La luz de la semana cofrade, en Cabra
La firma Hermanos Lama produce más de 70.000 cirios para esta campaña
LAS primeras gotas de cera que cayeron a los adoquines de Córdoba fueron fundidas en Cabra. La cerería Hermanos Lama se encarga cada año de proporcionar los cirios que portan los cofrades de la Borriquita. Un sector, el de la cera, que cuenta con muy pocos fabricantes en contraposición a la gran cantidad de hermandades con que cuenta Andalucía. Precisamente esto es lo que hace especial a la localidad egabrense, ya que en su término municipal se encuentran las dos únicas empresas dedicadas a la transformación de la cera de la provincia cordobesa. Isidoro Lama Reyes, copropietario y representante de la segunda generación familiar, abrió las puertas de esta empresa -fundada en 1987- a el Día para dar a conocer los entresijos de su labor.
Tras la injerencia de las grandes superficies comerciales, la familia Lama tuvo que dejar a un lado el negocio de alimentación y ultramarinos que regentó hasta los años 90. "Mi padre y sus hermanos investigaron un poco el mercado", detectando que existía una carencia de cererías en Andalucía, algo que obligaba a las hermandades a "encargar las velas a Valencia", explica. Paso a paso, fueron abriéndose camino en este mundo "sin variar el modo tradicional de hacer la vela, capa a capa", algo que según Isidoro "es lo que le da fuerza" para que no se deteriore durante un cortejo procesional.
La zona de fundido y baño se encuentra al fondo de una gran nave ubicada en el Vado del Moro, una zona con gran sabor cofradiero, pues pese a encontrarse apartada del centro urbano en ella tienen lugar cada Cuaresma gran cantidad de ensayos de costaleros. Un trabajo minucioso el de bañar cada pabilo, engordándolo milímetro a milímetro. "Es un trabajo de paciencia y tranquilidad, aquí no te puedes alterar porque hay que seguir unos pasos y siempre se repiten", relata.
Tablillas, contrapesos, mechas, planchas calibradas para fijar el grosor… Son utensilios comunes en la labor de estos cereros que trabajan "al gusto de las hermandades", ofreciéndoles la posibilidad de realizar cada cirio "según las medidas, colores y demás directrices que nos marcan", detalla. Su cartera de clientes está compuesta por más de seis centenares de corporaciones. "Estamos presentes en todas las provincias andaluzas, además de ser exportadores de cera a otras comunidades autónomas", destaca Lama, quien asegura que existe un interés "brutal por la Semana Santa andaluza más allá de Despeñaperros". "Parece que todo lo que compran aquí estuviera bendecido", mantiene.
Ello les obliga a trabajar todo el año para atender con solvencia la ingente cantidad de pedidos que se aglutinan en Cuaresma. "Justo después de Reyes empezamos con el reparto, por lo que la fabricación tiene que estar muy avanzada antes de Navidad", explica, y añade que el suyo se trata de un negocio muy variable, ya que "si llueve la cera no se gasta porque la cofradía no sale, y eso nos perjudica a nosotros también". Aunque, sin duda, la espina clavada de esta importante empresa sigue siendo la Semana Mayor de la capital, donde "servimos a muy pocas cofradías", algo que Lama dice no entender ya que "deberíamos mirar más por lo nuestro: se encarga la cera a otros lugares teniendo en Cabra dos fábricas importantes".
Mientras tanto su preocupación no se centra en incrementar la producción de cada campaña -estimada en más de 70.000 cirios-, sino en mantener la calidad que les ha distinguido desde su origen. Para ello, antes de fundir se realizan controles de cada partida de cera que llega a la fábrica. "Fundimos varias velas y las montamos en nuestro banco de pruebas", describe, y subraya que así llaman a la vieja puerta de madera con puntas en donde clavan los cirios para comprobar la calidad de las mechas y del baño que aplicarán a sus productos. Una candelería improvisada que, en ocasiones, también se somete a simulaciones del movimiento de una canastilla. "Cualquiera que entre y nos vea dándonos paseos por la fábrica pensará que estamos locos", comenta entre bromas, aunque reconoce que detalles como este "son los que nos ayudan a hacer una vela de calidad".
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