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Puntualidad total. La iglesia de San Andrés abrió sus puertas a las 17:00 de la tarde para iniciar el traslado de Nuestro Padre Jesús del Buen Suceso hacia la Santa Iglesia Catedral, donde se realizó el primer gran acto de la Cuaresma, un vía crucis, organizado por la Agrupación de Cofradías, solemne y piadoso que dejó estampas para el recuerdo para la corporación de un Martes Santo que celebra su 50 aniversario fundacional.
El Señor del Buen Suceso fue a la Santa Iglesia Catedral portado a hombros en una parihuela que pertenece a la cofradía de Nuestra Señora de la Fuensanta y Hermandad Penitencial de Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima de Paz y Esperanza de la localidad de Espejo. El paso, tallado por Antonio Castillo Lastrucci, perteneció hasta su cesión a esta cofradía a la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Castro del Río. Los ángeles son creación de Francisco Buiza Fernández, mientras que el dorado ha sido realizado por el artista cordobés Ángel María Varo Pineda. Los candelabros, por su parte, han sido confeccionados por Manuel Jurado y Miguel Ortiz.
Adornado con clavel rojo, el Señor del Buen Suceso, obra anónima del siglo XVII y restaurada por Castillo Ariza (1972), Martínez Cerrillo (1973 y 1978) y Antonio Bernal y Francisco Romero (1998) fue arropado por los hermanos de una cofradía que contó también con el respaldo de las hermandades de las Angustias, del Prendimiento, de la Universitaria, de la Agonía, del Nazareno, de la Esperanza y de Nuestra Señora de la Fuensanta y Hermandad Penitencial de Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima de Paz y Esperanza de Espejo.
El cortejo avanzó por Fernán Pérez de Oliva, Gutiérrez de los Ríos, plaza de la Almagra, San Pedro, Lineros, Lucano, Cardenal González, Magistral González Francés y entrada por la Puerta de Santa Catalina a la Santa Iglesia Catedral. Lo hizo ante la multitud de curiosos que no quisieron perderse el paso del Señor del Buen Suceso por las calles de una ciudad que ya huele a incienso. Además, la lluvia, con la que arrancó este primer sábado de Cuaresma, dejó paso a un gélido día en el que brilló el titular de la hermandad del Martes Santo.
A un ritmo tranquilo, el cortejo se fue abriendo paso entre todos los curiosos y devotos. A la hora esperada, a las 19:30, el Señor del Buen Suceso, que contó con el acompañamiento musical del Coro y Orquesta Auxilium Christianorum del Santuario de María Auxiliadora de Salesianos, se adentró en el interior de la Santa Iglesia Catedral, donde aguardaba el obispo Demetrio Fernández.
Ahí arrancó la lectura de las 15 estaciones de un vía crucis que fue solemne y piadoso y que dejó estampas para el recuerdo para la hermandad del Buen Suceso, que estuvo arropada en el primer templo de la diócesis por todas las cofradías de la ciudad. Fue la corporación de Las Palmeras la encargada de la primer estación, justo seis después de que se presentase en sociedad el nuevo Cristo de la Piedad, obra de Antonio Bernal.
Con el paso del Señor del Buen Suceso recorriendo el interior de las naves catedralicias ante la lectura de las estaciones del vía crucis, en el que siguió un claro protocolo por parte de la Agrupación de Cofradías,, el punto y final llegó en el altar mayor ante la presencia de los hermanos, autoridades y el obispo Demetrio Fernández.
Antes de abandonar las naves catedralicias, el obispo quiso felicitar a la cofradía del Martes Santo por su 50 aniversario fundacional -tendrá una salida extraordinaria el 21 de octubre de este año- y también a la Agrupación de Cofradías por la organización de un acto que "nos introduce en la Cuaresma". Demetrio Fernández también felicitó a los costaleros que portaban al Señor.
Con numerosos curiosos a la espera de la salida del Señor del Buen Suceso en el Patio de los Naranjos, llegó la hora del regreso a la iglesia de San Andrés. En una noche ya fría, sonó veinte minutos pasadas las nueve, el himno nacional por la Banda de Música de Nuestra Señora de la Estrella de Córdoba, que acompañó al titular de la corporación del Martes Santo hasta su entrada en su sede canónica.
Con un ritmo ligero, el Señor del Buen Suceso abandonó la Santa Iglesia Catedral por la Puerta de Santa Catalina. El cortejo avanzó al ritmo de un acompañamiento musical sobrio, fúnebre y elegante por la Judería cordobesa, con el paso por Deanes y Conde y Luque, que dejaron de nuevo estampas muy bellas para la cofradía del Martes Santo.
Tras pasar por la plaza de la Agrupación de Cofradías, el cortejo mantuvo su ritmo elevado en el regreso a San Andrés. Blanco Belmonte, Juan Valera, plaza de la Compañía, Capitulares, San Pablo y San Andrés. Ahí se puso el punto y final a un gran día para una hermandad del Buen Suceso que ya disfruta de su 50 aniversario fundacional y que ya aguarda al Martes Santo, en el que espera reencontrarse, si no lo impide la lluvia -como lo hizo el año pasado-, de nuevo con las calles de la ciudad.
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