España cerrará las nucleares que no superen las pruebas de resistencia

Sebastián apunta que esta medida es fundamental para dar seguridad a los ciudadanos y convencerlos de las decisiones en materia nuclear que se tomen a partir de ahora.

Efe

21 de marzo 2011 - 20:15

madrid/El Gobierno español cerrará las centrales nucleares que no superen las pruebas de resistencia del Consejo de Seguridad Nuclear, con las que se pretende determinar si existe un nivel adecuado para afrontar eventuales catástrofes naturales, accidentes o atentados terroristas.

"Si las centrales nucleares no superan las pruebas habrá que prescindir de su actividad", dijo el ministro español de Industria, Miguel Sebastián, al término de una reunión extraordinaria de responsables de Energía de la UE, antes de recalcar que lo "primordial" es la seguridad.

Sebastián lanzó este mensaje con una referencia al nuevo contexto tras la alarma nuclear en Japón: "todo lo que tenga que ver con decisiones en materia de nuclear ha sufrido las consecuencias de lo que ha ocurrido en Japón y habrá que hacer un ejercicio extraordinario para convencer a los ciudadanos".

No obstante, consideró "muy prematuro" temer posibles "deficiencias" de las centrales españolas cuando aún no se han realizado las pruebas y, a sabiendas, de que en el pasado ya se descartó el riesgo sísmico de las zonas en las que se instalaron .

Si habrá que prestar especial atención, según Sebastián, al riesgo de inundación en centrales como la de Cofrentes (Valencia), próxima al río Júcar, aunque a una altura suficiente como para descartar también de entrada este peligro.

El ministro aprovechó la reunión en Bruselas, convocada para analizar el impacto de la crisis de Japón y de las revueltas en el norte de África y el mundo árabe en los mercados energéticos europeos y coordinar una respuesta europea, para defender el carbón autóctono de los países de la UE.

España y Alemania ya consiguieron el pasado diciembre que la UE aceptase una prórroga de las ayudas a las minas de carbón no competitivas hasta 2018, en lugar de 2014 como la Comisión Europea planteó en un principio.

"Cuando se tomó la decisión (...) el panorama energético europeo no era tan complicado como el actual", argumentó el ministro, quien consideró "razonable" replantearse esta política dado que el carbón es la única fuente fósil autóctona de Europa, una idea que apoyaron Lituania, Polonia y Rumanía, aseguró.

"El carbón puede servir de respaldo en el caso de que haya dificultades o de precio o de suministro en materias energéticas que importa Europa y también en caso de que Europa no aumente su generación nuclear", agregó.

Para el ministro, en lo que se refiere a seguridad de suministro, "las renovables son una alternativa, pero el carbón es otra".

Sebastián adelantó, por otro lado, que las pruebas de resistencia de las plantas nucleares españolas estarán controladas por el mecanismo coordinador de los reguladores de energía nuclear de todos los países y se realizarán "antes del último trimestre de este año".

Los Veintisiete estuvieron de acuerdo también en que sería bueno extender estas evaluaciones de seguridad a los países vecinos con instalaciones nucleares como Suiza, Turquía, Armenia y Ucrania.

También insistieron en la necesidad de que los resultados de las pruebas sean públicos y muy rigurosos para tranquilizar a los ciudadanos, así como que se examinen no sólo los riesgos de catástrofes naturales, sino también de accidentes y terrorismo.

España aprovechó el encuentro para promover una respuesta europea a la crisis de Japón basada en cinco puntos, además de la revisión de la seguridad en las centrales: "ahorro y eficiencia energética, energías renovables, revisión de la política del carbón, más interconexiones y un apoyo al coche eléctrico".

En la UE existen 143 reactores, situados en 14 estados miembros. Francia con 58 reactores es el país con mayor número de plantas atómicas, seguido de Alemania (17) y Reino Unido (19).

España, por su parte, cuenta con seis centrales que albergan ocho reactores. La más antigua es la de Santa María de Garoña (Burgos), cuyo cierre está previsto para 2013.

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