Una víspera en las que nadie mira el cielo
Las predicciones meteorológicas para los próximos días son optimistas, algo que se nota en la alegría de los trabajos previos que se desarrollan ante la salida de las distintas estaciones de penitencia
EL cofrade de raza, el que está curtido en mil batallas, el que sabe de verdad el trabajo que cuesta sacar la hermandad adelante, no le teme a polémicas ni a críticas. El verdadero pavor que recorre todo su sistema nervioso sólo se hace patente cuando los pronósticos anuncian mal tiempo. El mundillo cofrade, que es muy dado a los corrillos, a los chismorreos y a elevar a la categoría de verdad incuestionable el rumor más peregrino, ha dejado al margen los comentarios sobre el lazo blanco y ya no habla más que del buen tiempo. Ya era hora.
Después de varios años en que la lluvia ha fastidiado al menos un día de procesiones, esta Semana Santa que hoy empieza cuenta con todas las bendiciones de los meteorólogos de que no va a caer una gota. Cuando falta tan poco para esta celebración, los pronósticos son cada vez más fiables y una vez que desde los centros oficiales de predicción se descarta el mal tiempo el optimismo ha cundido entre los miembros de las hermandades. Será una Semana Santa histórica en la que habrá hermandades que llegarán a la carrera oficial con un GPS, como es el caso de la Pasión y el Perdón, que llevan no se qué de años sin pedir la venia en el palquillo de Claudio Marcelo.
El agua inoportuna no sólo fastidia la ilusión de quienes desean participar en un cortejo nazareno o contemplarlo desde las aceras. Además está el daño físico que se causa al patrimonio, algo que los saben bien los hermanos de San Roque o de San Basilio.
Esta tranquilidad era ayer patente en los cofrades cordobeses. Se palpaba en las tertulias, en los templos donde se preparan los pasos, en las casas de hermandad donde se ultiman los detalles de la procesión. Todo está a favor, desde el meteosat, hasta Aemet, pasando por las cabañuelas, las previsiones de los labradores y la tradición que mantenía don Antonio Gómez Aguilar, quien decía que si llovía el día de la conversión de San Pablo lo haría el Viernes Santo. El pasado 26 de enero no llovió.
De El Cerro a los Padres de Gracia y de Santiago a San Andrés se palpaba ayer esta tranquilidad, Los del Amor, dando los últimos toques a su titular, recuperando la silueta del Calvario que en las primeras décadas de la cofradía era el santo y seña que cruzaba un Campo de la Verdad que estaba aún más lejos del centro de la ciudad. El blanco y negro de sus túnicas era el blanco y negro de la vida en el extrarradio.
En San Andrés, por su parte, los de la Esperanza preparaban a sus titulares en un templo que tienen que compartir con la cofradía del Buen Suceso pero que cada una de las hermandades tiene su protagonismo en sus días señalados. Lo mismo pasa en San Francisco. Lo que ocurre, es que al ser más grande, los tres pasos del Huerto y el único de la Caridad casi no se interrumpen en estos días de ajetreos calculados hasta el más mínimo detalle.
No son sólo las hermandades las que están a punto de vivir la jornada más esperada del año. Lo mismo ocurre con muchos de los barrios donde radican estas cofradías, como es el caso ya nombrado de El Cerro o el de Santiago, donde sus vecinos acompañan esta tarde al Cristo de las Penas por las calles de la ciudad. Caso distinto es el del Rescatado. Ésta es una hermandad que tiene su sede en Nuestra Señora de Gracia, entre San Lorenzo y La Viñuela, pero la devoción no se circunscribe a estos barrios, sino que trasciende a todos los rincones de la ciudad. Cordobeses de todos los barrios irán esta tarde tras el Maniatado de los trinitarios, una circunstancia que pone de los nervios a los cofrades más ortodoxos.
Pero la Semana Santa, como los toros, es así: si el tiempo no lo impide. Como parece que va a hacer buen tiempo todo se repetirá como ha sido siempre, sin alteración inoportuna.
Dentro de esta normalidad, destaca el sutil cambio introducido este año en la carrera oficial por la nueva junta de gobierno de la Agrupación de Cofradías. El ancho de la calzada en Claudio Marcelo se reducirá unos centímetros para dar más capacidad a la zona de sillas. Son esos detalles imperceptibles para el gran público que año a año se van incorporando a la celebración con la finalidad de perfeccionarla, de pulir aquellos detalles que necesitan una mejora.
También la carrera oficial es un asunto que reúne todos los requisitos para formar parte del temario de una buena tertulia cofrade. En este asunto, como en tantos otros, cada uno tiene una opinión que, por supuesto, es la mejor. Además, este año se ha incorporado a este debate -mientras no sea una realidad que todas las estaciones de penitencia se hagan en el interior de la Catedral- la propuesta del concejal del PP Rafael Jaén de multiplicar por cuatro el número de palcos. Este elemento ha entrado en el debate cuando éste es un año en el que dos hermandades más se suman a plantar la cruz de guía en la Puerta del Perdón.
Si las hermandades tiene todo listo para este Domingo de Ramos, también están preparados quienes viven de la Semana Santa. Algunos bares del centro ya han actualizado sus listas de precios y preparan unas barras que colocarán en las aceras para vender refrescos y bocadillos a cuatro manos.
También están instalados los puestos del algodón dulce, de las manzanas caramelizadas, de las chufas, del coco duchado y de las las pipas que tanto amenizan la espera. Los vendedores de globos tienen su mercancía preparada para que a partir de hoy comience a fastidiar las fotografías que no llegan a ser bonitas por culpa de los dichosos globos.
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