Investigación y Tecnología
Calzados 'barefoot': "Los propios zapatos son los que deforman el pie"
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"El aroma del incienso impregna el aire mientras mis compañeros y yo nos preparamos para cargar sobre nuestros hombros el peso sagrado del paso. Con cada paso que damos, la emoción se entrelaza con el esfuerzo físico, formando un vínculo indisoluble entre nuestra fe y nuestra fuerza".
Para un costalero, llevar cargado un paso no es simplemente un acto de devoción. Es una experiencia trascendental que le conecta con lo más profundo de sus creencias y tradiciones. Sentir el peso del pasado sobre sus hombros, mezclado con la esperanza y la fe que les impulsa seguir hacia adelante. Cada momento es una comunión entre el sacrificio y la devoción, entre el dolor y la alegría.
Ser costalero es más que llevar un paso. Es vivir y respirar la pasión de nuestra fe en cada paso que damos, mientras los músculos se tensan bajo la carga del paso. Aunque ello suponga dolor de espalda, lesiones musculares y dolor de pies con los que terminan una semana cuyo sentimiento va más allá y razones por las que después de la Semana Grande el fisioterapeuta se convierte en su gran aliado.
Elena Contreras Samalea es fisioterapeuta con 14 años de experiencia en este sector y al mando de su propia clínica en Mairena del Aljarafe (Sevilla). Cuenta a este periódico las diferentes lesiones que más sufren los costaleros y con las que más se suele encontrar en las consultas, sobre todo, una vez que ha pasado la Semana Santa.
"Las principales son las de tipo de neural como la cervicibracalgia, ciatalgias y los síndromes de los desfiladeros debido a la compresión de los discos intervertebrales por el peso que reciben en toda la zona cervical. Esta presión hace que se disminuya el espacio intervertebral y aparecen hernias discales".
La espalda completa sufre sobrecargas musculares, al igual que las piernas, el tendón retuliano, siendo especialmente frecuentes las lesiones de tipo compresivo en la zona de las caderas y de las rodillas. "Esta zona sufre mucho por la postura en la que se coloca el costalero, dando lugar, de igual manera, a otras lesiones como las de menisco ya que al cargar un peso tan grande sobre la columna, todo el cuerpo se ve afectado".
Todo el mundo tiene un punto débil, sobre todo cuando hay un exceso de algo. En el caso de los costaleros, es la columna vertebral, principalmente la zona cervical y lumbar, debido a la presión que ejerce la carga sobre esta zona obligada por la postura encorvada al llevar el paso durante largos periodos de tiempo. De igual manera, empieza a tener un impacto en las caderas, rodillas, tobillos y pies, provocando fascitis plantar por el sobrepeso que recae en la planta de los pies.
Desde el punto de vista terapéutico, Elena Contreras recomienda: "Una preparación previa que no solo debe llevarse a cabo en etapas más cercanas al tiempo a la Semana Santa, sino que debe hacerse todo el año completo ya que es muy importante el mantenimiento muscular en el que se incluya la reeducación postural como una de las principales medidas preventivas a las lesiones".
La fisioterapeuta pone de ejemplo a una persona "que trabaja todo el día delante de un ordenador y no hace nada de actividad física, termina su jornada laboral y se va a ensayar. Esa persona viene de estar en una postura estática y de estar bloqueado, por lo que la carga del paso va a bloquearlo y comprimirlo todavía más". En este sentido, lo que va a suceder son dos cosas. Por un lado, que empeoren las lesiones, en el caso de que ya las tuviera. Y por otro, que aparezcan, en el caso de que no tuviera ninguna.
"Una persona sedentaria no tiene su cuerpo, ni su postura preparada para aguantar esa carga. Sin embargo, el costalero debería incluir en su vida rutinas de disciplinas como yoga o pilates o cualquier ejercicio que implique una mínima movilidad como, por ejemplo, dos días por semana", cuenta Contreras Samalea.
Ejercicios de fortalecimiento del core, rutinas de fuerza o con chalecos lastrados, que son entrenamientos muy específicos para costaleros con la idea de ir acostumbrando al cuerpo a llevar la carga en esa zona del cuerpo, son las principales acciones que debe llevar un costalero durante el año. "Y si, además", añade Contreras Samalea, "va al fisioterapeuta cada 15 o 20 días para descargar toda la zona y para trabajar con las posturas, se reduciría el 90% de las lesiones porque su cuerpo está perfectamente preparado y entrenado para soportar esa carga". E insiste: "Si se hiciera bien, bien, se podrían reducir en un 100% porque si ese cuerpo está bien preparado, aguantaría la carga sin problemas".
La fisioterapeuta nos cuenta que "La realidad es que los costaleros son personas sedentarias que les mueve la devoción y no hacen otro tipo de ejercicios para mantenerse en forma. Aunque es lo que nos hemos estado encontrando en nuestras consultas, desde hace un tiempo hemos notado una diferencia con los pacientes que se animan a venir a la clínica antes de la Semana Santa porque se bloquean en los ensayos", concluye Elena Contreras Samalea.
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