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Fertilidad
La infertilidad es uno de los grandes tabúes que rodean la maternidad, sus efectos y los problemas que conlleva a nivel psicológico y biológico es un drama que muchas mujeres padecen en silencio. En España, una de cada cinco parejas tiene dificultades para concebir. De ellas, solo un 56% busca ayuda médica para tener un hijo, según los datos de la Sociedad española de Fertilidad y el Ministerio de Sanidad. Uno de cada cuatro casos son debidos a problemas de lo que se conoce como anovulación, una alteración hormonal en la que el ovario presenta alguna disfunción que le impide madurar y librar óvulos.
La anovulación puede ser circunstancial o crónica. Se calcula que alrededor de un 35% de las mujeres puedan padecerlo a lo largo de su etapa fértil. Sin embargo, la falta de ovulación persistente en el tiempo se considera una de las causas más importantes de infertilidad femenina y, además, también puede dar lugar a otros problemas de salud a largo plazo como la diabetes.
Los detonantes de esta disfunción ovulatoria pueden ser de distinta índole, incluidos factores de estilo de vida como la obesidad o el estrés, aunque los problemas suelen encontrarse el eje hipotálamo-hipófisis-ovario. Uno de los ejemplos más recurrentes detrás de estos casos suelen ser los ovarios poliquísticos, un trastorno endocrino que provoca ciclos menstruales irregulares o amenorrea en la mujer, aunque durante los años fértiles se asocia a trastornos como osteoporosis, enfermedad cardiovascular y ciertos cánceres a una edad 'avanzada' (22–25).
Los principales síntomas de la anovulación son:
Debido a que algunas mujeres que padecen anovulación continúan menstruando regularmente, puede ser difícil detectar esta condición.
Además de un examen pélvico y el análisis de los antecedentes médicos de la paciente, los procedimientos para diagnosticar la anovulación pueden incluir:
Son muchas las causas que puede haber detrás de la anovulación, desde el estrés hasta los problemas hormonales. Los podemos dividir en tres grandes grupos, según indica la OMS y se recoge en este artículo de El Servier:
•Grupo I: Hipogonadotrofismo por fallos en la secreción de hormonas. Dentro de este grupo de causas encontramos aquellas que dan lugar a una baja producción de las hormonas necesarias para que la ovulación se produzca. Las hormonas en cuestión son las GnRH y gonadotropinas (FSH y LH), que tienen que ser segregadas por el hipotálamo y la hipófisis respectivamente. Esta falta de secreción puede tener a su vez varias causas, como tener un peso excesivamente bajo (índice de masa corporal menor a 20kg/m2). De hecho, hasta un 20% de los casos de trastornos de la conducta alimentaria van acompañados de anovulaciones crónicas. Un exceso de ejercicio físico y algunas enfermedades sistémicas, como el Hipogonadismo hipogonadotrópico, el Síndrome de Kallman, insuficiencia renal crónica o enfermedades hepáticas crónicas, también pueden alterar la secreción de estas hormonas
•Grupo II. Alteraciones hormonales. Dentro de estas alteraciones encontramos la Anovulación Hipotalámica Funcional, que puede estar causada también por otros factores como la malnutrición, el estrés, las alternaciones psiquiátricas y emocionales, la toma de algunos medicamentos (sedativos, antidepresivos, estimulantes y antipsicóticos); los trastornos tiroideos (hipo o hipertoroidismo) o la hiperprolatinemia. Aunque la principal causa es el Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP), que afecta a entre un 5–10% de las mujeres en edad reproductiva y es el responsable de aproximadamente el 80% de la infertilidad por anovulación.
•Grupo III. Fallo ovárico prematuro o FOP. Esta alternación supone el 4-5% de los trastornos ovulatorios y tiene lugar cuando los ovarios de las mujeres dejan de funcionar antes de los 40 años. Los niveles de hormonas son correctos, pero los ovarios no son capaces de responder y dejan de producir óvulos maduros. También hay una falta de estrógenos. No se conoce la causa exacta, pero a menudo se relaciona con enfermedades autoinmunes, como la diabetes mellitus o el síndrome de Turner y es frecuente después de tratamientos con quimio o radio terapia.
En los casos más sencillos, en los que la anovulación se manifiesta como un problema puntual y no de gravedad, basta con cambiar hábitos como la alimentación, el sedentarismo y el control de estrés.
En otros, tratar la causa puede bastar para corregir la anovulación, como es el caso de las alteraciones hormonales de hipertiroidismo, será necesario un tratamiento farmacológico adaptado para que pueda inducir la ovulación. Por ejemplo, el citrato de clomifeno o las gonadotropinas son el tratamiento más indicado para que las mujeres con SOP puedan ovular.
Hay ocasiones en las que incluso es necesario realizar una intervención quirúrgica para restablecer la ovulación, como el drilling ovárico para pacientes con SOP.
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