¿Qué está pasando con el volcán que ha entrado en erupción en Rusia?

Calor extremo, huracanes, inundaciones, incendios forestales, terremotos, tormentas de nieve y hielo, tornados, tsunamis o volcanes. Los desastres naturales aparecen en cualquier lugar y momento. El último episodio de alta intensidad lo están viviendo en estos momentos en Rusia, donde hace unas horas ha entrado en erupción el volcán Shivéluch, uno de los mas grandes de la península de Kamchatka, con una altura de 3.283 metros. ¿Qué está pasando con este volcán en el Lejano Oriente ruso? Aquí os lo explicamos.

La erupción del volcán Shivéluch ha cubierto de cenizas varias poblaciones aledañas con precipitaciones récord en 60 años, según Alexéi Ózerov, director del Instituto de Vulcanología y Sismología de la Academia de Ciencias de Rusia. La capa de ceniza alcanza ya más de veinte centímetros en algunas zonas, y la lluvia de cenizas continúa, mientras que las labores de investigación están siendo difíciles puesto que este fenómeno natural ha coincidido con unas condiciones meteorológicas adversas, con mucho viento y fuertes nevadas que imposibilitan acercarse a la zona y únicamente permite esperar en el interior de los hogares y cerrar las carreteras.

La erupción del Shivéluch comenzó con el lanzamiento de una columna de cenizas que alcanzó 20 kilómetros de altura y ha obligado a los sismólogos a declarar el nivel rojo de peligro para la aviación, algo que está replanteando trastocar los planes del tráfico aéreo.

Mascarillas para la población

El efecto del volcán está provocando la generación de truenos debido a la tensión electrostática en la nube de cenizas y el flujo piroclástico amenaza con llegar a lugares donde habitan más personas. Esta población más afectada está previsto que reciba mascarillas médicas y otros medios de protección individual para amortiguar en cierta medida los impactos tóxicos que está dejando la lava y la ceniza que brota de alguna de las tres calderas que tiene el Shivéluch, que hace menos de una década ya había asombrado al mundo lanzando una columna de ceniza de más de seis kilómetros de altura y cuyos efectos cruzaron el Pacífico hasta llegar a los estados de Oregón y Washington en Estados Unidos.

En este caso aún está por determinar el alcance de la catástrofe, pero los primeros impactos ya están siendo compartidos a través de las redes sociales, con aldeas totalmente arrasadas por la ceniza y carreteras inhabilitadas.