Tuberculosis: la gran olvidada durante la pandemia
Día Mundial Tuberculosis
Desde hace más de una década no se producían tantas muertes y caían tanto los diagnósticos de esta enfermedad, la más infecciosa después de la COVID-19
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La tuberculosis tuberculosis(TB) es la enfermedad infecciosa que representa la principal causa de morbilidad y mortalidad en el mundo hasta la llegada de la pandemia por el SARS-CoV2 (COVID-19). Según datos de la Organización Mundial de la Salud, cada día mueren 4.000 personas de tuberculosis y enferman 30.000, cifras que se han visto alteradas, como otras muchas enfermedades, desde que la Covid-19 aterrizara en nuestras vidas. Por primera vez en más de 10 años, aumentan las muertes y caen los diagnósticos de esta enfermedad infecciosa por culpa de sus daños colaterales. Y es que la vulnerabilidad de numerosas patologías subyacentes se ha disparado casi dos años después del estallido de la pandemia.
El resultado es que la inversión en nuevos diagnósticos y tratamientos para estas enfermedades es dramáticamente inferior respecto al sufrimiento que causan. La dinámica es generalizada. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que "los servicios de salud se han visto parcial o totalmente interrumpidos en muchos países por el Covid-19". En una encuesta de este organismo internacional se refleja cómo más de la mitad de los países interrumpieron tratamientos de hipertensión, de diabetes y de cáncer. También se hizo con esta enfermedad, que aunque resulte 'minoritaria' en la mayoría de países europeos -gracias al avance y la investigación en nuevos tratamientos y vacunas-, la pandemia ha interferido en los buenos pronósticos de los últimos años.
En este sentido, la OMS publicó cifras al respecto hace un mes escaso que confirmaron esos temores: 1,5 millones de personas murieron en 2020, y este año fue el primero de la última década en el que la cifra ascendía en vez de disminuir. De hecho, En 2020 se realizaron 5,8 millones de confirmaciones frente a los 7,1 millones del año anterior. Además, el 21% de las personas infectadas que no fueron diagnosticadas en 2020, según los cálculos de la OMS.
En dicho documento también se advierte de que la tuberculosis sigue siendo "una de las enfermedades infecciosas más mortíferas del mundo, solo superada por la COVID-19", mientras que las cepas de tuberculosis resistentes a los medicamentos continúan siendo motivo de preocupación. De hecho, las resistencias a los antibióticos resistencias a los antibióticosen general suponen una grave amenaza contra la salud pública de los europeos.
TRABAJAR EN EL CONTROL DE LA TUBERCULOSIS
Es la primera vez en más de dos décadas en que el número de muertes aumentó, fruto del retraso o la falta de diagnóstico de la enfermedad. Por eso, el informe, publicado precisamente cuando se celebra hoy el Día Mundial contra la Tuberculosis, alerta de que "está en peligro" el reto de conseguir reducir el número de muertes por tuberculosis en un 35% ciento en 2020.
En esta línea,el presidente de la Fundación de la Unidad de Investigación en Tuberculosis de Barcelona (FUITB), Joan Caylá, incide en la necesidad de regresar recursos destinados a la covid de nuevo a la tuberculosis. "Es importante alinear los servicios que trabajan en tuberculosis y covid. En la medida en que la covid sea menos relevante, personas que trabajan en el control de la pandemia deben trabajar en el control de la TB'''.
Esta enfermedad tiene un alto de grado de infección, por lo que no diagnosticar a tiempo al paciente puede llevar a una mayor expansión de la bacteria responsable. "En los últimos años hemos incorporado herramientas moleculares que nos pueden hacen sospechar rápidamente una TB. Y, sobre todo, nos pueden hacer sospechar si esta es sensible o resistente a los fármacos más habituales", comparte el doctor García Pérez a EFE. En este sentido, un diagnóstico precoz y un tratamiento correcto es fundamental para derrotar a una enfermedad tratable prevenible y curable.
¿Mayor riesgo si se contrae la covid?
Según indican desde la OMS, las personas enfermas con COVID-19 y TB muestran síntomas similares como tos, fiebre y dificultad para respirar. Ambas enfermedades atacan principalmente a los pulmones y, aunque ambos agentes biológicos se transmiten principalmente a través de contactos cercanos, el período de incubación desde la exposición a la enfermedad es más largo en la TB y suele presentar un inicio lento.
Aunque la experiencia sobre infección por COVID-19 en pacientes con TB es limitada, ''se prevé que las personas enfermas con TB y COVID-19 pueden tener peores resultados de tratamiento, especialmente si el tratamiento de la TB se interrumpe'', sentencian.
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