¿Qué pasaría en España si hubiera una Tercera Guerra Mundial?
Aunque las posturas negociadoras parecen acercarse conforme pasan los días, la posibilidad de que el acuerdo salte por los aires en cualquier momento está latente.
Pedro Sánchez: "Debemos evitar una Tercera Guerra Mundial y pararle los pies a Putin"
Rusia, ante las sanciones: "La única alternativa es una Tercera Guerra Mundial nuclear y devastadora"
La guerra de Ucrania y Rusia afronta su cuadragésimo cuarto día con Rusia acusando a Ucrania de preparar montajes de crímenes de guerra por las imágenes de las calles de Bucha y la información de los servicios de inteligencia alemanes sobre conversaciones entre soldados rusos en Ucrania que presuntamente prueban que los asesinatos de civiles forman parte de la estrategia militar rusa. "Primero se pregunta a los civiles, luego se les dispara". Las imágenes de fosas comunes con cientos de civiles ucranianos ha supuesto un duro golpe para el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que ha suspendido a Rusia del mismo, y desde la UE se apunta a sanciones al petróleo y el gas tras vetar el carbón. Mandos rusos ya lo advirtieron hace semanas. Ante las sanciones, "la única alternativa es una Tercera Guerra Mundial nuclear y devastadora". ¿Qué pasaría en España si hubiera una Tercera Guerra Mundial? Aquí lo analizamos.
Aunque las posturas negociadoras parecen acercarse conforme pasan los días, la posibilidad de que el acuerdo salte por los aires en cualquier momento está latente. Pocos países se fían ya de la palabra de los rusos. Por eso se pone en cuarentena que desde el Kremlin deslicen que su operación especial está dando los frutos esperados y que con sus objetivos conquistado todo podría terminar en un futuro previsible.
Pedro Sánchez lo ha dejado claro: "Debemos evitar una Tercera Guerra Mundial y pararle los pies a Putin". Muchos recriminaron a algunos ministros españoles, como José Manuel Albares y Margarita Robles. la postura 'beligerante' adoptada en el inicio del conflicto al considerar que España podría salir perjudicada en el enfrentamiento. No opina lo mismo Nadia Calviño, que asegura que España "es probablemente el país menos expuesto" a la crisis de la guerra desde el punto de vista comercial y energético.
La postura de la OTAN, con EE.UU. a la cabeza, parece firme. No enviará tropas a Ucrania (aunque sí suministra armamento al ejército ucraniano), pero sí defenderá las fronteras de la UE y de la OTAN, de ahí la presencia de tropas, entre ellas la española en países limítrofes como Polonia o Letonia.
España está obligada por el Artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte a acudir en apoyo de otro miembro de la OTAN y por el Artículo 42.7 de la UE a ser solidaria y responder de manera conjunta en caso de que Putin invada algún país miembro.
El terremoto económico que supondría una Tercera Guerra Mundial
Las consecuencias de entrar en una Tercera Guerra Mundial, más allá de albergar algunas bases militares en nuestro territorio que podrían ser objetivos rusos, están en el terremoto económico que ello supondría a todos los niveles. Las tensiones surgidas entre la OTAN y Rusia en torno a Ucrania ya han tenido una consecuencia clara: el incremento del coste del gas en Europa, que posteriormente se traslada a los precios al consumo. Y este movimiento ruso puede dividir Europa entre los países que más necesitan el gas y lo que tienen más alternativas a su alcance y menor dependencia del mismo.
En lo que al sector productivo se refiere, la escalada de tensiones así como las incertidumbres y su repercusión en los precios ya son una realidad y se extenderán mientras dure el conflicto. La cesta de la compra se dispara y España es uno de los países que más tiene que perder con el alza de la inflación y la subida de los tipos de interés, con una deuda del 120 por ciento del PIB.
Podría producirse una tormenta feroz de la que sería difícil salir teniendo en cuenta la deuda que tenemos en este momento, algo que desde Alemania ya se han encargado de deslizar a la hora del reparto de fondos, cuya eficacia en la gestión está aún por demostrar. De momento el Gobierno hace y deshace y algunos insisten en que exista una supervisión de las ayudas ó incluso la paralización de alguno de los programas. Lo que sería casi seguro es que para cuadrar las cuentas habría que afrontar un incremento de la presión fiscal.
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