Una fina lluvia frustra el pleno a última hora
Domingo de Resurrección
El Resucitado, tras pedir media hora de prórroga, se queda en su templo ante las previsiones de agua.
Es cierto que había previsión de lluvia para la jornada del domingo, pero los pronósticos apuntaban a que sería entre las 13:00 y las 14:00 cuando empezarían las precipitaciones, lo que permitía a la hermandad del Resucitado realizar su estación de penitencia, aunque acortando quizás su recorrido. Pero a última hora la lluvia frustró todas las expectativas y evitó una Semana Santa plena, pues la cofradía de Santa Marina se tuvo que quedar un su templo cuando desde primera hora de la mañana apareció una lluvia. El Resucitado lo intentó, pidió media hora de prórroga, pero a las 10:30 se confirmó lo que se sospechaba: suspendida la estación de penitencia. Pese a la noticia, las decenas de fieles que habían acudido a Santa Marina paraguas en mano no se movieron y esperaron la apertura de la iglesia para rezar en su interior y celebrar la Pascua de Resurrección, porque no hay cielo gris que pueda con la luz del Señor Resucitado.
El hermano mayor de la cofradía, Manuel Murillo, reconoció que la decisión fue "fácil" porque "estaba lloviendo" aunque lamentó "la tristeza de todos los que esperaban con ilusión la estación de penitencia", ya que el Resucitado también se quedó en casa el año pasado. A pesar de ser la única hermandad que se ha quedado sin procesión este año, Murillo apuntó que "hay que dar las gracias porque el Señor nos ha permitido disfrutar de una Semana Santa plena" y reconoció que "la vida sigue y seguiremos trabajando todo el año para intentar de nuevo realizar nuestra estación de penitencia el año que viene".
Centenares de fieles acudieron a Santa Marina para ver al Señor Resucitado y a la Virgen de la Alegría. Tanto la Agrupación Musical de la Redención como la Banda Municipal de Mairena del Alcor interpretaron algunas piezas a los titulares en medio de un ambiente de fe y algo de tristeza. El templo permaneció abierto durante casi toda la mañana repitiendo la misma imagen por segundo año consecutivo, la de nazarenos, costaleros y hermanos resignados por el mal tiempo aunque con el convencimiento de que un cristiano sin resurrección no tiene fundamento.
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