San Lorenzo prosigue con su sentir cofrade

Calvario

El Cristo del Calvario, en el interior de su templo, recibe la luz directa desde el rosetón de San Lorenzo
Noelia Santos

17 de abril 2014 - 01:00

ERA su último día y San Lorenzo se engalanaba para cerrar su Semana Santa. La iglesia que más procesiones acoge de toda Córdoba -Borriquita, Ánimas y la de ayer- continuó con su sentir cofrade y sus estrechas puertas se abrieron para que los titulares de la hermandad del Calvario realizaran su estación de penitencia.

Minutos antes, en el interior del templo se colaba esa luz medio cenital que se cernía sobre Nuestro Padre Jesús del Calvario y le confería un aire divino, más aún si cabe. Así, con los nazarenos camino ya de Alfonso XII los costaleros tenían que arrastrar el paso del Nazareno con la cruz a cuestas para que no diera con la estrecha y baja puerta del templo. Ya en la plaza, desde fuera y a pulso, los costaleros levantaban el paso para colocarle las patas y virando hacia María Auxiliadora, el Calvario se despedía de su barrio con los pequeños querubines ayundándole a sujetar el madero de su penitencia. Y cada costalero, a su modo, también llevaba su enmienda. Los costales, como ropa de moda esta semana, no eran ninguno igual al de al lado e incluso algunos rezaban frases como Por mis abuelos, para no confundirse unos con los otros.

Y tras el hijo, la madre. Las pequeñas esclavinas ya avanzaban tras el grupo de penitentes que tras la banda de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras de Granada comenzaban su camino sin necesidad de capirote. Los vecinos no tuvieron que esperar mucho para que desde el interior de la parroquia sonaran los primeros sones y los costaleros comenzaran a colocar el paso de palio de Nuestra Señora del Mayor Dolor. La cara compungida de la dolorosa, con el puñal en la mano, recordaba a la talla de la Virgen Nazarena, dado que fue creada tomando a ésta como referencia cuando la hermandad del Nazareno la tomó en posesión. Así, y con el mismo ritual que en el paso de Cristo, los costaleros levantaron el palio que se torció levemente a la izquierda, lo que provocó un susto generalizado en toda la plaza pero que tan solo quedó en eso.

Tras la primera levantá, comenzaron el andar con el pie izquierdo para que los varales del palio se mecieran a cada movimiento y protegieran al manto negro de la Dolorosa y los claveles blancos, que por primera vez llegarían hasta Ronda de Isasa y por la Puerta del Puente acceder ya sí, un año más, a realizar estación de penitencia en la Mezquita-Catedral. La sociedad filarmónica María Inmaculada de Linares (Jaén) entonó la marcha fúnebre La Vía Sacra, obra de Rafael Wals, y uno de los estrenos de la hermandad del Calvario en el día ayer. Y tras abandonar la Catedral, ya se entonaron los pasos para realizar la carrera oficial y de nuevo, camino a casa, con el sabor en los labios de un Miércoles Santo glorioso.

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