La Virgen de la Esperanza del Valle, a la salida de su templo.
/ Miguel Ángel Salas
Un Jueves Santo en Córdoba de saetas, silencio y Esperanza
Semana Santa
Día grande en Córdoba. Silencio, rezos y bulla en un Jueves Santo antológico. Sin lluvia y tras dos años de pandemia, las hermandades del Nazareno, de la Caridad, del Caído, de la Sagrada Cena, de las Angustias y del Cristo de Gracia llenaron de luz y esperanza las calles de la ciudad.
San Francisco se abrazó al Cristo de la Caridad, que estuvo acompañado por los sones musicales de la banda de la Coronación de Espinas de Córdoba. Silencio sepulcral con el Nazareno y la Nazarena. Paso ligero y oraciones ante la residencia de Jesús Nazareno. Otro aire diferente llegó desde la Cuesta de San Cayetano con el Señor Caído y la Virgen de la Soledad.
En Poniente, en la parroquia del Padre Beato Álvaro, esperaban este gran día para disfrutar por las calles de Córdoba de la Virgen de la Esperanza del Valle. Tres años tuvo que aguardarse este momento, en el que la Dolorosa acompañó a Jesús de la Fe en su Sagrada Cena hasta la Santa Iglesia Catedral. Todo un momento histórico.
Y la noche se cerró con la Virgen de las Angustias, la talla más antigua de la Semana Santa, y el Cristo de Gracia, que pusieron el mejor broche a una jornada de silencio, luz y mucha esperanza. Día en el que no faltaron las saetas a los titulares y en el que Córdoba se echó de nuevo a la calle y disfrutó por fin de sus hermandades de Jueves Santo.
1/7La Virgen de la Esperanza del Valle, a la salida de su templo./Miguel Ángel Salas
2/7Hermandad del Nazareno/Miguel Ángel Salas
3/7Hermandad de la Caridad/Juan Ayala
4/7Hermandad del Caído/Juan Ayala
5/7Hermandad de la Sagrada Cena/Miguel Ángel Salas
6/7Hermandad de las Angustias/Juan Ayala
7/7Hermandad del Cristo de Gracia/Miguel Ángel Salas