Investigación y Tecnología
Tips infalibles con los que seguro bajarás la inflamación del organismo
Nutrición y dietética
No hay evidencia de que comer fruta en la noche provoque un aumento de peso. De hecho, sobra decir que la fruta es imprescindible en nuestra dieta y lo es para todo el mundo: tanto para aquellos que quieren adelgazar como para los que desean engordar unos kilos como para los que simplemente quieren cuidar su dieta. Pero también es cierto que su ingesta después del ocaso no goza de buena reputación si el objetivo es adelgazar. Por mucho tiempo, no se había cuestionado el hábito de comer fruta en horario nocturno, pero en los últimos años, han surgido muchas voces críticas. Los que defienden la tradición presentan sus argumentos y los detractores también esbozan sus razones.
Aunque lo ideal es cenar proteínas y grasas saludables, existe una fruta que si puedes añadir a tu dieta nocturna y puede reportarte beneficios en la báscula: la manzana. Y pese a que esta ácida fruta forma parte del pecado original, el fatal bocado de Adán no resultará igual de dañino en este caso. No importa si la manzana es verde o roja, eso ya va al gusto de cada uno. Lo que importa es que es una fruta muy fácil de digerir, tiene muy pocos azúcares, casi nada de calorías e incluso ayuda a combatir el insomnio.
Su bajo índice calórico, su gran cantidad de fibra (5,4 gramos por unidad) y su elevado poder saciante hacen de esta fruta la opción más idónea para comer en las cenas. Unos 100 gramos de manzana verde aportan solo 53 calorías y una buena cantidad de fibra que nos ayuda a permanecer satisfechos por más tiempo.
Asimismo, la fruta de la tentación contiene grandes cantidades de pectina (unos 6 gramos por pieza, casi un 25% de la cantidad diaria recomendada ) , un tipo de fibra soluble que ayuda a la pérdida de peso y que libera los azúcares gradualmente regulando los niveles en sangre.
En este sentido, esta revisión realizada entre más de 124.000 personas determinó que aquellas que ingerían manzanas a diario perdieron un promedio de medio kilo más, en un periodo de cuatro años, que los que no lo hicieron.
Eso sí, hay que comerlas sin pelar, preferiblemente. La piel contiene un 11% más de fibra que su interior, así como un 300% más de vitamina K, un 140% más de vitamina A, un 115% más de vitamina C.
Los científicos también revelaron que ciertos fitoquímicos de esta fruta pueden ayudar a disminuir el riesgo de sufrir un desequilibrio en la flora intestinal, que a su vez puede ocasionar una inflamación crónica y enfermedades como la diabetes.
También te puede interesar
Investigación y Tecnología
Tips infalibles con los que seguro bajarás la inflamación del organismo
Nutrición y Bienestar
Alternativas a la sal para aliñar ensaladas sin perjudicar la salud de tu corazón
Nutrición y Bienestar
Soy experto en nutrición y te explico qué quesos están prohibidos en el embarazo
Contenido ofrecido por Philip Morris Spain