La formación de nuevas poblaciones de linces se inicia en Córdoba

Recuperación de antiguos asentamientos

La reintroducción experimental de dos ejemplares de lince ibérico destinados a la formación de una nueva población en la comarca cordobesa de Guadalmellato, de la que el lince desapareció hace años, supone un hito histórico para esta especie en Andalucía.

Vista general de los cercados de la zona del Guadalmellato en los que a partir de esta tarde habitará el lince.
Vista general de los cercados de la zona del Guadalmellato en los que a partir de esta tarde habitará el lince.
GJ

15 de diciembre 2009 - 04:10

Según ha afirmado la consejera de Medio Ambiente, Cinta Castillo, dicha actuación se completará antes de 2010 con la llegada a la zona de un total de seis ejemplares, primer paso de una “iniciativa experimental” dirigida por la Junta de Andalucía con la intención de devolver la especie a sus antiguos territorios de asentamiento en la Península Ibérica.

Esta medida pionera, emprendida por primera vez en la historia de la conservación de este felino, se ha iniciado con la llegada del macho ‘Caberú’ y la hembra ‘Charqueña’, ambos de cuatro años y procedentes respectivamente de las instalaciones del Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA) de Granada y del Centro de Cría en Cautividad de La Olivilla (Jaén).

La primera fase de esta experiencia, que cuenta con el aval de los científicos que asesoran al proyecto Life lince, se desarrollará mediante un sistema conocido como ‘sueltas blandas’, por lo que su liberación se ha llevado a cabo en un cercado de preadaptación de entre tres y cuatro hectáreas en el que esta pareja de linces permanecerá durante un plazo indeterminado, dependiendo del tiempo de aclimatación que requieran, antes de permitir su total acceso al medio natural.

Posteriormente y antes de final de año se liberarán otras dos parejas en sendos cercados de idénticas características; un procedimiento que ya ha demostrado su eficacia en Andalucía en el reforzamiento de la población del espacio natural de Doñana con ejemplares de Sierra Morena.

La intención de la nueva iniciativa es favorecer el asentamiento de la especie en esta zona mediante la reproducción natural de la misma y su cría en libertad. Por ello, ha asegurado, se ha optado por proceder a las sueltas en el período inmediatamente anterior a la época de celo, que se produce normalmente entre los meses de enero y febrero. Las tres parejas seleccionadas, dos formadas por ejemplares adultos y una de individuos juveniles, han sido esmeradamente escogidas en función de su adecuación genética para favorecer la consecución de este fin.

Diversos estudios científicos han determinado para esta zona una capacidad de acogida de aproximadamente 30 hembras territoriales de esta especie, así como que la intención inicial de su departamento es que, una vez fuera de los cercados, los ejemplares se expandan por la provincia de Córdoba a lo largo de superficie aproximada de 18.000 hectáreas, entre los términos municipales de Villafranca y Adamuz. Una circunstancia que, en palabras de la responsable andaluza de Medio Ambiente, “entre sus muchos beneficios podría ayudar a incrementar la interconexión de los actuales núcleos de la especie, con lo que se combatiría la que ha sido una de las tradicionales debilidades de la misma: el aislamiento y la elevada endogamia de sus poblaciones”.

Para realizar un seguimiento pormenorizado de sus evoluciones, los cercados originales de suelta están dotados con un sistema de video-vigilancia. A esto se une el hecho de que todos los ejemplares están dotados de radiotransmisores que facilitarán su localización vía GPS una vez que inicien sus naturales movimientos de dispersión a lo largo del nuevo territorio.

No obstante, la consejera ha insistido en que se trata de una experiencia completamente pionera, y que la falta de referentes obliga a ser cautos respecto a la obtención de resultados a corto plazo. En este sentido, ha señalado que la liberación de ejemplares en la otra zona de Andalucía seleccionada para la formación de nuevos asentamientos, el entorno del río Guarrizas (Jaén), deberá esperar hasta el próximo año. “Se consigue así supeditar la evolución de esta experiencia al estudio de los resultados previos, al tiempo que se da un mayor plazo para la adecuación de esa área jiennense, en la que algunos de los parámetros fijados siguen en fase de concreción, especialmente la instalación de los cercados de preadaptación”.

La consejera ha asegurado que esta actuación de conservación refuerza la colaboración con la sociedad en general y con los propietarios privados. Así, ha señalado la buena predisposición de las poblaciones locales a la hora de acoger al lince subrayando la complicidad de los propietarios de la zona que han colaborado con el Gobierno andaluz en esta iniciativa que, según sus palabras “certifica una estrecha y fructífera colaboración entre la Administración y los particulares”. Hasta la fecha existen en Andalucía unas 150.000 hectáreas con algún tipo de convenio de colaboración entre propietarios de fincas y la Consejería de Medio Ambiente que han posibilitado que actualmente todas las áreas linceras de la Comunidad estén sujetas a algún tipo de convenio.

Cinta Castillo ha asegurado que con la iniciativa de conservación emprendida hoy se consolidan las políticas ambientales de la Junta de Andalucía, “en vanguardia en un contexto internacional”, y que su objetivo es que la presencia del lince en los ecosistemas deje de ser un fenómeno excepcional y pase a ser una realidad cotidiana observada con naturalidad. En su opinión, medidas como esta demuestran el empeño y el compromiso adquiridos por su departamento en la preservación del lince, “una apuesta consolidada sobre pilares cada vez más firmes”, que se inició entre los años 2002 y 2006 con la intención de estabilizar las poblaciones y que actualmente ha permitido superar viejos paradigmas mediante la mejora genética y las reintroducciones como medio para ampliar la distribución del lince y mejorar su situación.

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