Inmovilizan una serpiente de 16 kilos que utilizaban de animación en una terraza de Madrid
La serpiente pitón mide 3 metros de largo y se exponía en la terraza Atenas, cerca de la Catedral de la Almudena
El dueño, denunciado por tenencia ilícita de animales en base a la Ley 4/2016
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Agentes de la Policía Municipal de Madrid han inmovilizado una serpiente pitón de hasta 3 metros de largo y 16 kilos de peso.
El animal servía de animación en una conocida terraza del centro de la capital, según ha informado un portavoz del Cuerpo Local.
La serpiente se exponía en la terraza Atenas, muy cercana a la catedral de la Almudena, como elemento de animación del local.
Pero al ver la "atracción" del recinto, una persona alertó a la Policía, y hasata el lugar llegaron agentes de la Comisaría Interal del Centro Norte, que avisaron a los de Medio Ambiente, que inmovilizaron a la pitón y se la llevaron del lugar.
Era la atracción de la terraza
Además, comprobaron que su dueño no contaba con la documentación necesaria y no tenía el microchip.
Asimismo, fue denunciado por no acreditar documentación del animal, y exhibir a la serpiente fuera de los recintos expresamente autorizados y por tenencia ilícita de animales en base a la Ley 4/2016 de Protección de los Animales de Compañía de la Comunidad de Madrid.
De este modo, el animal fue inmovilizado en el domicilio del denunciado.
No es venenosa
La serpiente pitón es una especie parientes cercanas las boas, son serpientes "constrictoras", y por definición, no son venenosas.
No obstante, atacan emboscando a animales que pasan cerca. Matan a sus presas por asfixia, primero muerden agarrándolas con la boca y enrollando rápidamente su cuerpo alrededor de ellas. Una vez así, se ejercen presiones altas sobre las costillas y pulmones de su presa, que de este modo no puede inhalar.
A pesar de que la presa puede sufrir también problemas de circulación, especialmente si la serpiente presiona mucho alrededor de su cuello, la muerte por asfixia se produce habitualmente mucho antes.
En contra de la creencia popular, estas serpientes tampoco estrujan o aplastan a sus presas, y cuando matan a una de tamaño normal, en la gran mayoría de los casos la presión que ejerce la serpiente no es suficiente para romper ningún hueso.