El yacimiento de Majadaiglesia afronta el último tramo de su recuperación
El guijo
Las obras del centro de visitantes del área excavada, presupuestadas en 540.000 euros, comenzarán antes de que acabe el año · El edificio contará con una sala de exposiciones y una réplica de una taberna romana
La puesta en valor del yacimiento de Majadaiglesia en el término municipal de El Guijo, la zona que alberga la antigua ciudad de Solia, está un poco más cerca. De hecho, el proyecto se encuentra ya en su última fase y, si no hay imprevistos, las obras de este complejo comenzarán para finales de este año. El alcalde guijeño, Eloy Aperador (PSOE), ha señalado a el Día que esta actuación supondrá una inversión de 540.000 euros y que se ejecutará a través de los Planes Provinciales de la Diputación. Este complejo de recepción de visitantes surgirá tras la reforma de la mayordomía existente junto a la ermita de Nuestra Señora de las Cruces y contempla un recinto con varias dependencias.
Se trata de un edificio en forma de L en el que destacarán dos estancias, una sala de exposiciones y otro espacio de esparcimiento que se denomina como taberna romana y que será lo más parecido posible a las de aquella etapa histórica, que tantos vestigios han dejado en este yacimiento arqueológico. El proyecto ha sido redactado por los técnicos del Servicio de Arquitectura y Urbanismo (SAU) de la Diputación y los plazos que maneja el Ayuntamiento pasan por acelerar en lo posible todos los trámites y que las obras estén ya adjudicadas para el mes de diciembre. Eloy Aperador quiso destacar la repercusión que tendrá cualquier actuación que se lleve a cabo en la antigua ciudad de Solia. "Esto trasciende más allá de El Guijo", ya que la explotación como recurso turístico de este yacimiento "tendrá una repercusión comarcal y beneficiará a Los Pedroches", comentó el regidor.
En cuanto a los trabajos ya realizados en Majadaiglesia, el alcalde recordó que han sido varios los talleres de empleo que han realizado "tareas muy importantes" de limpieza y recuperación patrimonial "y esperamos que la colaboración con la Consejería de Empleo continúe". Se refirió también a los estudios y hallazgos ejecutados por distintas universidades andaluzas, como es el caso de la de Granada, que se ha centrado en análisis geofísicos de la zona para determinar hasta dónde puede extenderse el variado patrimonio que guarda el subsuelo de Majadaiglesia. No obstante, Aperador no quiso pasar por alto que para la puesta en valor de este importante yacimiento será necesario un proyecto de excavación muy ambicioso, "cuyo plan director ya está en fase de redacción y para el que confío que haya resultados positivos en poco tiempo".
La protección al yacimiento de Majadaiglesia tuvo su espaldarazo definitivo en marzo de este año, cuando el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobó su inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de zona arqueológica. El Ejecutivo autonómico justificó su decisión incidiendo en que este asentamiento ofrece una amplia secuencia cronológica entre el Paleolítico y los inicios de la Edad Media, con destacada presencia de restos romanos y paleocristianos. La nueva zona arqueológica, de 18,7 hectáreas de superficie protegida, está integrada por dos sectores diferenciados. El primero de ellos, en torno al cortijo del cerro de Majadaiglesia, cuenta con numerosas estructuras hidráulicas y una línea de muralla. El segundo, en el área de la ermita de Nuestra Señora de las Cruces, acoge una necrópolis romana y un baptisterio paleocristiano. El conjunto ha sido identificado tradicionalmente con la antigua ciudad romana de Solia.
Entre las estructuras hidráulicas, destacan una natatio o piscina, un acueducto, varias cisternas y un pozo. El recinto amurallado del cerro de Majadaiglesia se compone de una triple línea defensiva con una cronología que va desde la época prehistórica hasta el Medioevo. Actualmente se observan algunos muros y un pequeño contrafuerte en la ladera sur. A la fase más tardía del asentamiento corresponde la pila bautismal de inmersión, cruciforme, que se localiza en la ermita de Nuestra Señora de las Cruces como testigo de los orígenes paleocristianos de esta edificación, muy reformada a lo largo de los siglos. También en ella se encuentran dos inscripciones funerarias y varios capiteles y fustes de columna de época romana. Los restos encontrados en el yacimiento, cuyas primeras excavaciones se remontan a los años 30 del siglo XX, se completan con diverso material de procedencia paleolítica, neolítica, ibérica y de la Edad del Bronce.
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