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Desayuno informativo ‘Manejo de alto riesgo de recaída en cáncer de mama en estadios iniciales y adherencia terapéutica’
Según Según las estimaciones de la Sociedad Española de Oncología Médica, anualmente se producen unos 34.750 nuevos casos de cáncer de mama. De esta cifra, aproximadamente el 93% se encuentran en estadio inicial, pero a pesar de ello, un tercio sufrirá una recaída a lo largo de su vida. Grupo Joly, con la colaboración de Lilly, organizó recientemente un encuentro para tratar, desde distintos prismas, la evolución en el abordaje de estas pacientes, el manejo del riesgo, así como algunas cuestiones sobre adherencia terapéutica.
El gerente del Servicio Andaluz de Salud, Diego Vargas, pudo acercar durante este coloquio la dimensión del problema, con un impacto en morbimortalidad importante. “Una de cada ocho mujeres, a lo largo de su vida, podría desarrollar un cáncer de mama. Pese a todo, en los últimos años se han ido dando grandes avances en la supervivencia. Eso es debido a varios factores clave, especialmente el programa de detección precoz en cáncer de mama desarrollado en Andalucía y la incorporación de nuevas terapias que han demostrado un impacto importante en el aumento de esa supervivencia”, explicó. Además, hizo alusión a la reordenación de los flujos asistenciales y de la ruta del paciente dentro del sistema sanitario, “que ha hecho que a través del conocimiento y la experiencia hayamos llegado a las fases más precoces de la enfermedad y logrado avances en su tratamiento”.
Pese a todo, se producen unos 6.500 fallecimientos al año por esta causa, lo que supone un 5,8% del total de muertes por cáncer globalmente. Según puso de manifiesto Vargas, “hemos de trabajar de una forma multidisciplinar e implicar a todos los profesionales”. Además, apuntó que el programa de cribado que arrancó en 1995 ha llegado a más de 1,5 millones de mujeres, alcanzando un 86,2% de cobertura actualmente. Como mejoras a futuro, Vargas abogó por aumentar la cobertura de la población diana de estos programas de cribado, realizar más esfuerzos en la humanización del entorno asistencial y seguir favoreciendo mejoras en el proceso, con cirugías cada vez menos invasivas y tratamientos cada vez más dirigidos.
El doctor Pedro Sánchez Rovira, oncólogo médico del Complejo Hospitalario de Jaén, hizo una aproximación al cambio de paradigma en el tratamiento de cáncer de mama, tanto en enfermedad avanzada como en enfermedad precoz. “Esta evolución ha permitido que podamos aumentar tanto las expectativas de supervivencia de las mujeres con cáncer de mama como su calidad de vida”. Además de la detección precoz y el trabajo multidisciplinar, el experto hizo énfasis en la aplicación de la medicina de precisión, como una de las claves para la gestión de aspectos relacionados con riesgo. “Estamos consiguiendo personalizar los tratamientos en función de los avances en el conocimiento de la biología de la enfermedad. Nos queda mucho por delante, pero ya podemos establecer terapias dirigidas en función de la expresión de determinados receptores hormonales y alteraciones moleculares concretas. “Esto nos permiten aumentar las tasas de supervivencia y también evitar muchos de los efectos adversos que implica el tratamiento”, destacó el Dr. Sánchez Rovira.
Así, afirmó que el conocimiento de esos biomarcadores permite identificar la mejor opción ya que “las mujeres con mayor riesgo necesitan un tratamiento distinto y esa individualización es el último eslabón que nos va a llevar a seguir mejorando las expectativas”, subrayó.
En su intervención, la doctora Isabel Blancas, oncóloga del Hospital San Cecilio de Granada, ahondó en esa personalización de los tratamientos explicando que “las plataformas genómicas nos dan información sobre el riesgo de recaída”. Así, “con toda esta información y el apoyo de las técnicas diagnósticas de imagen podemos estadificar el tumor y en un comité multidisciplinar ofrecer el mejor tratamiento a la paciente”. En este sentido, hizo hincapié en que la decisión terapéutica es “un proceso en el que debemos implicar a las pacientes en una apuesta por el empoderamiento”. Por otro lado, la doctora Blancas abogó por el desarrollo de un Registro autonómico del cáncer e hizo alusión a los proyectos existentes para trabajar con análisis de datos clínicos basados en Inteligencia Artificial, un área que aportará mucha evidencia en cuanto a la respuesta terapéutica a la hora de establecer pronósticos.
Por su parte, Francisca Aguilar, fue quien puso voz a las pacientes, representando a la Federación Española de Cáncer de Mama (Fecma) como parte de la Asociación de Mujeres Operadas de Cáncer de Mama de Málaga (Asamma). Aguilar es una larga superviviente, operada hace 35 años. Por ello, “he visto la evolución y el desarrollo a una medicina de precisión que antes no existía, por lo que me considero una privilegiada”, dijo. “Hemos visto los avances en los tratamientos y hemos sido testigos de los avances en investigación, logrando que, además de que muchas pacientes se curen, tengan calidad de vida”, afirmó.
Desde su punto de vista el enfoque multidisciplinar es esencial y, por ello, quiso poner énfasis en varios aspectos como la alimentación, el ejercicio físico y el cuidado de otros problemas asociados, como el linfedema, que influyen en la calidad de vida, y donde es clave la implicación de los fisioterapeutas. “También es muy importante el trabajo de las enfermeras de enlace en todo el proceso”, subrayó. Asimismo, hizo hincapié en que en la relación médico-paciente “hace falta más tiempo para facilitar la información adecuada sobre la enfermedad, los tratamientos o los efectos secundarios; y recibir ayuda para manejar el miedo que tenemos a las recaídas o a una evolución a metástasis”.
Por su parte, Teresa Millán, directora de Corporate Affairs de Lilly, aportó algunas claves de la investigación clínica sobre nuevos tratamientos. “La innovación tiene que producirse dentro de un ecosistema que la propicie. En España lo tenemos. En el caso de Lilly, contamos con un centro de investigación básica que ha permitido el desarrollo de moléculas innovadoras, también para el cáncer de mama. Operar dentro de ese sistema es un privilegio que todos tenemos que aprovechar”, expuso.
Además, quiso poner en valor la Estrategia Europea contra el Cáncer y defendió la colaboración entre el sistema sanitario, la industria farmacéutica, los profesionales y los pacientes para continuar propiciando innovaciones que aporten resultados en salud.
Según el ‘Informe de evolución de la financiación y fijación de precios de los medicamentos oncológicos en el SNS (2016-2020)’, publicado por el Ministerio de Sanidad este año, el tiempo medio desde la autorización de un fármaco por parte de la Comisión Europea hasta su incorporación a la práctica clínica puede durar una media de 415 días. Otras estimaciones aportadas por la asociación de la industria farmacéutica en Europa (Efpia) apuntan a que en el caso de los tratamientos oncológicos ese arco se amplía a los 469 días.
En este sentido, Diego Vargas, defendió el propósito de las Comisiones de Ordenación Farmacéuticas “para mejorar el acceso a la innovación de una forma homogénea en todo el territorio”. “Hemos avanzado mucho en ese sentido, en poder dar soluciones innovadoras a los pacientes independientemente de dónde residan y el código postal en el que vivan”, matizó. Sobre esta cuestión, Francisca Aguilar, pidió que “las cuestiones económicas no sean un obstáculo para el acceso a tratamientos innovadores”. Por su parte, Teresa Millán, explicó que “en el sector estamos dispuestos a colaborar y escuchar para que los medicamentos lleguen lo más rápidamente posible a los pacientes”. “A la industria nos mueve el objetivo de acercar soluciones a los pacientes. No se trata de tener un medicamento igual para todos, sino contar con un abanico amplio y ser capaces de identificar cuál es la mejor opción para cada paciente”. Por último, el encuentro propició algunas reflexiones sobre la adherencia a largo plazo y su relación con las toxicidades que puedan aparecer. Así, tanto el Dr. Pedro Sánchez como la Dra. Isabel Blancas coincidieron al afirmar que estas toxicidades son más aceptables cuanto más reversibles, previsibles y manejables sean. Además, ayudará que el paciente entienda la importancia del cumplimiento sobre la reducción del riesgo de reaparición del tumor.
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