 39 grados centígrados; la Campiña -con Córdoba capital incluida-, con un límite de 40,4 grados, el más elevado de toda España, y la Subbética, donde el plan debería activarse a partir de los 39,1 grados centígrados. En los tres casos, por tanto, la alerta estaría vigente al alcanzarse una temperatura sensiblemente inferior a los 41,4 grados que ahora se tienen en cuenta con datos procedentes exclusivamente del observatorio que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) gestiona en el Aeropuerto de Córdoba.

Zonas isoclimáticas de Córdoba. / Instituto de Salud Carlos III.

El estudio del Instituto de Salud Carlos III recuerda que el impacto en la salud y la mortalidad asociada a las olas de calor van más allá de las altas temperaturas e influyen otros factores como los socioeconómicos, la vulnerabilidad social, la vivienda o las zonas verdes. Los autores explican que, mientras la definición meteorológica de ola de calor se basa en series climatológicas basadas en percentiles de temperatura, duración e intensidad, la relativa a la salud y la mortalidad asociada es más amplia.

Y ello porque, además de incluir las temperaturas registradas y su intensidad, también recoge otras cuestiones como las características demográficas de la población, el nivel de renta, los aspectos socioeconómicos, la vulnerabilidad social, la calidad de la vivienda, las infraestructuras urbanas y la existencia o no de zonas verdes, entre otras. Además, la heterogeneidad de los percentiles en las temperaturas de ola de calor en salud y su diferente evolución temporal depende en buena medida de la incidencia que los factores locales tienen en la mortalidad asociada.

Desde que el Instituto de Salud Carlos III recopila estos datos, en el año 2015, Córdoba suma 448 muertes por razones atribuibles a las temperaturas extremas. De ellas, 232 han sido de hombres y 217 mujeres. El año en el que más fallecimientos hubo a causa del frío o calor extremo fue 2017, con 51, seguido de este 2023, con 68; y 2022, con 66 -de ellas, 47 perecieron en julio, diez en agosto, ocho en junio y uno en mayo-.

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