Hígado graso: una enfermedad seria que necesita prevención
contenido ofrecido por Quirónsalud
La esteatosis hepática, también conocida como enfermedad del hígado graso no alcohólico, afecta a una de cada cuatro personas en Europa y España. Este alarmante dato subraya la urgencia de abordar un problema de salud que puede degenerar en cirrosis o cáncer de hígado si no se trata a tiempo.
El Dr. José Pablo Robles, especialista en Medicina Interna de Quirónprevención, apunta la clave del problema: “La esteatosis hepática no presenta síntomas evidentes en sus fases iniciales, lo que complica su detección temprana”.
Diagnóstico y pruebas preventivas
La acumulación de grasa en el hígado, característica de la esteatosis hepática, es una dolencia inicialmente silenciosa que, de no detectarse a tiempo, puede desencadenar graves complicaciones a medida que progresa, especialmente en individuos con obesidad, diabetes tipo 2 o síndrome metabólico. Y es que, a medida que la enfermedad avanza, aumenta el riesgo de inflamación hepática, daño celular, fibrosis, cirrosis y cáncer de hígado.
En España, las estadísticas son preocupantes: un tercio de los adultos tienen sobrepeso y casi el 14% son obesos. Además, un 20% de la población padece diabetes tipo 2, lo que potencia el riesgo de esteatosis y sus complicaciones metabólicas y cardiovasculares.
El síndrome metabólico, una condición que afecta al 31% de la población española, está también estrechamente vinculado a la esteatosis hepática y a un mayor riesgo de eventos cardiovasculares. La prevalencia de estos factores de riesgo hace imprescindible una estrategia de detección y prevención efectiva.
El desafío principal de la esteatosis hepática es, por tanto, su diagnóstico temprano. Para identificarla, se emplean diversas pruebas que varían en complejidad y grado de invasión. Entre estas pruebas se incluyen análisis de sangre, ecografías abdominales y, en casos más avanzados, biopsias hepáticas.
Reconocimientos médicos laborales
El examen de salud laboral se presenta como una oportunidad clave para la detección preventiva. El Dr. Robles resalta: “Estudios recientes, como el llevado a cabo por Quirónprevención, sobre una cohorte que analizó a más de 3.500 personas, de los más de dos millones que pasan por sus servicios médicos anualmente, demuestran la eficacia de incluir indicadores específicos en los reconocimientos médicos laborales. Este enfoque permite identificar a individuos en riesgo y tomar medidas preventivas antes de que la enfermedad progrese a etapas irreversibles”.
El estudio de Quirónprevención ha desarrollado un protocolo basado en tres indicadores clave: el índice FLI (Fatty Liver Index), el cociente AST/ALT y el índice NFS (Non-Alcoholic Fatty Liver Disease Fibrosis Score). El FLI, por ejemplo, utiliza parámetros como el IMC, el perímetro abdominal, los triglicéridos y la enzima GGT para evaluar el riesgo de esteatosis hepática. Este indicador ha demostrado una alta especificidad en diversos estudios.
Todos estos hallazgos revelan que el 85% de las personas con un FLI alterado presentaban signos ecográficos de esteatosis. Este dato subraya la utilidad del FLI como herramienta de cribado, permitiendo identificar casos no diagnosticados de esteatosis hepática de manera efectiva y económica.
La ecografía hepática, aunque altamente sensible para detectar esteatosis cuando afecta a más del 33% del hígado, tiene limitaciones en etapas tempranas de la enfermedad y requiere equipos y personal especializado, lo que la hace más costosa. En cambio, los indicadores analíticos son más adecuados para el cribado inicial, porque resultan menos invasivos y más accesibles.
El estudio también evidenció una fuerte correlación entre la obesidad y la alteración del FLI, con un 100% de alteraciones en individuos con obesidad grado 2. Este dato refuerza la necesidad de monitorear a las personas con sobrepeso y obesidad de manera más rigurosa.
Más allá de la vigilancia de la salud inherente a los riesgos laborales, la inclusión de indicadores específicos en los exámenes de salud laboral representa una medida preventiva de gran importancia para detectar la esteatosis hepática en sus fases iniciales. La implementación de estas pruebas en el ámbito laboral no solo permite un diagnóstico precoz, sino que también puede reducir los costos asociados a la salud y el absentismo laboral.
Es imperativo que se promuevan campañas de concienciación sobre la esteatosis hepática y sus riesgos asociados. Los trabajadores deben ser informados también sobre la importancia de mantener un peso saludable y monitorear regularmente su salud hepática.
También te puede interesar