José Ángel Saiz: "Más que enterrar a un jefe de Estado, hemos despedido a un pastor"

El arzobispo de Sevilla, miembro de dos dicasterios, interpreta la presencia de Donald Trump en el funeral de Francisco como un reconocimiento del servicio del Papa al mundo

¿Quién es el español que más ha tratado a Francisco?

¡Al suelo que vienen los vaticanistas!

Monseñor Saiz, en la planta alta del Palacio Arzobispal, en una imagen reciente.
Monseñor Saiz, en la planta alta del Palacio Arzobispal, en una imagen reciente. / E. P.

Regresó de Roma en la madrugada de ayer domingo tras rezar ante el féretro de Francisco en la Basílica de San Pedro y asistir al gran funeral. Tiempos de sede vacante, días de preparativos para un nuevo ciclo en la Iglesia. José Ángel Saiz (sisante, Cuenca, 1956) es arzobispo de Sevilla, miembro de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal y de la Congregación para las Causas de los Santos y del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. Su relación con la Nunciatura Apostólica en España y con el Vaticano en general es más que fluida.

-El sábado se celebró el funeral del Papa, una ceremonia retransmitida al mundo, de seguimiento masivo y con la asistencia de primerísimas autoridades. ¿Qué conclusiones saca de cuanto vivimos en esa mañana?

–La primera conclusión es de agradecimiento a Nuestro Señor, por el pontificado del papa Francisco, un hombre de Dios que ha significado un soplo de aire fresco en el seno de la Iglesia y de la humanidad, que ha entregado su vida con sencillez al servicio de Dios y de los hermanos, que nos ha enseñado a vivir el encuentro con Jesús como la fuente de una alegría inagotable que se debe comunicar y compartir con los demás. De improviso nos ha dejado un poco huérfanos, pero su impulso y su frescor tendrán continuidad y seguirán dando fruto. En segundo lugar, que la Iglesia sigue viva, que la reforma en clave misionera promovida por él va dando frutos de puertas abiertas, de inclusión, que los pobres y pequeños de este mundo la sienten más como su casa, como su Madre. En tercer lugar, he constatado el impacto del mensaje y del ejemplo de vida del Papa Francisco más allá de los límites de la Iglesia. Su funeral ha sido ocasión y expresión de encuentro entre las personas y las instituciones; encuentro de todos ante Dios, y encuentro para darle el último adiós al que ha sido el principal referente ético para la humanidad en estos últimos años. De alguna manera, el funeral ha sido ocasión y metáfora de esta humanidad unida con la que él soñó.

-¿Qué opinión le merece que el presidente de los Estados Unidos fuera de los primeros en confirmar su asistencia?

–Pienso que la presencia del presidente de Estados Unidos en el funeral ha sido un detalle muy importante, muy significativo, y un reconocimiento explícito a la persona del papa Francisco y a su servicio a la Iglesia y al mundo. Las 130 delegaciones, incluidos más de 53 jefes de estado y 12 soberanos reinantes junto a 15 delegaciones con príncipes herederos han destacado en Francisco un padre y pastor entregado hasta su último aliento de vida como defensor de los más pobres y pequeños, de los enfermos, de los descartados de la sociedad, y necesitados, así como de un luchador incansable por la paz y la fraternidad. El Papa ha sido el principal referente ético mundial. El Rey de España también en su telegrama de condolencia afirmó que Francisco ha inspirado para llevar ánimo y consuelo a los más necesitados destacando la importancia que dio al diálogo y al consenso para lograr un mundo más justo y solidario. He visto fotografías del encuentro que mantuvieron el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el Ucrania, Volodímir Zelenski, en la Basílica de San Pedro antes de que comenzara el funeral. Dios quiera que se desbloquee la situación y las negociaciones lleguen a buen puerto.

José Ángel Saiz.
José Ángel Saiz. / M. G.

-Permítame una pregunta más personal. Muchos estábamos esperanzados en que Francisco viviría más tras el alta médica y el regreso a la residencia de Santa Marta y al ejercicio activo del Ministerio Petrino, aunque lógicamente fuera con una intensidad menor. ¿Cómo conoció la muerte del Santo Padre y cuál fue su primera reacción?

–Me llegó la noticia a través de la cuenta de WhatsApp el pasado lunes por la mañana, de camino a Barcelona, hacia donde me dirigía para visitar a mi familia. Fue un momento de sorpresa y dolor. En aquel momento elevé una oración a Dios y pedí por su eterno descanso, y di gracias al Señor por el regalo de haberlo conocido personalmente, haberlo tratado, y por el cariño y cercanía que siempre he recibido de él. Inmediatamente hablé con los obispos auxiliares para organizar el responso a las doce en el Arzobispado. Por un lado, me sobrevino un sentimiento de orfandas, pero sobre todo de serenidad, de paz y de gratitud a Dios por haber conocido una persona tan extraordinaria.

"El Papa ha seguido con especial interés el trascurrir de la vida de España y no dudó en hacerse presente en las tragedias vividas como en Valencia, durante la Dana o estando cerca de los obispos de las Islas Canarias"

-¿Qué podemos decirle a quienes se han quedado con una impresión negativa al no recibir a Francisco en España?

–España siempre ha estado presente en el corazón del Papa. Basta recordar sus encuentros y palabras dirigidas a los obispos en la visita ad limina, las audiencias a los distintos seminarios españoles que le han visitado. Hemos notado siempre su afecto por la Iglesia que peregrina en España y por el pueblo español. Hace un año pudimos visitarlo con nuestros seminaristas sevillanos, y fue un momento inolvidable para todos. Las audiencias que ha tenido con la Casa Real, el Gobierno de España y con muchísimos peregrinos, han mostrado el afecto recíproco del Papa y el pueblo español. Ahora bien, hay que comprender con una visión más pastoral y eclesial el significado de los viajes del Papa en este pontificado, y desde el principio él mismo indicó su opción por las periferias, por hacerse presente allí donde las razones pastorales reclamaban una presencia singular del Papa. Pero ha estado al día de la vida de la Iglesia en España, y de los avatares de la sociedad española, y nos ha honrado con su amistad, con su cercanía, con la confianza en las responsabilidades que ha depositado en la Iglesia de España. Yo lo conocí den enero de 2006, cuando era cardenal arzobispo de Buenos Aires y nos predicó unos ejercicios espirituales inolvidables a los miembros de la Conferencia Episcopal Española. Ahí lo pude conocer, hablar con él, hacerle algunas consultas, y desde entonces, siempre me identificaba y preguntaba por el Seminario, y, desde que estoy en Sevilla, por el Seminario y también por la piedad popular. El pasado 8 de febrero lo visitamos por última vez para compartir los frutos del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, y la procesión de clausura, y para recibir su aliento y orientaciones de cara al futuro. Aunque ya estaba afectado por la bronquitis, el encuentro fue inolvidable por su cercanía, aliento y magisterio.

El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, con el papa Francisco el pasado agosto.
El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, con el papa Francisco el pasado agosto. / M. G.

-Francisco no cambió la normativa sobre el matrimonio, el aborto o la eutanasia, por poner tres ejemplos. Pero por sus declaraciones ha sido visto como un aperturista y reformador en ciertos temas hasta el punto de ser elogiado por dirigentes de la izquierda. ¿Quiso quizás remover conciencias o dejar abiertos ciertos debates sobre asuntos de hondo calado moral?

–Desde el inicio de su pontificado ha propuesto una Iglesia en salida, al encuentro de las personas, no una Iglesia acomodada y estática, sino misionera, que anuncia la alegría del Evangelio, que escucha el grito de la humanidad y que recorre los caminos del mundo con el Señor y con los hermanos. Nos recordó la importancia de iniciar procesos, no dejó de repetir desde el primer momento que apareció en la plaza de San Pedro, que quería caminar como Obispo de Roma junto al pueblo. Nos recordó en ese “todos, todos, todos” que repetía con insistencia, que desde las periferias el mundo se contempla desde otra perspectiva, protegiendo a los más indefensos y pobres. Se lanzó a tratar temas pastorales subrayando que la Iglesia, como resaltó el Concilio Vaticano II, quiere ser medicina y faro de luz que defiende la dignidad de toda vida humana. Francisco se atrevió a ensanchar el magisterio pontificio a temas sociales actuales como los desafíos de la inteligencia artificial, la fraternidad y el cuidado de la amistad social. También en su relación con las religiones no dejó de lanzar con gran carácter palabras a favor de una cultura del diálogo y de la paz. Y no olvidó la Casa Común, proponiendo una ecología integral para el cuidado y respeto de la Creación.

-¿En la elección de los destinos de sus viajes apostólicos es donde se aprecia el estilo de pontificado de Francisco? Siempre ha preferido naciones donde el cristianismo es minoritario o hasta ha estado perseguido.

–Ha sido una de las opciones de este pontificado, las periferias geográficas y existenciales. Recordemos por ejemplo cuando adelantó la apertura del Año jubilar de la Misericordia y de la Puerta Santa, en África, en Bangui, capital de la República Centroafricana uno de los países más sangrientos y divididos del mundo. O el inolvidable viaje más largo de su pontificado que realizó en septiembre de 2024, a Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur. Desde aquel 8 de julio de 2013, que visitó en su primer viaje fuera del Vaticano a la isla siciliana de Lampedusa, sus viajes son un mensaje que refuerza no solo su estilo de cercanía sino las opciones preferentes de la Iglesia. Señaló y denunció esa globalización de la indiferencia. Francisco no ha dudado en mostrar con sus gestos y palabras el abundante patrimonio magisterial de la Iglesia en la defensa y dignidad infinita de toda vida humana. Es la doctrina social de la Iglesia. Prueba de ello lo observamos en sus últimas palabras del domingo de Pascua, donde volvió a recordar los numerosos conflictos que afectan a diferentes partes del mundo y del desprecio que se tiene hacia los más débiles, los marginados y los migrantes.

El último encuentro entre el Papa y el arzobispo Saiz.
El último encuentro entre el Papa y el arzobispo Saiz. / M. G.

-¿Ha notado frialdad en la despedida que le han tributado a Francisco algunos líderes posicionados más a la derecha?

–No. Mi percepción es de un reconocimiento general de su persona, de su vida y de su magisterio, más allá de posibles discrepancias, que también las ha habido. El Papa Francisco se ha encontrado con muchos líderes políticos. Siempre ha recordado al cuerpo diplomático ante la Santa Sede en su mensaje anual, o en los organismos internacionales que ha visitado, la importancia de ejercer una política cercana al pueblo. Eso es evidente en sus encíclicas Laudato Si y Fratelli tutti, así como en la última, Dilexit Nos, donde se presenta el reinado social que emana del Corazón de Cristo. Señala urgencias sociales que afectan a una concepción del mundo que prioriza una mentalidad tecnocrática y alimenta la cultura del descarte. El fomento de una Cultura del Encuentro frente a la polarización de las ideologías ha sido una prioridad del Papa Francisco. Es lógico que muchos mensajes asentados en la doctrina social de la Iglesia se confronten con otras visiones del mundo que rompen el equilibrio de una fraternidad y ecología integral querida por Dios. No olvidemos que Francisco fue el primero que se atrevió a hablar de la tercera guerra mundial en partes y de sus consecuencias que vivimos hoy.

-¿Qué perfil de Papa necesita ahora mismo el mundo? ¿Dónde deben estar fijadas las prioridades de la Iglesia Católica en el mundo que nos ha tocado vivir?

–San Juan Pablo II en la carta apostólica Novo Millennio Ineunte destacó que el Concilio Vaticano II había sido la gran gracia de Dios que la Iglesia había recibido en el siglo XX, y que dicho Concilio era una brújula segura para orientarnos en el camino del siglo XXI. No hemos de olvidar que la barca de la Iglesia es conducida por Cristo, que su misión es anunciar el Evangelio y construir el Reino de Dios en la tierra, y ayudar a sus fieles a vivir plenamente como hijos de Dios, siendo sal, luz, fermento en la masa. Veinte siglos de vida y de historia nos contemplan y han transcurrido en clave de continuidad, fieles a la Palabra de Dios, a la Tradición de la Iglesia, fieles a los principios inmutables, y, a la vez, dando respuesta a los desafíos que cada tiempo y lugar nos presentan. El papa Francisco ha subrayado la urgencia misionera de llegar con la alegría del evangelio a todos, especialmente a los pobres; de ser una Iglesia abierta y acogedora a todos, que vive en comunión, en corresponsabilidad, en sinodalidad, en camino; nos ha llamado a vivir como hermanos, como la familia de los hijos de Dios, a conservar la creación, la Casa Común, a trabajar incansablemente por la paz. Ahora nos toca rezar y pedirle al Señor que ilumine a los cardenales en su servicio de elegir el Santo Padre que la Iglesia y el mundo necesitan.

-¿Cuál podría ser la fórmula para resolver todos los problemas que generan las migraciones?

–Es un tema de gran complejidad y de gran dificultad. Es imprescindible, en primer lugar, la coordinación de las administraciones de los distintos Estados, y también de las grandes organizaciones no gubernamentales que trabajan en este campo, y de todas las entidades y personas de buena voluntad. De esta forma se podrá llevar a cabo una acogida e integración eficaz y beneficiosa para todos, y superar la explotación que sufren los migrantes, que comienza por las mafias que los trasportan; de esta forma se les puede ofrecer un futuro con dignidad. El papa Francisco definió con cuatro verbos el modo pastoral de proceder en la Iglesia: acoger, proteger, promover e integrar a los refugiados. Basta acercarse a las caritas diocesanas para conocer la respuesta integral que se ofrece. Esta realidad nos preocupa como obispos y queremos ofrecer nuestra propuesta para trabajar junto con las administraciones y otras instituciones. La misma Conferencia Episcopal ha manifestado su petición para que se lleve adelante esa Iniciativa Legislativa Popular para la regularización extraordinaria de más de medio millón de inmigrantes. El mismo Papa Francisco estuvo muy cercano y mostró su deseo de visitar y conocer de cerca el drama de la migración en las Islas Canarias.

Monseñor Saiz en el Palacio Arzobispal.
Monseñor Saiz en el Palacio Arzobispal. / M. G.

-¿Han dado algún fruto los esfuerzos por la unión de las iglesias cristianas?

–Se han dado pasos muy significativos en este pontificado que hay que contemplarlos en el creciente movimiento ecuménico que arrancó en el Concilio Vaticano II con el papa Pablo VI y el decreto Unitatis Redintegratio (1964). Recordemos el encuentro de Francisco en Cuba en 2016 con el Patriarca ortodoxo de Moscú Kirill. Allí se firmó una declaración conjunta para poner en práctica el “ecumenismo de la caridad”. También las celebraciones en el mismo año del 500 aniversario de la Reforma luterana en la ciudad de Lund, Suecia o cuando el Papa realizó en 2023 una peregrinación ecuménica en Sudán del Sur por la Paz junto a Justin Welby arzobispo de Canterbury y Primado de la Iglesia Anglicana, con Iain Greenshields, Moderador de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia. Pero sin duda el caminar ecuménico ha estado marcado por este Jubileo de la Esperanza que coincide con el 1700º aniversario del primer gran Concilio ecuménico, el Concilio de Nicea. Este año la Pascua, ha coincidido en el mismo día en los calendarios gregoriano y Juliano. Era intención del Papa Francisco que lleguemos a la elección de una fecha común para la Pascua. Deseamos cumplir esa unidad de fecha.

"La Iglesia se aleja de los análisis en clave política; siempre debe estar atenta a los soplos del Espíritu Santo para responder en esa hermenéutica de la escucha y respuesta"

-¿Un Colegio Cardenalicio nombrado en un 80% por el Papa Francisco debe garantizar la elección de un Papa de línea continuista?

–Todos los Papas han ejercido con personalidad propia su ministerio petrino. Pero siempre ha habido una hermenéutica de la continuidad, nunca de la ruptura. En la Iglesia vivimos en camino, como popularizó el Papa Francisco, abriendo procesos. Los procesos que se abren reflejan que la Iglesia está viva y camina en el surco de la tradición apostólica para anunciar a Cristo. Caminar juntos es la forma de ser Iglesia y que se ha subrayado en este pontificado para atender mejor a los desafíos del mundo. Los acentos que subrayan los papas nos recuerdan también que debemos salir de nuestras miradas estrechas para acoger la belleza de la fe que trasciende a nuestras particularidades. El Colegio Cardenalicio refleja la riqueza de la Iglesia en sensibilidades, geografías, vivencias de la fe, pero siempre una misma Fe y formando parte de la Iglesia que es una comunidad de llamados para la misión. La Iglesia se aleja de los análisis en clave política; siempre debe estar atenta a los soplos del Espíritu Santo para responder en esa hermenéutica de la escucha y respuesta. Ahora toca rezar mucho para que el Señor nos conceda un pastor según el Corazón de Cristo que entregue su vida totalmente al servicio de Dios y de los hermanos.

Primer plano del arzobispo Saiz.
Primer plano del arzobispo Saiz. / M. G.

-¿Cuál ha sido la gran aportación del Papa Francisco a la Iglesia?

–La homilía pronunciada en el funeral por el cardenal Re, ofrece una síntesis de su misión y legado pastoral. Destacaría la primacía de la evangelización desde la primera exhortación que escribió, Evangelii Gaudium. Nos recordó que la Iglesia es como un hospital de campaña, herida por inclinarse para sanar y curar las heridas. Nos recordó que somos, como subrayó el Concilio Vaticano II, el Santo Pueblo de Dios llamado a evangelizar con alegría. El Papa Francisco habló de la santidad de la puerta de al lado, y de que es un patrimonio accesible a todos, porque todos los bautizados somos discípulos misioneros. Fue profundamente sensible a los dramas de nuestro tiempo que él calificó como cambio de época. Trató de despertar las conciencias en su defensa de los migrantes. No se cansó de repetir que los pobres nos esperan y nos necesitan especialmente ante los nuevos desafíos donde la vida humana no se respeta y se destruye sin pudor. Caminar juntos y descubrirnos como personas llamadas, cambia nuestra visión de la misión y nos permite tomar conciencia de la unción que todo bautizado recibe para anunciar el evangelio. Su estilo, su personalidad y sus mensajes no han dejado indiferente a nadie y hemos aprendido en sus 47 agotadores viajes apostólicos cómo latió su corazón de apóstol. Su pontificado nos ha marcado para siempre y en su vida hemos sentido el fuerte soplo del Espíritu Santo. Como se recordó en la homilía del funeral, la misericordia y la alegría del Evangelio son dos conceptos clave del Papa Francisco que nos ha legado a la Iglesia para continuar caminando.

Monseñor Saiz en uno de los patios del Palacio Arzobispal de Sevilla.
Monseñor Saiz en uno de los patios del Palacio Arzobispal de Sevilla. / M. G.

-¿Siente de alguna manera que España ha perdido peso en Roma pese a su evidente aportación al sostenimiento de la Iglesia Católica y a la histórica tarea evangelizadora en el mundo?

–Creo que no ha perdido peso. Ha sido un pontificado con numerosos españoles en cargos de responsabilidad en los diversos dicasterios vaticanos, desde servicios en la Secretaría de Estado, en las oficinas de los diferentes Dicasterios vaticanos, en la gestión económica y en la misma Consejo de Cardenales conocida como G-9, donde ha participado el Cardenal Juan José Omella. Toda la conferencia episcopal española tuvimos un encuentro con él, además de las visitas ad limina. Yo mismo me siento agradecido por su confianza cuando me nombró miembro de dos dicasterios vaticanos, en el de las Causas de los Santos y en el de Laicos, Familia y Vida, que preside el actual camarlengo y a cuyos prefectos tuvimos como ponentes en Sevilla en el II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular. El Papa ha seguido con especial interés el trascurrir de la vida de España y no dudó en hacerse presente en las tragedias vividas como en Valencia, durante la Dana o estando cerca de los obispos de las Islas Canarias. La actualidad eclesial la siguió a través de muchas publicaciones españolas y prueba de ello son las entrevistas concedidas a diferentes medios de comunicación de España tanto para prensa como en televisión y que recogían su magisterio desde nuestra óptica. En una Iglesia con diferentes rostros, no solo europeos, la discreta presencia de España debe verse en la comunión de la Iglesia universal.

"El estilo de Francisco, su personalidad y sus mensajes no han dejado indiferente a nadie y hemos aprendido en sus 47 agotadores viajes apostólicos cómo latió su corazón de apóstol"

-Con la perspectiva de los años, ¿cómo interpreta hoy alguno de los mensajes que marcaron el inicio del pontificado de Francisco? Como cuando denunció: “La lepra está en la Curia”.

–En una entrevista que le hizo el periodista Eugenio Scalfari, el Papa Francisco rechazó el estilo cortesano de ejercer en su caso el papado, por eso no dudó en dar ejemplo él mismo con gestos personales y de gobierno con un estilo más pastoral y sencillo; y de poner más en el centro el caminar de la Iglesia como Pueblo de Dios en camino que está cerca de los dramas de la humanidad. Su mismo funeral ha sido expresión de este modus vivendi, de cómo ha ejercido el ministerio petrino. Más que enterrar un jefe de estado, se ha querido subrayar la despedida de un pastor. Y así las oraciones de la liturgia del funeral han sido como las que se dispensan a un obispo. Con la publicación de Praedicate Evangelium en 2022, que es la constitución apostólica sobre la curia romana y su servicio a la Iglesia en el mundo, ha impulsado una reforma con visión pastoral de todas las personas que desarrollan su trabajo en la curia. De este modo el gobierno de la Iglesia se llena de esta “alegría del evangelio”, esta primera exhortación que nos recordó a todos los bautizados que nos encontramos en una etapa misionera cuya reforma es la santidad deseada y vivida por todos. De su espiritualidad jesuita, el Papa Francisco compartió de los Ejercicios Espirituales el examen personal y no dudó en compartir con la Curia en su saludo navideño cada año, puntos de discernimiento para la reforma y conversión persona. Por eso siempre nos invitaba Francisco a no olvidarnos de rezar por él. alegría del Evangelio, que fue el título de su primera Exhortación apostólica Evangelii gaudium.

Un gesto de monseñor Saiz en una comparecencia pública.
Un gesto de monseñor Saiz en una comparecencia pública.

-¿Cree que han sido útiles los llamamientos de Francisco a la paz en Ucrania o en Gaza? ¿O cuando denunció alto y claro la “vergüenza para la humanidad” que suponían las muertes de migrantes en Lesbos?

–Cuando el Papa viajó a “la periferia más periférica del mundo” en 2024, en el viaje más largo de su pontificado en cuatro países de Asia-Oceanía ya nos mostró que el análisis de la utilidad hay que cambiarlo por el de testimonio evangélico de la fragilidad y de la defensa de descartados. Por tanto, hay que ver esos llamamientos desde su corazón de pastor que está inmerso en ese Corazón de Cristo como nos recordó en su última encíclica Dilexit Nos. Durante su pontificado no se cansó de repetir que había que “construir puentes y no muros” y por eso no dudó en denunciar esa globalización de la indiferencia. El cardenal Re nos recordó en su homilía del funeral que, frente al estallido de tantas guerras en estos años, y tantos horrores inhumanos con innumerables muertos y destrucciones, el Papa Francisco no se cansó de elevar la voz implorando la paz. Invitó siempre a negociar con honestidad para encontrar soluciones ya que la guerra es para todos una derrota dolorosa y trágica. Lesbos junto con Lampedusa han quedado como el grito del Papa Francisco cuyo eco perenne alcanza a todas las conciencias para que se resuelva este drama mundial de la migración. Y su voz profética seguirá escuchándose, como quedó patente en el último mensaje Urbi et Orbi del Domingo de Pascua donde volvió a manifestar su cercanía al sufrimiento de los cristianos en Palestina y en Israel, a todo el pueblo israelí y a todo el pueblo palestino. Recordó a la comunidad cristiana de Gaza y pidió de nuevo que cese el fuego, que se liberen los rehenes y que se preste ayuda al pueblo, que tiene hambre y aspira a un futuro de paz. No olvidó en su mensaje pascual a las comunidades cristianas del Líbano y de Siria, sin olvidar la crisis humanitaria prolongada por la guerra en Yemen, Ucrania, a los pueblos de Armenia y Azerbaiyán, a los Balcanes occidentales, la República Democrática del Congo, Sudán y Sudán del Sur, las tensiones en el Sahel, en el Cuerno de África y en la Región de los Grandes Lagos. Y concluyó su mensaje pascual pidiendo que con motive del Año jubilar, fuese la ocasión propicia para liberar a los prisioneros de guerra y a los presos políticos.

-¿A qué debe aspirar la Iglesia española en los próximos años? ¿A promover el cumplimiento del precepto dominical, a fomentar el sacramento de la confesión, a aumentar una mayor conciencia social, al fomento de las vocaciones?

–A anunciar el Evangelio, celebrar los misterios de la fe, y servir a los más pobres y necesitados, respondiendo a los desafíos de cada momento y lugar. El único programa es caminar juntos buscando la voluntad de Dios. La Iglesia que peregrina en España ha participado en comunión en el camino de la sinodalidad y seguirá participando en esta línea. Durante los días que estuvo en el hospital el papa Francisco, él mismo aprobó el proceso de acompañamiento de la fase de implementación del Sínodo de la Sinodalidad cuya segunda asamblea concluyó en octubre de 2024. Las conclusiones vienen en un documento final que hay que estudiar. Tal como ha indicado el cardenal Mario Grech, secretario general de la Secretaría General del Sínodo, se trata de seguir adelante en este horizonte para que la sinodalidad sea cada vez más comprendida y vivida como una dimensión esencial en toda la Iglesia y también en las Iglesias locales. Este proceso tendrá como resultado la celebración de una Asamblea Eclesial en el Vaticano en octubre de 2028. Y todo esto sin descuidar la atención pastoral diaria en parroquias, escuelas, hermandades, instituciones eclesiales y en todos los fieles. El cuidado de la vida sacramental es la fuente del caminar. Así que trabajo no nos falta. En la Archidiócesis de Sevilla tenemos el plan pastoral 2022-2027 que sin duda se enriquecerá de todo lo que vivimos en la Iglesia.

El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses.
El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses. / M. G.

-Uno de los españoles que mejor conoce el Vaticano tras cuarenta años de ejercicio del periodismo en Roma es el sacerdote español Antonio Pelayo, asesor de todos los embajadores españoles ante la Santa Sede. Pelayo considera que podemos tener un Papa asiático... ¿Usted cree que sería bueno un Papa de ese continente?

–El Señor nos envía el Santo Padre que la Iglesia necesita en cada momento. Dejemos que el Espíritu Santo inspire y conduzca a los cardenales durante el cónclave. Antonio Pelayo ha estado siempre cercano a los Papas y conoce el colegio cardenalicio. Sabemos por experiencia, que el colegio cardenalicio necesita de la oración de toda la Iglesia. Siempre será bueno el Papa que Dios nos envíe, independientemente de su procedencia geográfica. La universalidad de la Iglesia nos abre horizontes que enriquecen la expresión de la fe.

-¿La religiosidad popular es el mejor dique de contención de la ola de frío espiritual o considera que el próximo Papa debe basarse en otras herramientas para que la Iglesia no pierda fieles?

–Ante el proceso de secularización que padecemos en nuestra Europa occidental, la piedad popular es un dique de contención fundamental. Hay otras muchas herramientas, porque la Iglesia es una familia muy grande, y el Espíritu Santo la va bendiciendo con nuevos carismas según los retos que van surgiendo. Todo suma para que la vivencia de la fe en medio de una sociedad secularizada se fortalezca y no deje de darse testimonio en la vida pública. El papa Francisco como he dicho en otras ocasiones nos ha regalado un abundante magisterio sobre la piedad popular. Lo hemos vivido aquí con el II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular. No se evangeliza por el miedo a perder, sino por el ánimo de que no se pierda ninguno. Ese todos que popularizó Francisco, no es otra cosa que mirar a Cristo que se entregó por todos y nos alcanzó con su pasión, muerte y resurrección el perdón de los pecados abriéndonos las puertas de la vida eterna. Por lo tanto, las herramientas todas las que sean deben partir de la única fuente que es el Misterio Pascual, de donde se nutre también las expresiones de piedad popular y por supuesto las Hermandades. El encuentro con Cristo es la mejor fortaleza y el punto de partida para el anuncio. Así que no tengamos miedo y siempre adelante. Duc in Altum!

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