Menos vino pedro ximénez en Montilla-Moriles en la vendimia de 2023, pero de "altísima calidad"
Campiña Sur
Los productores calculan una caída de la producción en torno al 30%, lo que repercutirá en una subida de los precios
Las paseras de Montilla-Moriles en plena vendimia, en fotografías
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La recogida de la variedad pedro ximénez se ha vuelto a adelantar en 2023 en el marco Montilla-Moriles como consecuencia de la sequía y del calor. Son muchos años seguidos de vendimia prematura por una repetitiva falta de lluvias que lastra cada vez más el volumen de producción, aunque, paradigmáticamente, provoca que la calidad de la uva sea altísima, apuntan desde el sector vitivinícola de la provincia.
El clima es el principal factor que marca la fecha de inicio de la vendimia, que anteriormente solía ir desde mediados de agosto hasta finales de septiembre. Un periodo de tiempo que no se cumple desde hace varios años por las condiciones climatológicas ya mencionadas. No obstante, también hay que tener en cuenta que hay áreas dentro del marco regulador que son más tempraneras debido a la composición de la tierra.
En la cooperativa San Acacio de Montemayor, uno de los mayores productores de pedro ximénez en España, se empezaron a recoger los primeros racimos el pasado 5 de agosto para dejarlos secar en torno a los cuatro días en su inmensa pasera, antes de prensarlos y sacar el mosto del año. Aquí, el 50% de la cosecha se destina a vino dulce, mientras que la otra mitad es para vino blanco. "Aún es pronto para saber cuál va a ser la producción total de este año", indica el enólogo responsable de la cooperativa, Juan Antonio Aguilar, aunque avanza que, según las previsiones que manejan, todo hace indicar que será parecida a la del 2022 e incluso menor.
Por su parte, el gerente de las montillanas bodegas La Aurora, Antonio López, apunta a un 30% de reducción de cosecha respecto al año pasado: "Un desastre". Cooperativas como estas, dedicadas fundamentalmente a la producción para luego venderla a otras bodegas, principalmente de la DO Jerez, despachan en torno al 80% de la uva que producen, mientras que el 20% restante lo utilizan para elaborar sus propios productos.
El técnico de la empresa Todoviña y responsable de la vendimia mecanizada en el marco Montilla-Moriles, José María González, aseguraba a principios de agosto que "puede alcanzarse una producción de en torno a unos 25 millones de kilos", mientras que la del año pasado, que ya fue inferior también a la del anterior, se cosecharon "29 millones de kilos".
En este sentido, "aunque a priori no sabemos qué volumen se va a producir", el cálculo que hacen desde el marco regulador Montilla-Moriles es llegar a los 29 millones de kilos de uva al cierre de la vendimia de 2023 —misma cantidad que en 2022—, según las previsiones que comparte con El Día el director-gerente de la denominación de origen, Enrique Garrido. "La producción se ha visto afectada, pero hay que tener en cuenta que la pedro ximenez tiene doble actitud, es decir, que se puede utilizar o bien para pasera o bien para la elaboración de vino blanco", explica Garrido.
Uva sana y de "alta calidad"
"Hay muy poca uva, pero muy sana", asegura López. "De todos los años que llevo en el campo -32 vendimias-, es de los que más sana está la uva, la calidad es impresionante, excelente, pero la producción muy corta", y añade: "no son racimos grandes porque el tamaño de la valla no es muy alto, aunque eso hace que la uva esté muy equilibrada en aromas".
La razón principal que explica que la calidad de la uva sea tan buena se debe precisamente a la falta de lluvias y de humedad en el suelo, que evitan la proliferación de hongos que dañen el fruto, aclara el enólogo de San Acacio, Juan Antonio Aguilar.
Esta calidad de la uva pedro ximénez, unida a la escasez de producción y a la consolidación de una demanda en crecimiento del producto augura un ajuste de precios al alza para la próxima temporada. "Aún es pronto para saberlo", indica Aguilar, aunque estima la subida en un 10%.
"La merma de producción se puede paliar hasta cierto punto con los precios, pero mucho no porque los vinos llegan a un nivel que no admiten más subidas por la competencia que tenemos, sobre todo de Castilla-La Mancha, de Huelva o de Extremadura", dice López.
"Las expectativas son bastante buenas", reconoce Garrido. "Entendemos que hay una tendencia a comprar nuestro producto por bodegas de nuestra zona, o de la DO de Jerez y Málaga; Este tipo de vinos se utilizan como mezcla para hacer los cream o los medios, y eso repercute en que esa demanda se haya incrementado en los últimos años. Es un incremento tanto en producción como en precio por arroba. Eso quiere decir que ese vino está cogiendo valor y prestigio".
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