Todo el pueblo trabaja para volver a la normalidad
El terremoto de Lorca deja cerca de 40.000 afectados, que poco a poco vuelven a sus casas · Los vecinos más damnificados podrían estar meses en los campamentos
Lorca amaneció ayer entre un mar de dotaciones de Bomberos y del Ejército que intensificaron las tareas de desescombro y recuperación de la ciudad, mientras los vecinos, muchos de ellos en las calles, intentan retomar parte de su actividad habitual.
En el barrio de La Viña, uno de los más afectados del municipio, la calle Carretera de Granada, donde se derrumbó un edificio, aún está repleta de vehículos de la Unidad Militrar de Emergencias (UME) que no cesaron de trabajar durante toda la noche rodeados de vecinos, intentando conocer novedades sobre el estado de sus viviendas.
En un escaso tramo de esta calle, que atraviesa parte de la ciudad, se pueden contar hasta 12 vehículos del Ejército y otros siete camiones de bomberos.
Los comercios permanecen cerrados, aunque ayer empezaba a percibirse algo más de actividad, especialmente en las cafeterías que comienzan a subir las persianas y a servir desayunos.
Mateo es propietario de una vivienda en la calle Infante Juan Manuel que aún presenta un aspecto casi bélico. En su fachada luce el color rojo del spray que le impide aproximarse a ella. "Me han dicho que vuelva dentro de tres días, no sé ni donde llevar a mis hijos", lamentó.
Este ciudadano, al igual que el resto de sus vecinos, está tratando de digerir la tragedia que costó la vida a nueve personas por las que ayer se ofició un funeral, aunque también es consciente de que es necesario recuperar el pulso diario. "Hoy quiero ir a trabajar", afirmó Mateo resumiendo el sentir de la ciudad.
Y es que todo el mundo echa de menos la normalidad después de que varios terremotos ocurridos el miércoles asolara la localidad causando nueve víctimas mortales, más de 300 heridos y entre 35.000 y 40.000 afectados, que poco a poco van volviendo a sus casas, según las primeras cifras que baraja el Ayuntamiento .
En cuanto a las tres personas heridas graves que permanecen ingresadas en el hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, la consejería de Sanidad aseguró ayer evolucionan favorablemente.
Dos de los heridos graves son mujeres, una de ellas de 73 años, que ingresó con un síndrome coronario agudo, y otra de 36, y el tercero un niño de tres años.
Además, la misma fuente indicó que los profesionales del Servicio Murciano de Salud (SMS) realizaron desde el terremoto más de 400 asistencias sanitarias y trasladaron a 70 heridos a diversos centros de la Región.
De hecho, los vecinos podrían estar meses en los tres campamentos habilitados por los servicios de emergencias en el barrio de La Viña, que es el más afectado y que los vecinos denominan ya como "pueblo fantasma" porque está totalmente desalojado. Se da la circunstancia de que, en ese barrio, algunos edificios que han sufrido destrozos no superan los cinco años de antigüedad.
No obstante, el Ayuntamiento expresó su convencimiento de que con el apoyo, coordinación y unidad de las tres administraciones el tiempo se pueda ver reducido, pero todo depende de cómo evolucione la situación en las próximas semanas.
En la actualidad, quedan unas 2.000 personas en esos campamentos, ya que muchos ciudadanos han podido volver a sus casas tras la evaluación pertinente de los técnicos y otros tantos se han desplazado a municipios próximos, a viviendas de familiares o residencias veraniegas.
A ello hay que unir la colaboración y solidaridad del conjunto de la sociedad española y las empresas, que ofrecen tiendas de campaña, frigoríficos y alimentos, entre otras cosas.
Las labores de análisis de los técnicos continuaban ayer en un dispositivo formado por más de 200 efectivos y dividido en 26 equipos de siete técnicos, que ya han evaluado el 70% de los edificios de la localidad.
Además, 12 equipos de diez albañiles con maquinaria ligera trabajan en las tareas de limpieza y retirada de escombros, cornisas y balcones para garantizar la seguridad en las calles y facilitar el paso a los edificios, bajo la coordinación de un jefe técnico que evaluó, en un primer momento, las infraestructuras. Junto a ellos, seis equipos de bomberos se encargan de las labores de mayor dificultad y riesgo en la retirada de cascotes.
En rueda de prensa, el comisario de Lorca, Francisco de Paula García, destacó la eficacia de su equipo, "capaz de reaccionar y atender desde el primer minuto", mientras que el jefe superior de la Policía Nacional, Carlos Llorente, resaltó la actitud cívica de la ciudadanía y la coordinación de los profesionales que han conseguido que el municipio no sufriera los típicos sucesos de sabotajes y robos que se dan en estas circunstancias.
Por su parte, el jefe de Seguridad Ciudadana de la Comisaría de Murcia, Ignacio del Olmo, subrayó que acudieron a la localidad para ayudar y colaborar en las diversas tareas que se prologan ya tres días.
Tres agentes más del CNP se sumaron a la rueda de prensa para relatar su experiencia durante el rescate de varias víctimas, entre ellas un niño y una familia con un menor; momentos, comentaron, "en los que solo escuchas ruidos y gritos pero que solo piensas en ayudar".
"En momentos como éstos no se puede descansar y trabajamos intentando devolver la normalidad cuanto antes al municipio", dijeron , tras subrayar que es la primera vez que han vivido "algo tan fuerte y emotivo".
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