La vida y obra de los hermanos Machado, eje de las Jornadas de Otoño de Pozoblanco

Los Pedroches

Eva Díaz, Rafael Alarcón y Alfonso Guerra acercan la figura de los poetas, influenciados por la huella familiar y el simbolismo francés

La trayectoria política, diplomática y literaria de Juan Valera centra la apertura de las Jornadas de Otoño de Pozoblanco

Rafael Alarcón, Irene Escolar, Eva Díaz y Alfonso Guerra, acompañados por Santiago Muñoz Machado, antes de la segunda jornada del encuentro. / Sánchez Ruiz

Pozoblanco/Las Jornadas de Otoño de la Fundación Ricardo Delgado Vizcaíno que se están celebrando en Pozoblanco han centrado las ponencias de este jueves en repasar la familia y la obra de los hermanos Machado, cuando se cumplen 150 años del nacimiento de Manuel, mientras que el próximo año se celebran los de Antonio. 

La influencia que la familia tuvo en la obra de los hermanos Machado ha sido explicada por la escritora y periodista Eva Díaz, que está colaborando actualmente en la exposición que sobre los artistas y su entorno se puede ver en Sevilla, comisariada por Alfonso Guerra, exvicepresidente del Gobierno, que también ha participado en las jornadas. 

Las figuras de los abuelos paternos de Manuel y Antonio Machado dejaron una honda impronta en sus obras. De un lado, su abuelo Antonio Machado y Nuñez, quien fuera un científico de referencia, médico, zoólogo, naturalista, antropólogo y geólogo, que llegó a ser gobernador civil y alcalde de Sevilla. Fue su faceta naturalista la que más influyó en los nietos; esa contemplación del paisaje marcará a Antonio, el hombre que poetiza los paisajes de Castilla con una gran capacidad descriptiva como fruto de la observación de la naturaleza. También influye en los hermanos Machado la contemplación del río Guadalquivir, tanto en su parte alta como en su desembocadura, que tan presente está en sus obras.

“La mujer que lee cuentos en el patio”, es la figura de la abuela Cipriana, que según Díaz, fue la que dejó en los nietos Machado la huella del folclore, al ser ella pionera en la búsqueda y recopilación de cuentos, cantares, chascarrillos, juegos, coplas, y hasta nombres de lugares, fruto de su recorrido por aldeas y pueblos para recuperar el folclore popular. Esta recopilación de cuentos y del costumbrismo se encargó de editarla y publicarla su hijo -y padre de los poetas- Demófilo, impulsando no solo las publicaciones relacionadas con el folclore, sino también creando el primer club, algo que no tuvo el respaldo esperado en aquella época por los españoles, sí, en cambio, en algunos puntos de Europa.

La labor pictórica de la abuela también marcó a los hermanos Machado, especialmente a Manuel, quien en su obra Apolo tuvo la habilidad de describir pinturas poéticas. En Antonio, esa huella pictórica se deja notar, según la escritora Eva Díaz, en la contemplación de los cuadros del Museo del Prado, de los colores y las representaciones de la naturaleza que quedan patentes en todas las corrientes estéticas que se recogen en la pinacoteca.

La ruptura con el modernismo

Centrándose en la personalidad y obras de Manuel Machado, el catedrático de Literatura Española de la Universidad de Jaén, Rafael Alarcón, bajo el título Manuel Machado: entre el modernismo y la modernidad, ha relatado el “paso de gigante que dieron los hermanos Machado” con la ruptura con el modernismo y la introducción del simbolismo en la literatura española. La labor de los poetas fue difícil, al pasar de una poesía en la que se retrataba la sociedad de un modo realista, a pasar a jugar con el simbolismo en sus escritos, con descripciones de paisajes y espacios en los que se simbolizan las emociones humanas. 

Para Manuel Machado fue fundamental su paso por París para conocer el simbolismo francés, copiando textos de poetas franceses para interiorizar esa corriente, que va a ser la que predomine en todo el arte a lo largo de todo el siglo XX, tanto en la literatura como en las artes plásticas. “Lo que quieren es conseguir en la poesía lo que consigue la música, comunicar sentimientos”, según Alarcón. Y en base a esa explicación ha expuesto numerosos ejemplos en la obra tanto de Machado y de otros poetas de esa interpretación de sentimientos, recuerdos de la infancia, sueños y amor, a través de la poesía. 

Los tres destierros de Antonio

El exvicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, que en la actualidad está comisariando la exposición Los Machado. Retrato de familia en la capital andaluza, se ha centrado en la figura de Antonio Machado y su obra. Defendiendo el ponente una visión más global de la obra completa del poeta, “porque más allá de la trivialización del uso de algunos versos, me parece importante recuperar una visión más completa de su obra, que no por ser menos comunicativa deja de ser más audaz, honda y profunda”.

El exvicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, durante su conferencia. / Sánchez Ruiz

Para Guerra, “la grandeza de Antonio Machado fue la de crear una realidad poética que se entrega abierta. El poeta abre, a través de sus poemas, su destino y realidad, de enorme pureza y transparencia, con una sencillez esquiva que exige de la propia participación del lector. Hay en su obra una constante interrogación ante el mundo exterior y el propio yo”. El comisario de la exposición sobre la familia Machado ha afirmado que “este recorrido por la entraña colectiva es consustancial en la obra de Machado, que sin el tú y el pueblo no tiene sentido. En su obra se da una esencial relación dialéctica entre la soledad y el mundo exterior, el paisaje, los hombres, donde encuentran sus sueños, su savia. Y es en esa dialéctica donde cobra sentido su intimidad y su mismo afán de que esa intimidad sea común a más hombres, para ser cantada en coro”.

También ha hecho Guerra un repaso por la vida de Antonio Machado, por sus viajes por España y sus paisajes que tanta huella dejaron en su obra, así como las tres heridas del autor, sus tres destierros: el de la vida, en sus continuos viajes; el del amor, con la temprana pérdida de su esposa, y el de la muerte, con su destierro en la frontera entre España y Francia.

Así como Alfonso Guerra ha hecho lectura de algunos pasajes de las poesías de Antonio Machado para ejemplarizar sus explicaciones sobre la obra del poeta, la jornada ha finalizado con la lectura de poemas por parte de la actriz Irene Escolar, quien ha recitado versos de ambos hermanos.

Las Jornadas de Otoño finalizan este viernes con tres ponencias centradas en la desinformación, el anonimato, las redes sociales, la pérdida de lectores de prensa escrita y los programas falsos como práctica política, en la que participarán los periodistas Álex Grijelmo, Juan Luis Cebrián y Julián Quirós.

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