La lluvia desbarata el día
El pronóstico meteorológico se cumple y los chubascos dispersos ofrecen la estampa de un Martes Santo atípico con suspensiones y cambios de horario y de recorrido en las cofradías que salen
ESTABA anunciado y así sucedió. La inestabilidad prevista con antelación para la tarde del Martes Santo se cumplió con rigurosidad. Sólo faltaba conocer en qué horas iba a llover y esta duda se despejó a media tarde. El agua, tan temida siempre para las cofradías, logró desbaratar una jornada cofrade tras dos días de Semana Santa de normalidad, temperaturas altas y sol.
Las nubes de la mañana comenzaron a descargar al mediodía, cuando los nazarenos de la Sangre se dirigían a la plaza de Capuchinos. No había nada que hacer, pues la previsión anunciaba agua para las siguientes horas. Esta circunstancia es más que suficiente para que cualquier hermandad decida suspender su estación de penitencia. Cualquier cantidad de agua, por poca que sea, es suficiente para causar graves daños en el patrimonio. Por este motivo, las juntas de gobierno son cautas y prefieren tener la certeza absoluta de que no se van a mojar. Y así ocurrió ayer, salvo algunas gotas que cayeron sobre el Prendimiento a los pocos minutos de su salida.
A las 16:00 la cosa estaba clara. Era la hora de la salida y el agua caía con cierta intensidad sobre el empedrado de la plaza de Capuchinos. La junta de gobierno de la cofradía cisterciense tomó la decisión que esperaban quienes en la plaza aguardaban la salida del cortejo.
La noticia de esta suspensión corrió inmediatamente entre todos los cofrades, puesto que cuando sucede un hecho de este tipo se espera en las demás hermandades del día una reacción parecida a la de las fichas de dominó.
Este efecto contagio sólo se extendió en la primera parte de la tarde, que fue la más afectada por el agua. Tras la suspensión de la Sangre vendría la de La Agonía. Estrenaban salida desde la Catedral y este hecho no les impulsó a cometer ninguna locura, puesto que las sucesivas decisiones que adoptaron se hicieron con pronósticos en la mano o con realidades incuestionables, como las gotas que hicieron que la Cruz de Guía volviera al interior.
Los del barrio del Naranjo aplicaron el protocolo típico en este tipo de situaciones. Primero se solicita a la Agrupación de Hermandades el aplazamiento en media hora para salir. A partir de este tiempo, cualquier plazo que se pida de más tendrá que ser recuperado por la cofradía si finalmente decide salir a la calle para evitar el perjuicio al resto de las hermandades de la jornada.
Conscientes de esta situación, los miembros de la junta de gobierno de la Agonía acuerdan la salida a las 18:15 cuando no llovía y todo hacía presagiar que se iba a disfrutar del Martes Santo. La realidad fue más tozuda y no se pudo ver a los nazarenos del Naranjo salir del primer templo de la Diócesis.
A partir de este momento se vivía la tensión en los distintos puntos donde se vivía la actualidad cofrade de la jornada. ¿Qué iba a pasar después de la suspensión de la Agonía? En estos instantes el cortejo del Prendimiento avanzaba desafiando las inclemencias a la espera de que el tiempo se serenase, lo que sucedió en unos minutos. Estos cambios repentinos estaban anunciados en las predicciones y motivaron que el Martes Santo quedase roto. A partir de ese momento había cofradías que no salían y la que sí lo hicieron alteraron su horario y en buena parte su recorrido.
Las dos suspensiones tuvieron el efecto de repartir el público que iba a verlas en las otras tres cofradías que sí se plantaron en la calle. De este modo se vieron multitudes en San Andrés, La Trinidad o los Salesianos ligeramente superiores a las de años anteriores. Esta tónica siguió a lo largo de una tarde que quedó fresca de temperatura y en la que el riesgo de precipitaciones desapareció en absoluto.
¿Qué va a pasar hoy? Según la Agencia Española de Meteorología (Aemet) el tiempo mejora globalmente respecto a la jornada de hoy, aunque no hay que lanzar las campanas al vuelo. Que la posibilidad de chubascos se rebaje al 35% no significa que no vaya a caer una gota de agua. Las temperaturas se mantendrán en la misma tónica de hoy, pero la incertidumbre volverá a estar en el ánimo de los cofrades.
Más negro aún aparecer el horizonte para las dos jornadas siguientes. Tanto para el Jueves como para el Viernes Santo la probabilidad de lluvia sube al máximo al 100%, como se viene anunciando desde hace días, por lo que la Semana Santa puede este año acabar antes de tiempo.
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