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Mikel Lejarza
Toulouse
Sanidad
"Comencé a sentir los síntomas en abril, cuando venía andando a trabajar. Después tuve episodios más graves en verano al entrar en la playa o nadar en piscinas grandes. En octubre tuve que salirme de una piscina porque me empezó a picar todo el cuerpo. Cuando me miré, daba miedo, parecía una mujer de 80 años con la piel despegada de los huesos y descolgada. Empecé a marearme y perdí el conocimiento y ya estuve enferma todo el día, con náuseas y mucho cansancio". Marta Fernández recuerda cómo comenzó a manifestarse un problema de salud que la condiciona en verano y en invierno: la alergia al frío, una dolencia poco frecuente que afecta más a las mujeres que a los hombres. Se trata de una reacción exagerada del organismo al entrar en contacto con las bajas temperaturas y que puede colocar al afectado en una situación crítica.
"Me hicieron un análisis de sangre que detecta alergias y ahí no salió nada; solo cuando el alergólogo del Virgen del Rocío me hizo la prueba del hielo, el pasado 20 de diciembre, se detectó lo que tenía", añade.
La urticaria al frío es un problema poco frecuente en la población general, pero puede requerir una asistencia inmediata en los casos más graves. La exposición al frío, a través de alimentos, bebidas o del entorno puede provocar problemas en la piel que suelen pasar desapercibidos en la mayoría de los casos al no revestir gravedad. No obstante, la exposición al frío en algunas personas desencadena una serie de problemas generalizados que pueden llevar a la pérdida de conciencia.
"La urticaria al frío es un tipo de urticaria que aparece como respuesta exagerada a estímulos físicos, en este caso por frío. Los pacientes que la presentan, al contacto con objetos fríos o cuando se exponen a bajas temperaturas responden de forma inmediata con habones en la piel expuesta, picor y enrojecimiento. Estas lesiones suelen desaparecer en poco tiempo y no dejan señal. En otros casos los pacientes con la ingesta de alimentos fríos o con baños de agua fría, pueden presentar síntomas más graves con dificultad respiratoria, hipotensión e incluso síncope. Se trata de situaciones críticas que necesitan una actuación inmediata" explica la doctora Maria Cesárea Sánchez,presidenta de la Sociedad Andaluza de Alergología e Inmunología Clínica (Alergosur).
Esta dolencia se detecta a través de una prueba que requiere vigilancia médica: La prueba del cubito de hielo. "La prueba consiste en aplicar un cubito de hielo u otro objeto frío sobre la piel del paciente y observar el tiempo y tipo de respuesta. Existen también otros dispositivos que nos permiten diagnosticar de forma más precisa este tipo de urticaria y conocer cuál es la temperatura a la que el paciente puede reaccionar. Se trata de pruebas no exentas de riesgo y que deben realizarse siempre en centros con atención médica", añade la doctora Sánchez.
Frente a este tipo de urticaria, los consejos se centran en evitar todo contacto con las bajas temperaturas, pero… "Cuando la evitación no es suficiente se recomienda medicación: realizar tratamiento con antihistamínicos a dosis variables y, en los casos graves, se indica adrenalina autoinyectable, previo adiestramiento del paciente y/o familiares para que en situaciones de emergencia puedan ellos mismos administrase por vía intramuscular la medicación hasta que pueda ser atendido en un centro sanitario", añade la doctora.
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